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El Tiranosaurio de la calle Yegros hizo un descomunal ridículo, al publicar en tapa un caso en que dos de sus empleados se espiaban entre sí

Zucolillo. Temible operario del Recontra Espionaje

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Escribió el famoso novelista inglés Ian Flemng que a veces las cosas suceden tan deprisa que los héroes y villanos intercambian sus papeles constantemente. Fleming es recordado sobre todo por su celebérrimo personaje James Bond, el espía del servicio secreto ingles con licencia para matar.

En el caso de Zucolillo, dueño del diario ABC color, acusado de haber matado impunemente en más una ocasión, la licencia se extiende incluso para crear operativos de prensa que ofrezcan una cortina diversiva a los mismos guerrilleros que dice combatir con tinta, mientras la sangre la derraman otros.

En vísperas de un enfrentamiento entre la insurgencia marxista del EPP y las fuerzas militares paraguayas, que conmocionó al país el último fin de semana, Zucolillo había iniciado uno de sus acostumbrados operativos periodísticos sensacionalistas y con fines de beneficios crematísticos, publicando que una periodista de su diario había sido espiada por los militares.

Luego de un escandalito mediático en el que se acusó a medio mundo, y que por varios días acaparó los espacios en los medios de Zucolillo y sus satélites, movilizando todo el aparato parafiscal, parapolicial y paramilitar a su servicio, finalmente se descubrió que el único espionaje que ocurrió fue el que dos empleados del mismo Zucolillo realizaron entre sí.

En el mismo Congreso, el senador Víctor Bogado se preguntó si dónde realmente reside el poder en el Paraguay, teniendo en cuenta que por un hecho tan ridículo fueron movilizados el ministerio público, militares y hasta se intervino el mismo sistema Bravo de la Policía.

La periodista de ABC escribía en la tapa de su periódico, que las Fuerzas de Tareas Conjuntas para combatir al grupo guerrillero EPP, la estaban espiando con todo su poderoso andamiaje de inteligencia militar.

La investigación interna de la empresa telefónica Personal, propiedad de Zucolillo al igual que ABC color, desmintió de manera categórica el supuesto espionaje, dado que simplemente se trataba de un empleado infiel que pasó bajo la mesa el registro de llamadas de la periodista.

Todo sería anecdóticamente hilarante si no fuera porque con una denuncia periodística tan disparatada se logró movilizar y distraer instituciones y opinión pública, en momentos en que el horno no estaba para bollos.

Que se trató de un espionaje entre dos empleados de Zucolillo es lo que se deduce ineludiblemente de las manifestaciones del Fiscal Francisco Torres, quien llevó adelante la rauda investigación, y del asesor de Asuntos interinstitucionales de Personal.

Mientras ABC color desarrollaba una intensa campaña que buscaba el descrédito de las Fuerzas de Tareas Conjuntas, a cuyos comandantes acusaba de corrupción rampante, el grupo guerrillero realizó el ataque más espectacular desde su aparición en escena. El saldo fueron unos ocho militares muertos.

No es la primera vez que desde el diario de Zucolillo se miente o se omite información en cuestiones relativas a la guerrilla marxista que opera en el norte del país. Hace unos años, cuando muchas voces se levantaban para negar la existencia del grupo insurgente EPP, fui el primero en publicar un video donde quedaba en evidencia la existencia de esta organización, y donde sus líderes explicaban su razón de ser y mencionaban sus reivindicaciones.

Inmediatamente, Zucolillo movilizó a su aparato para fiscal para intentar intimidarme, dado que vio amenazado el monopolio que pretende en el tema, de tal suerte a poder manipularlo siempre de acuerdo a sus intereses sin ser molestado.

Lo cierto es que esta vez, en su afán de tergiversar como siempre lo ha hecho, Zucolillo ha quedado al descubierto como el máximo aliado y encubridor del grupo guerrillero que pretende combatir. Mal que les pese a los empleados del temible operario del recontra espionaje. Zucolillo, Aldo Zucolillo.

Zucolillo. Temible operario del Recontra Espionaje

El Tiranosaurio de la calle Yegros hizo un descomunal ridículo, al publicar en tapa un caso en que dos de sus empleados se espiaban entre sí
Luis Agüero Wagner
viernes, 2 de septiembre de 2016, 09:00 h (CET)
Escribió el famoso novelista inglés Ian Flemng que a veces las cosas suceden tan deprisa que los héroes y villanos intercambian sus papeles constantemente. Fleming es recordado sobre todo por su celebérrimo personaje James Bond, el espía del servicio secreto ingles con licencia para matar.

En el caso de Zucolillo, dueño del diario ABC color, acusado de haber matado impunemente en más una ocasión, la licencia se extiende incluso para crear operativos de prensa que ofrezcan una cortina diversiva a los mismos guerrilleros que dice combatir con tinta, mientras la sangre la derraman otros.

En vísperas de un enfrentamiento entre la insurgencia marxista del EPP y las fuerzas militares paraguayas, que conmocionó al país el último fin de semana, Zucolillo había iniciado uno de sus acostumbrados operativos periodísticos sensacionalistas y con fines de beneficios crematísticos, publicando que una periodista de su diario había sido espiada por los militares.

Luego de un escandalito mediático en el que se acusó a medio mundo, y que por varios días acaparó los espacios en los medios de Zucolillo y sus satélites, movilizando todo el aparato parafiscal, parapolicial y paramilitar a su servicio, finalmente se descubrió que el único espionaje que ocurrió fue el que dos empleados del mismo Zucolillo realizaron entre sí.

En el mismo Congreso, el senador Víctor Bogado se preguntó si dónde realmente reside el poder en el Paraguay, teniendo en cuenta que por un hecho tan ridículo fueron movilizados el ministerio público, militares y hasta se intervino el mismo sistema Bravo de la Policía.

La periodista de ABC escribía en la tapa de su periódico, que las Fuerzas de Tareas Conjuntas para combatir al grupo guerrillero EPP, la estaban espiando con todo su poderoso andamiaje de inteligencia militar.

La investigación interna de la empresa telefónica Personal, propiedad de Zucolillo al igual que ABC color, desmintió de manera categórica el supuesto espionaje, dado que simplemente se trataba de un empleado infiel que pasó bajo la mesa el registro de llamadas de la periodista.

Todo sería anecdóticamente hilarante si no fuera porque con una denuncia periodística tan disparatada se logró movilizar y distraer instituciones y opinión pública, en momentos en que el horno no estaba para bollos.

Que se trató de un espionaje entre dos empleados de Zucolillo es lo que se deduce ineludiblemente de las manifestaciones del Fiscal Francisco Torres, quien llevó adelante la rauda investigación, y del asesor de Asuntos interinstitucionales de Personal.

Mientras ABC color desarrollaba una intensa campaña que buscaba el descrédito de las Fuerzas de Tareas Conjuntas, a cuyos comandantes acusaba de corrupción rampante, el grupo guerrillero realizó el ataque más espectacular desde su aparición en escena. El saldo fueron unos ocho militares muertos.

No es la primera vez que desde el diario de Zucolillo se miente o se omite información en cuestiones relativas a la guerrilla marxista que opera en el norte del país. Hace unos años, cuando muchas voces se levantaban para negar la existencia del grupo insurgente EPP, fui el primero en publicar un video donde quedaba en evidencia la existencia de esta organización, y donde sus líderes explicaban su razón de ser y mencionaban sus reivindicaciones.

Inmediatamente, Zucolillo movilizó a su aparato para fiscal para intentar intimidarme, dado que vio amenazado el monopolio que pretende en el tema, de tal suerte a poder manipularlo siempre de acuerdo a sus intereses sin ser molestado.

Lo cierto es que esta vez, en su afán de tergiversar como siempre lo ha hecho, Zucolillo ha quedado al descubierto como el máximo aliado y encubridor del grupo guerrillero que pretende combatir. Mal que les pese a los empleados del temible operario del recontra espionaje. Zucolillo, Aldo Zucolillo.

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