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El día 1 de Noviembre la Iglesia Católica celebra la festividad de Todos los Santos. La palabra Santo siempre se ha identificado con aquellos hombres y mujeres que viven las virtudes cristianas con tal grado de entrega y perfección que la propia Iglesia los elevaba y los sigue elevando a los altares, declarando solemnemente su santidad como ejemplo de vida para toda la Iglesia Universal.
Después de una larga vida activa, considero que es un privilegio haber tenido la ocasión de conocer personalmente a algunos de esos santos como a San Juan Pablo II, hombre recio, apóstol de las gentes y con una gran capacidad de sufrimiento. Pero la gran fortuna es haber conocido a Juan, Vicente, Ramón, Javier, Luis Felipe…, gente de la “puerta de al lado”, gente corriente, que eran buenos amigos, sencillos, trabajadores, simpáticos, generosos y dispuestos siempre a ayudarte, aconsejarte y acompañarte en los buenos y malos ratos de la vida, en la salud y en la enfermedad…
Seguro que cada uno de nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer familiares, amigos/as, compañeros/as de trabajo, jefes o subordinados, enfermeras, médicos, taxistas o agricultores que nos han dado ejemplo de como se viven las virtudes humanas. Todas esas personas que no son ni teólogas ni han hecho grandes hazañas, son las que el día de Todos los Santos, si nos han abandonado ya en esta vida, les podemos recordar y seguir tratando, porque en ese mundo nuevo y desconocido en el que seguro estarán, forman parte de esa gran multitud de santos y santas desconocidos.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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