En los institutos se castiga al agresor, es decir, al que empieza la pelea, siempre. Algunas veces, al agredido, si su respuesta, es desmesurada o desproporcionada. Y en pocas ocasiones a la dos personas enfrentadas.
Si ves que se castiga a las dos personas que se pelean, sin más, piensas en las dictaduras. Los dictadores no pueden perder el tiempo investigando, y escuchando las dos versiones. Necesitan todas las horas para dictar, es decir, dar órdenes y para planificar, teniéndolo todo “atado y bien atado”. Eso lo he visto, en alguna familia, y también en un instituto. Eso parece que pasa en ciertos países y en ciertos partidos.
Digo esto, porque he sabido, que dentro del partido de Abascal, había dos personas enfrentadas, dos personas que no se apreciaban. La dirección de la formación, para evitar males mayores, y para ahorrar tiempo, decidió proceder contra estas dos personas. Estoy hablando de Ortega Smith y de Olona.
Sin salirme del tema, del servicio militar tengo un recuerdo: No podías decir que te habían robado. Y en el patio, era mejor, evitar la refriega.
|