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El Estado del bienestar nórdico sigue siendo el paradigma de la protección social, pero los procesos de reforma iniciados en los años 90 aún no han terminado. Esto se está apreciando en algunos estados. Ahora, por ejemplo, el nuevo gobierno de coalición danés, liderado por los socialdemócratas, prepara una nueva vuelta de tuerca para evitar que las prestaciones sociales desincentiven la búsqueda de empleo. Esto es, que un número excesivo de personas viva a costa del resto. El argumento es que el actual modelo no es sostenible, pero el problema es más complejo que hacer que los números cuadren.
Puede que la productividad no sea ni siquiera la parte más difícil de la ecuación, asumiendo que el tiempo está de parte de la innovación y el progreso tecnológico. Se trata de un reto común a todas las sociedades europeas: el Estado del bienestar se construyó sobre la base de un consenso social que se ha debilitado y sin el cual no se legitiman los impuestos necesarios para financiar el gasto social.
El cambio de la hora del reloj que estos días hacemos, me ha hecho pensar en el tesoro del tiempo, más importante que cualquier tesoro material (y si no que se lo digan a Steve Jobs, que con sus miles de millones de dólares no pudo hacer nada para detener el cáncer que le mató).
En nuestra querida España, afortunadamente, hay muchísimos autores de libros, de carácter científico y de géneros literarios diversos, como narrativo, lírico, dramático, didáctico, novelas, etc. que generalmente suelen tener unos títulos suficientemente acertados y atrayentes para inducir a su lectura. Sin embargo, no siempre es fácil la elección del título, sobre todo para las novelas negras que atraen a bastantes lectores.
Las luminarias del Congreso están mortecinas, sin vigor, sin viveza, sin intensidad. Las ideas decaen al ritmo de la luz. Las iniciativas se cuecen fuera del congreso, en los despacho de actividad política de partido. El espíritu democrático nacido con la Revolución Francesa, extendido por toda Europa, aquí en España, se difumina por culpa de la confluencia del Comunismo ideológico trasnochado de la izquierda.
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