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El presidente ucraniano, Zelenski, reiteraba ante el Congreso de los Estados Unidos las razones de naturaleza moral que asisten a Ucrania para resistir, como lo está haciendo heroicamente, en una guerra que parece ir para largo, y que cada vez más se plantea por parte de Moscú como una guerra de desgaste.
En los días de navidad, el Papa volvía a clamar para que los que pueden hacerlo pongan fin inmediatamente a esta guerra insensata que, casi once meses después, deja una Ucrania martirizada, que se empieza también a acostumbrar a vivir entre el miedo, la destrucción y la miseria. Pero el Kremlin ha hecho de nuevo oídos sordos.
Al cabo de los años, los momentos difíciles se van difuminando en el recuerdo. Pero aun tengo grabada en mi mente cómo los estudiantes de mi generación asistíamos, una vez pasada la Semana Santa, a un periodo de terror ante los exámenes finales que se cernían sobre nuestras cabezas.
Ha llegado a mis manos un artículo publicado por el escritor Alfredo Boccia, tal vez uno de los más virtuosos y honestos periodistas que existe en la actualidad en el Paraguay y basta leer el título del articulo para saber quién es Judas. El titulo expresa “Y se dicen amigos de Pecci”.
No somos entusiastas de la RAE, pero sí de nuestro idioma, el español. Nuestro desapego hacia la institución es por muchas de sus, para nosotros, incomprensibles decisiones. Aunque hay que resaltar su importante labor contra la moda anglicista.
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