Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Animales | Animalista
O parásito y anfitrión

Carlos Herrera y Risto Mejide

|

Recuerdo cuando Carlos Herrera calificó de chusma y basura nacionalista a los que trabajaron por llevar adelante (y lo hicieron bien, porque lo consiguieron), la ILP Abolicionista de la Tauromaquia en Catalunya. Este periodista al que le pasa un poco lo que decía Leonardo Padura sobre el periodismo militante: “el militante obedece al Partido. El Partido decide y manda. Entonces el periodista desaparece”, con el añadido de que su Partido tiene visos de dejar de mandar, es hoy el viral, como ayer lo fue otro y mañana otro lo será. Se turnan pero no cambian, no en esencia ni en propósito, por eso todos parecen el mismo.

Calamaro, Tertsch, Herrera, Sostres… Ya no viven -o les cuesta cada vez más esfuerzo-, de lo que hacían, bien porque se les murió la musa (tal vez nunca les visitó una hija de Apolo sino que lo hace Carmen Polo, de Franco), bien porque se les depauperó el mecenas, así que ahora subsisten de intentar dinamitar lo que hacen otros. Han dejado de ser ellos mismos para alimentarse sobre la piel de los que aparentan odiar, y tal vez algo de ese sentimiento haya, pero la cuestión tiene tufo sobre todo a una gran envidia ajena y una considerable humillación propia.

Duele ir perdiendo oyentes o lectores, lo hace ir quedando relegado a medios más minoritarios y desde ellos vocear con la esperanza de que te llamen de La Sexta por eso de la audiencia que otorga un bufón con ojos de naftalina. ¿Se imaginan que sería de Eduardo Inda con sólo su Okdiario y sin silla en el debate de La Sexta Noche? La España que los encumbraba mengua y la España que los rechaza medra. Ser sustituidos como referentes en la moral y sobre todo en los titulares les escuece como almorrana, por eso echan mano de la visibilidad parasitaria simulando querer liquidar (mediáticamente), a los que necesitan de forma desesperada para no morir en la vida pública.

Carlos Herrera, como tantos otros, es un ser endiosado que sin haber sido nunca un dios hoy ya ni apariencia de aspirante a olimpo cavernario conserva, por eso tanta rabia nacida de la prescripción ética, por eso tamaño deseo de venganza tras el crepúsculo y caída, pero principalmente por una razón el insulto continuo asociado a ciertos nombres: para conseguir que el suyo no se borre definitivamente. Creo que si este hombre tuviese que elegir entre salvarle la vida a El Juli o a Risto Meijide escogería al segundo y es que un parásito, al final, depende para sobrevivir de su hospedador, no de otro parásito, pero de cualquier modo hay que ver lo mal que llevan algunos las cornadas de la evolución.

Carlos Herrera y Risto Mejide

O parásito y anfitrión
Julio Ortega Fraile
viernes, 8 de enero de 2016, 00:33 h (CET)
Recuerdo cuando Carlos Herrera calificó de chusma y basura nacionalista a los que trabajaron por llevar adelante (y lo hicieron bien, porque lo consiguieron), la ILP Abolicionista de la Tauromaquia en Catalunya. Este periodista al que le pasa un poco lo que decía Leonardo Padura sobre el periodismo militante: “el militante obedece al Partido. El Partido decide y manda. Entonces el periodista desaparece”, con el añadido de que su Partido tiene visos de dejar de mandar, es hoy el viral, como ayer lo fue otro y mañana otro lo será. Se turnan pero no cambian, no en esencia ni en propósito, por eso todos parecen el mismo.

Calamaro, Tertsch, Herrera, Sostres… Ya no viven -o les cuesta cada vez más esfuerzo-, de lo que hacían, bien porque se les murió la musa (tal vez nunca les visitó una hija de Apolo sino que lo hace Carmen Polo, de Franco), bien porque se les depauperó el mecenas, así que ahora subsisten de intentar dinamitar lo que hacen otros. Han dejado de ser ellos mismos para alimentarse sobre la piel de los que aparentan odiar, y tal vez algo de ese sentimiento haya, pero la cuestión tiene tufo sobre todo a una gran envidia ajena y una considerable humillación propia.

Duele ir perdiendo oyentes o lectores, lo hace ir quedando relegado a medios más minoritarios y desde ellos vocear con la esperanza de que te llamen de La Sexta por eso de la audiencia que otorga un bufón con ojos de naftalina. ¿Se imaginan que sería de Eduardo Inda con sólo su Okdiario y sin silla en el debate de La Sexta Noche? La España que los encumbraba mengua y la España que los rechaza medra. Ser sustituidos como referentes en la moral y sobre todo en los titulares les escuece como almorrana, por eso echan mano de la visibilidad parasitaria simulando querer liquidar (mediáticamente), a los que necesitan de forma desesperada para no morir en la vida pública.

Carlos Herrera, como tantos otros, es un ser endiosado que sin haber sido nunca un dios hoy ya ni apariencia de aspirante a olimpo cavernario conserva, por eso tanta rabia nacida de la prescripción ética, por eso tamaño deseo de venganza tras el crepúsculo y caída, pero principalmente por una razón el insulto continuo asociado a ciertos nombres: para conseguir que el suyo no se borre definitivamente. Creo que si este hombre tuviese que elegir entre salvarle la vida a El Juli o a Risto Meijide escogería al segundo y es que un parásito, al final, depende para sobrevivir de su hospedador, no de otro parásito, pero de cualquier modo hay que ver lo mal que llevan algunos las cornadas de la evolución.

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto