Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
19º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director
José Morales Martín

​No apto para quejicas

|

Estas líneas recogen impresiones y opiniones el clima de queja que nos rodea. Quien desee ser un quejicas, es mejor que no las lea. Si se encuentra bien y cómodo, en esa situación, que siga en ella. Sin embargo, para quien quiera encontrar estímulos para complicarse un poco la vida, aportar, participar, y dejar de ser un quejica, pienso que puede encontrar razones para implicarse en la vida, en la familia, en la sociedad.


“Quejarse es el pasatiempo de los incapaces”, leí hace un tiempo, y me pareció que refleja parte de la realidad. Ojalá sea una percepción o impresión mía, y que los lectores tengan otra impresión: vivimos en una sociedad de quejicas convulsivos, constantes.


Basta recordar las últimas conversaciones o las noticias que se reflejan en los medios de comunicación: todo genera un sinfín de quejas. La Sanidad, la educación, la situación económica, el paro, la Iglesia y la actitud de los católicos, la juventud, los patinetes y ciclistas que circulan por nuestras calles: cada uno puede completar esta lista.


Quejarse es el remedio de quien es incapaz, pero sobre todo de la persona cómoda. Quejarse, lamentarse por todo, es muy cómodo: es la técnica de trasladar siempre a los demás la responsabilidad, situándonos a nosotros mismos en un trono de juez, en vez de plantearnos qué podemos hacer para mejorar eso que nos molesta tanto. Es cierto que no está en nuestra mano cambiar ciudades o países. Lo que sí está en nuestra mano es hacer algo, o empezar por reconocer que parte del problema somos nosotros mismos.

​No apto para quejicas

José Morales Martín
Lectores
jueves, 2 de febrero de 2023, 08:39 h (CET)

Estas líneas recogen impresiones y opiniones el clima de queja que nos rodea. Quien desee ser un quejicas, es mejor que no las lea. Si se encuentra bien y cómodo, en esa situación, que siga en ella. Sin embargo, para quien quiera encontrar estímulos para complicarse un poco la vida, aportar, participar, y dejar de ser un quejica, pienso que puede encontrar razones para implicarse en la vida, en la familia, en la sociedad.


“Quejarse es el pasatiempo de los incapaces”, leí hace un tiempo, y me pareció que refleja parte de la realidad. Ojalá sea una percepción o impresión mía, y que los lectores tengan otra impresión: vivimos en una sociedad de quejicas convulsivos, constantes.


Basta recordar las últimas conversaciones o las noticias que se reflejan en los medios de comunicación: todo genera un sinfín de quejas. La Sanidad, la educación, la situación económica, el paro, la Iglesia y la actitud de los católicos, la juventud, los patinetes y ciclistas que circulan por nuestras calles: cada uno puede completar esta lista.


Quejarse es el remedio de quien es incapaz, pero sobre todo de la persona cómoda. Quejarse, lamentarse por todo, es muy cómodo: es la técnica de trasladar siempre a los demás la responsabilidad, situándonos a nosotros mismos en un trono de juez, en vez de plantearnos qué podemos hacer para mejorar eso que nos molesta tanto. Es cierto que no está en nuestra mano cambiar ciudades o países. Lo que sí está en nuestra mano es hacer algo, o empezar por reconocer que parte del problema somos nosotros mismos.

Noticias relacionadas

PACMA ha documentado de nuevo la crueldad extrema hacia los animales en un festejo taurino; en esta ocasión en un festejo de toros embolados en Bétera (Valencia). En las imágenes, publicadas en redes sociales por la formación animalista, se observa cómo la multitud acosa, persigue, hostiga y tironea del rabo a los toros.

En 1943 fue creada la palabra “desnazificación” por los estadounidenses, quienes ya por entonces pensaron en modificar la legislación alemana para llevarla a cabo luego de concluida la guerra. La impopularidad del programa y el desinterés creciente de los aliados fueron diluyendo los programas a partir de 1946, hasta su definitiva abolición en 1951. La oposición del mismo gobierno alemán de Konrad Adenauer certificó su fin.

Según los últimos datos, dentro de unos nueve años, en España, más de 23.000 personas tendrán más de 100 años de edad, casi el doble que en la actualidad. Esto significa que la esperanza de vida va en aumento, además de los avances científicos en relación con la salud, del mismo modo que los nacimientos bajan al 1,34 hijos por mujer.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Código Bonus México  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto