Sin que nos demos cuenta nos llega el verano y ese veintiséis de junio donde los españoles se juegan, según parece, el ser o no ser `por aquello del voto que los más atrevidos coloquen en las urnas de las voluntades personales para que ellos, los políticos, a renglón seguido interpreten qué es lo que han querido votar y con quiénes tienen que ir en maldita juntera, según apuntan todos los sondeos previos, menos el definitivo del 26-J que está por ver.

A tal fin, las maquinarias de los partidos políticos, sin excepción alguna, comienzan a engrasar la maquinaria propagandística de sus aparatos electorales, grasa que contiene dos componentes imprescindibles, a saber: la mentira en forma de promesa y la manera de introducir el dedo en los ojos de los contrarios sin que parezca se hace con alevosía.

Tras aquel resultado del 20-D en que todos ellos, los partidos, habían ganado y la ciudadanía perdió cerca de doscientos millones de euros, vuelve a repetirse la función que volverá a salirnos algo cara por la falta de inteligencia de los ejércitos de derechas, izquierdas y nacionalistas que no supieron o no quisieron ponerse de acuerdo para evitar otra mordida a usted y a mí, vayamos o no a votar.

Para ello se está urdiendo los posibles debates entre los líderes o de estos con parte de la españolada, caso del pasado sábado en que Albert Rivera contestó a “la familia pregunta” (Sexta TV) y que no pudo ser más aburrido, no ya por el líder de Ciudadanos y las familias escogidas, sino por el formato en sí.

Al personal le gusta el cuerpo a cuerpo, aunque el cuadro de mandos del PP ha dicho que su querido Mariano no celebrará ningún debate con el amado por el PSOE, señor Sánchez, no sea, digo yo, que le espete nuevamente que es un indecente y se acabe toda posibilidad de acuerdo; los populares abogan ahora por un debate a cuatro en terreno neutral (?), al tiempo que el espadachín Luena (PSOE) avisa que el soldado Pedro no debatirá en un cara a cara con Pablo Iglesias.

En fin, si llegan a un acuerdo faltará por decidir si el lugar preferido para iniciar la partida del ping-pong será España o Venezuela.