Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Un lugar llamado desarrollo | Coaching
Si te complicas mucho la vida no podrás conseguir demasiado, y los resultados serán muy pobres

El arte de marcar los límites

|

En los últimos años he notado una mejoría en todo lo que se refiere al aspecto profesional de mi vida. Es fruto de unas cuantas estrategias previamente diseñadas, algunas conscientemente y otras sin haberlo hecho de forma demasiado premeditada. La cuestión es que marcar los límites me ha ayudado bastante, te explicaré cómo…

Por cierto, me gustaría informarte que la semana que viene no escribiré en este blog, excepto el miércoles. Estaré una semana en San Sebastian con la creación de contenidos para distintos programas online y disfrutando de unas casi-vacaciones. En esos días no escribiré. Seguro que lo entenderás.

Aprender a marcar los límites
Hace unos años tenía el mismo objetivo que ahora: Impactar positivamente en la sociedad, maximizar los resultados y hacerlo de forma fácil, es decir, con el mínimo esfuerzo posible. Este tercer punto hace que todo se pueda llevar a cabo de forma replicable. Sólo me complico la vida de vez en cuando.

Si te complicas mucho la vida no podrás conseguir demasiado, y los resultados serán muy pobres.

Así que mi estrategia es: No te compliques, replica lo que funciona y aporta más beneficios a tu vida.

En esas estamos, ahora puedo decir que dedico el 98% de mi tiempo a tareas de máxima aportación de valor. Si no aporta (a nivel profesional evidentemente), no lo quiero. Es cierto que esto hace que mis viajes siempre sean fuera del horario laboral. Volver de Barcelona a Valencia en coche entrada ya la noche, como ayer, o escribir en este blog a las 6:45 a.m como hoy (cuando mis clientes no están disponibles vaya), etc…

También dedico algunos días al año a innovar, a crear productos o libros que serán clave para mi futuro. Sin embargo, acoto mucho el tiempo en el que innovo, para evitar caer en errores típicos del que no gestiona bien su tiempo.

La cuestión es que he conseguido esta tasa de éxito (si se puede llamar así), porque me he puesto muy en serio con marcar los límites, con decir que no a lo que antes me restaba energía y tiempo. Cafés que no llevaban a ninguna parte, favores a cambio de nada, reuniones inútiles, cero participación en foros de debate y discusión, asociaciones de coaching, y sobretodo mayor focalización en las tareas de alto valor. La cuestión es que he notado los resultados, hasta el límite en que ahora mi tiempo está optimizado al máximo. Mi siguiente reto es seguir aumentando los resultados y asegurar calidad de vida. Con una agenda llena hasta arriba, ya te contaré como me las arreglo.

Normalmente tenemos mucho reparo a la hora de marcar límites. Nos cuesta más de la cuenta por varios motivos:

- Miedo al rechazo. Siento que al decirte que “no” me rechazarás y ya no seré digno de tu confianza. Esto es una trampa, porque suele ocurrir lo contrario. Nos fiamos más de las personas que se muestran sinceras, sea para un Sí o para un No. Últimamente me fio más de quien me dice No. Creo que el rechazo de algunos es crítico para tu éxito.

- Pérdida de oportunidades. Al decir “no” creemos que perderemos oportunidades. Sin embargo, cuando la intuición ya te dice que en esa reunión, tomando ese café o aceptando esa llamada no obtendrás ningún valor, ¿por qué no sigues ahí? Tu intuición no suele fallar, es el fruto de miles de años de evolución.

Por eso mismo, en los últimos años me he hecho un fan de establecer límites a todo lo que no aporta. Siento si algunos de vosotros lo habéis sufrido, en forma de no tener el tiempo para ti, o para tu proyecto. Si te has sentido ofendido lo siento, no es nada personal.

Sólo entro en algo si lo veo interesante, si será rentable (inmediatamente) y si tengo el tiempo para hacerlo.

El otro día me comprometí a realizar una conferencia gratuita, será el único evento en el que participe de forma desinteresada en el 2016. Lo hice porque acababa de cerrar un proyecto anual de varios diezmiles de euros para la empresa de la persona que me lo pidió, una multinacional del sector de la alimentación.

No con esto quiero decirte que no ayudes, que no aportes, y que no contribuyas. Sólo que tienes que saber dónde está el límite entre lo que aporta valor y lo que no.

Generalmente nuestros planes son ambiciosos, el tuyo y el mío. El objetivo es hacerlos realidad y disfrutar en el camino. Además, yo quiero cambiar el mundo, y para eso me hace falta muy buena actitud y mucho trabajo duro, conseguir que cada empresa sea extraordinaria (nuestra misión), y para ello tengo que marcar algunos límites, seguro que lo entiendes.

Para ser competitivos y marcar la diferencia tienes que hacer más, con menos recursos. Y para esto tienes que quitar mucha paja de tu vida. Céntrate en lo importante, y cuida de los tuyos, son lo único que tienes.

Que tengas un gran día.

El arte de marcar los límites

Si te complicas mucho la vida no podrás conseguir demasiado, y los resultados serán muy pobres
César Piqueras
sábado, 13 de febrero de 2016, 00:57 h (CET)
En los últimos años he notado una mejoría en todo lo que se refiere al aspecto profesional de mi vida. Es fruto de unas cuantas estrategias previamente diseñadas, algunas conscientemente y otras sin haberlo hecho de forma demasiado premeditada. La cuestión es que marcar los límites me ha ayudado bastante, te explicaré cómo…

Por cierto, me gustaría informarte que la semana que viene no escribiré en este blog, excepto el miércoles. Estaré una semana en San Sebastian con la creación de contenidos para distintos programas online y disfrutando de unas casi-vacaciones. En esos días no escribiré. Seguro que lo entenderás.

Aprender a marcar los límites
Hace unos años tenía el mismo objetivo que ahora: Impactar positivamente en la sociedad, maximizar los resultados y hacerlo de forma fácil, es decir, con el mínimo esfuerzo posible. Este tercer punto hace que todo se pueda llevar a cabo de forma replicable. Sólo me complico la vida de vez en cuando.

Si te complicas mucho la vida no podrás conseguir demasiado, y los resultados serán muy pobres.

Así que mi estrategia es: No te compliques, replica lo que funciona y aporta más beneficios a tu vida.

En esas estamos, ahora puedo decir que dedico el 98% de mi tiempo a tareas de máxima aportación de valor. Si no aporta (a nivel profesional evidentemente), no lo quiero. Es cierto que esto hace que mis viajes siempre sean fuera del horario laboral. Volver de Barcelona a Valencia en coche entrada ya la noche, como ayer, o escribir en este blog a las 6:45 a.m como hoy (cuando mis clientes no están disponibles vaya), etc…

También dedico algunos días al año a innovar, a crear productos o libros que serán clave para mi futuro. Sin embargo, acoto mucho el tiempo en el que innovo, para evitar caer en errores típicos del que no gestiona bien su tiempo.

La cuestión es que he conseguido esta tasa de éxito (si se puede llamar así), porque me he puesto muy en serio con marcar los límites, con decir que no a lo que antes me restaba energía y tiempo. Cafés que no llevaban a ninguna parte, favores a cambio de nada, reuniones inútiles, cero participación en foros de debate y discusión, asociaciones de coaching, y sobretodo mayor focalización en las tareas de alto valor. La cuestión es que he notado los resultados, hasta el límite en que ahora mi tiempo está optimizado al máximo. Mi siguiente reto es seguir aumentando los resultados y asegurar calidad de vida. Con una agenda llena hasta arriba, ya te contaré como me las arreglo.

Normalmente tenemos mucho reparo a la hora de marcar límites. Nos cuesta más de la cuenta por varios motivos:

- Miedo al rechazo. Siento que al decirte que “no” me rechazarás y ya no seré digno de tu confianza. Esto es una trampa, porque suele ocurrir lo contrario. Nos fiamos más de las personas que se muestran sinceras, sea para un Sí o para un No. Últimamente me fio más de quien me dice No. Creo que el rechazo de algunos es crítico para tu éxito.

- Pérdida de oportunidades. Al decir “no” creemos que perderemos oportunidades. Sin embargo, cuando la intuición ya te dice que en esa reunión, tomando ese café o aceptando esa llamada no obtendrás ningún valor, ¿por qué no sigues ahí? Tu intuición no suele fallar, es el fruto de miles de años de evolución.

Por eso mismo, en los últimos años me he hecho un fan de establecer límites a todo lo que no aporta. Siento si algunos de vosotros lo habéis sufrido, en forma de no tener el tiempo para ti, o para tu proyecto. Si te has sentido ofendido lo siento, no es nada personal.

Sólo entro en algo si lo veo interesante, si será rentable (inmediatamente) y si tengo el tiempo para hacerlo.

El otro día me comprometí a realizar una conferencia gratuita, será el único evento en el que participe de forma desinteresada en el 2016. Lo hice porque acababa de cerrar un proyecto anual de varios diezmiles de euros para la empresa de la persona que me lo pidió, una multinacional del sector de la alimentación.

No con esto quiero decirte que no ayudes, que no aportes, y que no contribuyas. Sólo que tienes que saber dónde está el límite entre lo que aporta valor y lo que no.

Generalmente nuestros planes son ambiciosos, el tuyo y el mío. El objetivo es hacerlos realidad y disfrutar en el camino. Además, yo quiero cambiar el mundo, y para eso me hace falta muy buena actitud y mucho trabajo duro, conseguir que cada empresa sea extraordinaria (nuestra misión), y para ello tengo que marcar algunos límites, seguro que lo entiendes.

Para ser competitivos y marcar la diferencia tienes que hacer más, con menos recursos. Y para esto tienes que quitar mucha paja de tu vida. Céntrate en lo importante, y cuida de los tuyos, son lo único que tienes.

Que tengas un gran día.

Noticias relacionadas

Estamos fuertemente imbuidos, cada uno en lo suyo, de que somos algo consistente. Por eso alardeamos de un cuerpo, o al menos, lo notamos como propio. Al pensar, somos testigos de esa presencia particular e insustituible. Nos situamos como un estandarte expuesto a la vista de la comunidad y accesible a sus artefactos exploradores.

En medio de los afanes de la semana, me surge una breve reflexión sobre las sectas. Se advierte oscuro, aureolar que diría Gustavo Bueno, su concepto. Las define el DRAE como “comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos”. Se entienden también como desviación de una Iglesia, pero, en general, y por extensión, se aplica la noción a cualquier grupo con esos rasgos.

Acostumbrados a los adornos políticos, cuya finalidad no es otra que entregar a las gentes a las creencias, mientras grupos de intereses variados hacen sus particulares negocios, quizá no estaría de más desprender a la política de la apariencia que le sirve de compañía y colocarla ante esa realidad situada más allá de la verdad oficial. Lo que quiere decir lavar la cara al poder político para mostrarle sin maquillaje.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto