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El tema del catalán en la Unión Europea ha quedado aplazado pero nos ha dejado una nota esperanzadora para no tener que acudir a nuevas elecciones

Pinganillos contra la intransigencia

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La fecha del 19 de septiembre del 2023 quedará marcada en rojo en muchos calendarios. En unos en rojo vivo, alegre, señal de contento y del deber bien hecho, por fin después de más de cuarenta años se puede hablar en el Congreso en catalán, vasco y gallego. Otros calendarios se marcaran con un rojo sanguinolento, preñado de odio y rabia precisamente porque estas otras lenguas de España tendrán un lugar en el hemiciclo. En otros calendarios el rojo será un bermellón desteñido por haberse visto obligados a modificar la normativa, el  only español en el hemiciclo que han defendido durante años y ahora se han visto empujados a cambiar, a instancias de los independentistas catalanes como un paso más para poder seguir sentados en el banco azul del Gobierno.


La noche del 23-J, rápidamente, en la calle Génova Feijóo vio como se desmoronaban todas sus esperanzas de alcanzar la Presidencia del Gobierno. Los resultados del PP y los de sus socios de VOX no daban para ello, la intransigencia y el fascismo de sus socios en CCAA y Ayuntamientos había movilizado el voto del miedo hacia el PSOE, y pese a haber ganado las elecciones el PP iba a tener muy difícil llegar al Gobierno si iba de la mano de los fascistas. No lejos de la sede popular, en la calle Ferraz, la ministra Montoro, vestida de rojo, daba saltos de alegría, la derrota del PSOE era una derrota dulce y Pedro Sánchez ya se veía otros cuatro años en Moncloa., aunque para ello se tenga que tragar muchas de sus palabras dichas en campaña y algún que otro sapo.


Estoy seguro que no ha sido de motu proprio que el PSOE ha aceptado abrir el hemiciclo a los pinganillos. Lo ha hecho obligado y empujado por la mecánica electoral, necesita los votos de todos los independentistas, él ya contaba con los d’ERC, peró ahora está obligado a pactar su investidura con JUNTS, el partido de Puigdemont, la bestia negra del nacionalismo españolista, en campaña afirmó que ahora “Puigdemont es una anécdota”, una “anécdota” con la que ahora tiene que pactar, ahora es cuando se hace presente el viejo adagio latino “Do ut des”, te doy para que me des, y el independentismo catalán ya no se fía de las promesas de Sánchez, ahora piden realidades, “fets i no paraules”, hechos y no palabras. Para conseguir que los partidos independentistas votaran favorablemente a Francina Armengol como Presidenta del Congreso Pedro Sánchez tuvo que acceder a dos peticiones: que en el Congreso cada señoría pudiese utilizar la lengua que quisiera y que España solicitara a la Unión Europea que el catalán sea considerado lengua oficial en el ámbito de la UE.


El PSOE accedió a ambas peticiones y este martes ya se escucharon en el Congreso el catalán, el vasco y el gallego junto con el castellano, con más de cuarenta años de retraso, porque lo normal hubiese sido que con la llegada de la democracia fueran las cuatro lenguas las que se hubiesen podido utilizar en el día a día del Congreso, no era tan difícil hacerlo, pero faltó la voluntad de llevarlo a cabo, y sólo se ha conseguido poder escuchar otras lenguas, además del obligatorio castellano, cuando quienes pueden autorizarlo con sus votos han necesitado otros votos para seguir en el poder, porque a pesar de que el artículo 3.3 de esa Constitución con la que unos y otros se llenan la boca en todo momento establece que “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” este es otro de esos artículos de la Constitución que nunca se han cumplido.


El martes a más de uno se le atragantaron los pinganillos y, también, tener que escuchar idiomas diferentes al castellano. Los del “España se rompe”, derecha extrema y fascistas, los partidarios del viejo grito de rigor del “España, una, grande y libre”, los intransigentes de siempre, los mamporreros de la verdad, la suya, el martes tuvieron sarpullidos de indignación en el momento en que escucharon hablar en gallego a un diputado del PSOE. Antes Cuca Gamarra intentó, por parte del PP aplazar la sesión apelando al Reglamento, pero, Reglamento en mano, la Presidenta Armengol le paró los pies y la sesión continuó normalmente hasta que en el momento en que el gallego sustituye al castellano habitual  las mesnadas del fascio intentaron boicotear la sesión abandonando  uno a uno y encabezados por su líder Abascal el hemiciclo al tiempo en que furiosamente  iban dejando los malvados pinganillos en el escaño de Pedro Sánchez que en aquellos momentos estaba en Nueva York en una sesión de la ONU representando a España. A la salida Abascal afirmó que le “hubiera gustado echarle el pinganillo en la cara” al Presidente del Gobierno.


El tema del catalán en la Unión Europea ha quedado aplazado pero nos ha dejado una nota esperanzadora para no tener que acudir a nuevas elecciones. El mismo Puigdemont se mostró dialogante, incluso agradeciendo las gestiones realizadas por el representante de España en el exterior, la lucha por el catalán en la UE continúa adelante pese a las gestiones en contra del PP y del eurodiputado Cañas, el último reducto de Ciudadanos en Europa. Ahora ya, próxima parada la amnistía. Seguro que las cerriles derechas que padece España seguirán mintiendo al personal con la coletilla “España se rompe” olvidando, o escondiendo que Aznar, citaba a ETA como Movimiento Vasco de Liberación y que es el presidente que más indultos ha concedido, en un sólo día muchos más que los 1.432 que pueden ser amnistiados por su relación con el “procés”.

Pinganillos contra la intransigencia

El tema del catalán en la Unión Europea ha quedado aplazado pero nos ha dejado una nota esperanzadora para no tener que acudir a nuevas elecciones
Rafa Esteve-Casanova
miércoles, 20 de septiembre de 2023, 12:14 h (CET)

La fecha del 19 de septiembre del 2023 quedará marcada en rojo en muchos calendarios. En unos en rojo vivo, alegre, señal de contento y del deber bien hecho, por fin después de más de cuarenta años se puede hablar en el Congreso en catalán, vasco y gallego. Otros calendarios se marcaran con un rojo sanguinolento, preñado de odio y rabia precisamente porque estas otras lenguas de España tendrán un lugar en el hemiciclo. En otros calendarios el rojo será un bermellón desteñido por haberse visto obligados a modificar la normativa, el  only español en el hemiciclo que han defendido durante años y ahora se han visto empujados a cambiar, a instancias de los independentistas catalanes como un paso más para poder seguir sentados en el banco azul del Gobierno.


La noche del 23-J, rápidamente, en la calle Génova Feijóo vio como se desmoronaban todas sus esperanzas de alcanzar la Presidencia del Gobierno. Los resultados del PP y los de sus socios de VOX no daban para ello, la intransigencia y el fascismo de sus socios en CCAA y Ayuntamientos había movilizado el voto del miedo hacia el PSOE, y pese a haber ganado las elecciones el PP iba a tener muy difícil llegar al Gobierno si iba de la mano de los fascistas. No lejos de la sede popular, en la calle Ferraz, la ministra Montoro, vestida de rojo, daba saltos de alegría, la derrota del PSOE era una derrota dulce y Pedro Sánchez ya se veía otros cuatro años en Moncloa., aunque para ello se tenga que tragar muchas de sus palabras dichas en campaña y algún que otro sapo.


Estoy seguro que no ha sido de motu proprio que el PSOE ha aceptado abrir el hemiciclo a los pinganillos. Lo ha hecho obligado y empujado por la mecánica electoral, necesita los votos de todos los independentistas, él ya contaba con los d’ERC, peró ahora está obligado a pactar su investidura con JUNTS, el partido de Puigdemont, la bestia negra del nacionalismo españolista, en campaña afirmó que ahora “Puigdemont es una anécdota”, una “anécdota” con la que ahora tiene que pactar, ahora es cuando se hace presente el viejo adagio latino “Do ut des”, te doy para que me des, y el independentismo catalán ya no se fía de las promesas de Sánchez, ahora piden realidades, “fets i no paraules”, hechos y no palabras. Para conseguir que los partidos independentistas votaran favorablemente a Francina Armengol como Presidenta del Congreso Pedro Sánchez tuvo que acceder a dos peticiones: que en el Congreso cada señoría pudiese utilizar la lengua que quisiera y que España solicitara a la Unión Europea que el catalán sea considerado lengua oficial en el ámbito de la UE.


El PSOE accedió a ambas peticiones y este martes ya se escucharon en el Congreso el catalán, el vasco y el gallego junto con el castellano, con más de cuarenta años de retraso, porque lo normal hubiese sido que con la llegada de la democracia fueran las cuatro lenguas las que se hubiesen podido utilizar en el día a día del Congreso, no era tan difícil hacerlo, pero faltó la voluntad de llevarlo a cabo, y sólo se ha conseguido poder escuchar otras lenguas, además del obligatorio castellano, cuando quienes pueden autorizarlo con sus votos han necesitado otros votos para seguir en el poder, porque a pesar de que el artículo 3.3 de esa Constitución con la que unos y otros se llenan la boca en todo momento establece que “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” este es otro de esos artículos de la Constitución que nunca se han cumplido.


El martes a más de uno se le atragantaron los pinganillos y, también, tener que escuchar idiomas diferentes al castellano. Los del “España se rompe”, derecha extrema y fascistas, los partidarios del viejo grito de rigor del “España, una, grande y libre”, los intransigentes de siempre, los mamporreros de la verdad, la suya, el martes tuvieron sarpullidos de indignación en el momento en que escucharon hablar en gallego a un diputado del PSOE. Antes Cuca Gamarra intentó, por parte del PP aplazar la sesión apelando al Reglamento, pero, Reglamento en mano, la Presidenta Armengol le paró los pies y la sesión continuó normalmente hasta que en el momento en que el gallego sustituye al castellano habitual  las mesnadas del fascio intentaron boicotear la sesión abandonando  uno a uno y encabezados por su líder Abascal el hemiciclo al tiempo en que furiosamente  iban dejando los malvados pinganillos en el escaño de Pedro Sánchez que en aquellos momentos estaba en Nueva York en una sesión de la ONU representando a España. A la salida Abascal afirmó que le “hubiera gustado echarle el pinganillo en la cara” al Presidente del Gobierno.


El tema del catalán en la Unión Europea ha quedado aplazado pero nos ha dejado una nota esperanzadora para no tener que acudir a nuevas elecciones. El mismo Puigdemont se mostró dialogante, incluso agradeciendo las gestiones realizadas por el representante de España en el exterior, la lucha por el catalán en la UE continúa adelante pese a las gestiones en contra del PP y del eurodiputado Cañas, el último reducto de Ciudadanos en Europa. Ahora ya, próxima parada la amnistía. Seguro que las cerriles derechas que padece España seguirán mintiendo al personal con la coletilla “España se rompe” olvidando, o escondiendo que Aznar, citaba a ETA como Movimiento Vasco de Liberación y que es el presidente que más indultos ha concedido, en un sólo día muchos más que los 1.432 que pueden ser amnistiados por su relación con el “procés”.

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