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-¿Ya han acabado de rodar eso?
-Eso dicen.
-¿Y le han puesto nombre?
-No se atreven.
-Sugerencias.
-¿"El todo y las partes no es igual en todas partes"?
-Me parece demasiado complejo. Recuerda que estamos en 2023.
-"¿Me partes del todo?"
-No sé.
-¿"Las partes contratantes de las primeras partes"?
-Tú quieres una denuncia por plagio.
-"Quien parte y reparte se lo lleva en todas partes"
-Más profundo.
-Si te pido dos cartas no me llames Descartes.
-Más actual.
-¿Todo es idiota en todas partes?
-Te vas acercando.
-¿Adónde?
-Recuerda que el finiquito es igual en todas partes.
Tal y como Vd, me ha pedido, Sr Sánchez, me he tomado un poco de tiempo para leer (no solo una vez), el contenido de la carta pública que nos ha enviado a todos los españoles el pasado miércoles. Le confieso que más que su contenido, nada atractivo desde el punto de vista literario y de escaso valor político, me interesaba conocer las razones de su insólita decisión de trasladar a los españoles sus dudas existenciales sobre su futuro personal y político.
Con motivo de los feroces ajustes en la economía argentina, una conocida me confesó la otra tarde, muy triste, que no podría viajar a Europa quizá nunca más. Enseguida pensé que personas como ella sólo sufren las consecuencias de su ideología (o de la adoptada por algún sofisma en las campañas electorales de la época), cuando ven tocado su bolsillo.
La campaña de descrédito contra la buena imagen y el honor del presidente del gobierno se ha desatado, de una forma virulenta, estos últimos días y semanas. Parece que se quiere lograr mediante descalificaciones el acoso y derribo de Pedro Sánchez. Según distintos medios de comunicación el inicio de una investigación judicial contra la esposa de Sánchez es un disparate, ya que no existen indicios suficientes para la misma.
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