¿Es un pájaro, es un avión?. No. Es, simplemente, Supermario, un súper héroe que se ha curtido en mil batallas baloncestísticas y que cumple, hoy día, su tercera temporada como base del Kalise Gran Canaria.
Mario Bruno Fernández, conocido familiar y cariñosamente como Gorgorito, tocaba tierras grancanarias allá por el año 2006 después de haberse formado en el Barcelona, en la EBA, y en equipos tan dispares y reveladores como Calpe, Aracena, Menorca Básquet y CAI Zaragoza, en la LEB.
Y llegaba, aquí, con una ilusión tremenda por debutar en la ACB y con el firme propósito de hacerse un pequeño hueco en la siempre difícil segunda mejor liga de baloncesto del mundo. Y vaya si lo consiguió, por poner sólo un ejemplo: el 19 de noviembre de ese mismo año fue nombrado mejor Jugador Nacional de la jornada. Ahí es nada.
Mario, Supermario, rebosa humildad, generosidad, clase, elegancia y alegría por los cuatro costados y, además, reúne las mejores virtudes que se le pide, y se le exige, a un buen director de juego de la vieja escuela, con un especial añadido: ser base de presente pero también de futuro. Todas estas virtudes, y muchas otras más, brillan, de manera especial, también en las distancias cortas.
Por último, dos frases o dos pensamientos que vienen como anillo al dedo: “Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos”, de Martin Luther King Jr. y “haz todo el bien que puedas; por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas; en todos los lugares que puedas; tantas veces como puedas; a todas las personas que puedas, por todo el tiempo que puedas”, del clérigo anglicano John Wesley.