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Paco Milla

A los cuarenta y cambiando gormitis (normales, anormales y post-modernos)

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Recien llegado a casa, Segismundo Perez-Do Pinto Roncesvalles (en adelante “Segis”) y dado que era viernes, se dispuso a jugar con sus hijos, ya cenados y a punto de ir a la cama.

Sabia, por su edad, que el tiempo pasado junto a su esposa e hijos, era terciopelo, satén o raso, según los gustos de cada uno. Era el autentico, pues ya anciano o enfermo incluso, lo podría rememorar, (ya que hay enfermedades que te llevan de nuevo a los cuarenta, aunque te importen un carajo los esfínteres y su control).

Aquella mañana, había leído un artículo sobre ideas post-modernistas en educación y aunque lo rechazó a la mitad, semi-cabreado y sin siquiera un reojo de arrepentimiento, las palabras leídas, habían quedado en su cerebro.

Por este motivo, llegó incluso a sentirse incomodo, porque se sorprendió hablando con su familia, de aquellos temas que interesaban a cada uno y esto chocaba frontalmente, con lo que algunos psicólogos o pseudo-expertos, decían que DEBERIA ocurrir (SEGÚN ELLOS).

El “Segis”, sintió de pronto, como sus venas se dilataban, sus sienes “sistolizaban”, sus trapecios se tensaban y sus puños se cerraban. La fuerza, la energía, el vigor, habían vuelto repentinamente a él, desde aquel lejano día, en que contando catorce primaveras, su amigo Pedron “el matahombres” le sopló la primera hostia de su vida, recibida de mano no familiar y por tanto de huellas digitales ajenas a su apellido.

Cuando su esposa vio el brillo juvenil en sus ojos, decidió acostar a los hijos.

“El Segis” sintiose Superman de nuevo y pensando , pensando llegó a la conclusión, de que le faltaba una vestimenta adecuada.

Calzose el pantalón azul de pijama de felpa, los calzoncillos de domingo encima de este y las botas de nieve, por aquello de que parecía mas alto. Como guinda, busco afanosamente la túnica de la “Hermandad del Nazareno con la mano quemada por la cera de la gruesa vela”, que bien podría hacer de capa en caso de vuelo y dejose resbalar (a velocidad muy lenta) una media de su mujer en faz, hasta que la misma quedó cubierta y desfigurada.

Con el ímpetu propio que proporciona la vestimenta (acuérdense de agentes de la autoridad en su primera semana de trabajo) se dirigió al ordenador donde habitaban las telas de araña y se dijo para si: ¡hoy es el día!.

Cuando la hoja digital blanca y brillante apareció ante él, cubriose los ojos con las gafas de sol, (solo con un cristal) serigrafiadas con la cara de los Pecos, que tantos duros le costó en aquella caseta de tiro, cuando, queriendo impresionar a Julita, (aquella su primera novia) tuvo que apuntar a los llaveros de Calimero, para darle a un cigarrillo de More y de rebote a las famosas gafas, escuchando a continuación estas cariñosísimas palabras : “pues ya que te las has cargao, llévatelas, mongol”.

Con parsimonia y siendo consciente de que lo plasmado, pasaría a la posteridad, posó sus dedos sobre el teclado y escribió, dirigiéndolo al periodico de su ciudad:

“Profesor Gustavo Bueno, que estas en... Oviedo, ayúdame a filosofar de forma coherente por una vez, amen... y tituló:

LO NORMAL, LO ANORMAL Y LA MADRE QUE LOS PARIO.

No seré yo, quien diga afirme o subraye, que he encontrado la línea que separa lo normal de lo anormal. Siendo de humilde procedencia y escasamente dogmatico...¿quién, en su sano juicio, se atrevería a hacerlo, creyendo que esta en posesión de la verdad absoluta? Pero, si para elegir a nuestros representantes políticos la mayoría manda, no sería lunático decir que lo normal es o seria (o seriese dado el caso) que la normalidad es aquello que la mayoría practica, sin querer afirmar con esto, que la mayoría acierte o yerre, que eso es otro tema.

Me dirijo hoy a los grandes “expertos pata negra hispánica o provenientes de allende los mares” (autodenominados por lo general), que nos aconsejaban, no hace tanto, a los padres, ser colegas de nuestros retoños, colegas de nuestros alumnos, “de buen rollo, tio”, que con los años se ha convertido en el ¿qué pasa profe, que toston nos vas a dar hoy de clase? ¡no se te ocurra suspenderme porque te hostio! o el ¡hola viejo, ¿cuándo vas al trabajo? , es que va a venir la novia a mi habitación y no quiero que te vea por aquí.

¿Qué? Visto lo visto, ¿cuando llegan las disculpas?, porque es que, estoy deseando ver a los pseudo-expertos de mierda, si, si, de mierda digo, presentarse y pedir perdón por la cosecha recogida. Ah y otra cosa que les quiero decir:

A mi hija le regalaré muñecas para que juegue con ellas si le apetece y a mi hijo camiones para que los hostie, según le venga en gana, que HARTO ESTOY ya de oír que LO NORMAL DEBERIA SER que regaláramos muñequitas a los niños (con todo el ajuar y los armaritos, zapatitos y fulares, claro) y fuertes “western” con indios incluidos, balones, camisetas del Madrid o Barcelona a las niñas.

¡ QUE OS VAYAIS AL CARAJO, COÑO!
Yo regalaré, según sus aficiones, que los padres y madres las conocemos sobradamente y si nos equivocamos...pues que se las intercambien, que para eso son hermanos.

¡Que os metáis el mensaje post-moderno donde coño os quepa y que nos dejéis en paz, pastores de borregos descerebrados. ¿Acaso con estas pintas de libertador de débiles os parezco uno de ellos? Soy el superman del barrio y si os veo por aquí os corro a gorrazos. Avisados quedáis.

Ah, que se me olvidaba: Y con 40 tacos, ando cambiando gormitis con mis alumnos mas pequeños, para ayudar a mi churumbel a reunir la colección y si os parece mal... que os den por donde amargan los pepinos.

Lo dicho: yo no compro humo y vosotros lleváis los sacos plenos. Anda que os habéis lucido, mamelucos.

A propósito ¿no tendréis por ahí el jefe del Pueblo del Agua, pero no de la serie 1 sino de los atómicos, esos que cambian de color con el ambiente caliente o frío... ¡es que me falta para la colección!

¿Pero que digo?... si vosotros andaréis cambiando de bragas a las nancys, con vuestros retoños quinceañeros, que ya me los veo descojonarse por lo bajini.

A propósito de normalidades y lo contrario...¿les parece normal ver a un grupo de niños negritos en pleno corazón de África, cantando himnos futboleros? A mi solo anecdótico, incluso peligroso si es que algunas “escuelas independentistas nacionalistas” han decidido montar sucursales en el continente negro ¿habrán comido antes de cantar o después... o no lo habrán hecho?

¿Normal acaso que los diseñadores de relojes se empeñen en colocar agujas blancas sobre blanca esfera? ¿Normal que un destacado político de izquierdas se empeñe en colocar una Maravilla de placa a una sor? Y es que la línea es muy delgada, oigan, pero que muy delgada

Atentamente: Segismundo Perez Do Pinto Roncesvalles.

Levantose, aun de forma airada de la silla y ciñéndose la túnica, perdón, la capa al talle, abrió la ventana y lanzose al vacío de la oscura noche, con el brazo derecho estirado.

Cayó de bruces sobre el techo de un Toledo y cuando los viandantes acudieron a recogerlo, se le oyó decir antes de perder la consciencia: ¡me faltan 3 gormitis del Pueblo de la Tierra, 2 del bosque, 5 del Mar y el jefe del Aire que evolucionó a Helios en la quinta generación...¿ustedes juntan gormitis o son psicólogos, (de los malos) oigan? Y desmayose, sin mas. Pobre “Segis”.
Un valiente, oigan, vamos, de los que ya no quedan.

A los cuarenta y cambiando gormitis (normales, anormales y post-modernos)

Paco Milla
Paco Milla
sábado, 22 de noviembre de 2008, 21:02 h (CET)
Recien llegado a casa, Segismundo Perez-Do Pinto Roncesvalles (en adelante “Segis”) y dado que era viernes, se dispuso a jugar con sus hijos, ya cenados y a punto de ir a la cama.

Sabia, por su edad, que el tiempo pasado junto a su esposa e hijos, era terciopelo, satén o raso, según los gustos de cada uno. Era el autentico, pues ya anciano o enfermo incluso, lo podría rememorar, (ya que hay enfermedades que te llevan de nuevo a los cuarenta, aunque te importen un carajo los esfínteres y su control).

Aquella mañana, había leído un artículo sobre ideas post-modernistas en educación y aunque lo rechazó a la mitad, semi-cabreado y sin siquiera un reojo de arrepentimiento, las palabras leídas, habían quedado en su cerebro.

Por este motivo, llegó incluso a sentirse incomodo, porque se sorprendió hablando con su familia, de aquellos temas que interesaban a cada uno y esto chocaba frontalmente, con lo que algunos psicólogos o pseudo-expertos, decían que DEBERIA ocurrir (SEGÚN ELLOS).

El “Segis”, sintió de pronto, como sus venas se dilataban, sus sienes “sistolizaban”, sus trapecios se tensaban y sus puños se cerraban. La fuerza, la energía, el vigor, habían vuelto repentinamente a él, desde aquel lejano día, en que contando catorce primaveras, su amigo Pedron “el matahombres” le sopló la primera hostia de su vida, recibida de mano no familiar y por tanto de huellas digitales ajenas a su apellido.

Cuando su esposa vio el brillo juvenil en sus ojos, decidió acostar a los hijos.

“El Segis” sintiose Superman de nuevo y pensando , pensando llegó a la conclusión, de que le faltaba una vestimenta adecuada.

Calzose el pantalón azul de pijama de felpa, los calzoncillos de domingo encima de este y las botas de nieve, por aquello de que parecía mas alto. Como guinda, busco afanosamente la túnica de la “Hermandad del Nazareno con la mano quemada por la cera de la gruesa vela”, que bien podría hacer de capa en caso de vuelo y dejose resbalar (a velocidad muy lenta) una media de su mujer en faz, hasta que la misma quedó cubierta y desfigurada.

Con el ímpetu propio que proporciona la vestimenta (acuérdense de agentes de la autoridad en su primera semana de trabajo) se dirigió al ordenador donde habitaban las telas de araña y se dijo para si: ¡hoy es el día!.

Cuando la hoja digital blanca y brillante apareció ante él, cubriose los ojos con las gafas de sol, (solo con un cristal) serigrafiadas con la cara de los Pecos, que tantos duros le costó en aquella caseta de tiro, cuando, queriendo impresionar a Julita, (aquella su primera novia) tuvo que apuntar a los llaveros de Calimero, para darle a un cigarrillo de More y de rebote a las famosas gafas, escuchando a continuación estas cariñosísimas palabras : “pues ya que te las has cargao, llévatelas, mongol”.

Con parsimonia y siendo consciente de que lo plasmado, pasaría a la posteridad, posó sus dedos sobre el teclado y escribió, dirigiéndolo al periodico de su ciudad:

“Profesor Gustavo Bueno, que estas en... Oviedo, ayúdame a filosofar de forma coherente por una vez, amen... y tituló:

LO NORMAL, LO ANORMAL Y LA MADRE QUE LOS PARIO.

No seré yo, quien diga afirme o subraye, que he encontrado la línea que separa lo normal de lo anormal. Siendo de humilde procedencia y escasamente dogmatico...¿quién, en su sano juicio, se atrevería a hacerlo, creyendo que esta en posesión de la verdad absoluta? Pero, si para elegir a nuestros representantes políticos la mayoría manda, no sería lunático decir que lo normal es o seria (o seriese dado el caso) que la normalidad es aquello que la mayoría practica, sin querer afirmar con esto, que la mayoría acierte o yerre, que eso es otro tema.

Me dirijo hoy a los grandes “expertos pata negra hispánica o provenientes de allende los mares” (autodenominados por lo general), que nos aconsejaban, no hace tanto, a los padres, ser colegas de nuestros retoños, colegas de nuestros alumnos, “de buen rollo, tio”, que con los años se ha convertido en el ¿qué pasa profe, que toston nos vas a dar hoy de clase? ¡no se te ocurra suspenderme porque te hostio! o el ¡hola viejo, ¿cuándo vas al trabajo? , es que va a venir la novia a mi habitación y no quiero que te vea por aquí.

¿Qué? Visto lo visto, ¿cuando llegan las disculpas?, porque es que, estoy deseando ver a los pseudo-expertos de mierda, si, si, de mierda digo, presentarse y pedir perdón por la cosecha recogida. Ah y otra cosa que les quiero decir:

A mi hija le regalaré muñecas para que juegue con ellas si le apetece y a mi hijo camiones para que los hostie, según le venga en gana, que HARTO ESTOY ya de oír que LO NORMAL DEBERIA SER que regaláramos muñequitas a los niños (con todo el ajuar y los armaritos, zapatitos y fulares, claro) y fuertes “western” con indios incluidos, balones, camisetas del Madrid o Barcelona a las niñas.

¡ QUE OS VAYAIS AL CARAJO, COÑO!
Yo regalaré, según sus aficiones, que los padres y madres las conocemos sobradamente y si nos equivocamos...pues que se las intercambien, que para eso son hermanos.

¡Que os metáis el mensaje post-moderno donde coño os quepa y que nos dejéis en paz, pastores de borregos descerebrados. ¿Acaso con estas pintas de libertador de débiles os parezco uno de ellos? Soy el superman del barrio y si os veo por aquí os corro a gorrazos. Avisados quedáis.

Ah, que se me olvidaba: Y con 40 tacos, ando cambiando gormitis con mis alumnos mas pequeños, para ayudar a mi churumbel a reunir la colección y si os parece mal... que os den por donde amargan los pepinos.

Lo dicho: yo no compro humo y vosotros lleváis los sacos plenos. Anda que os habéis lucido, mamelucos.

A propósito ¿no tendréis por ahí el jefe del Pueblo del Agua, pero no de la serie 1 sino de los atómicos, esos que cambian de color con el ambiente caliente o frío... ¡es que me falta para la colección!

¿Pero que digo?... si vosotros andaréis cambiando de bragas a las nancys, con vuestros retoños quinceañeros, que ya me los veo descojonarse por lo bajini.

A propósito de normalidades y lo contrario...¿les parece normal ver a un grupo de niños negritos en pleno corazón de África, cantando himnos futboleros? A mi solo anecdótico, incluso peligroso si es que algunas “escuelas independentistas nacionalistas” han decidido montar sucursales en el continente negro ¿habrán comido antes de cantar o después... o no lo habrán hecho?

¿Normal acaso que los diseñadores de relojes se empeñen en colocar agujas blancas sobre blanca esfera? ¿Normal que un destacado político de izquierdas se empeñe en colocar una Maravilla de placa a una sor? Y es que la línea es muy delgada, oigan, pero que muy delgada

Atentamente: Segismundo Perez Do Pinto Roncesvalles.

Levantose, aun de forma airada de la silla y ciñéndose la túnica, perdón, la capa al talle, abrió la ventana y lanzose al vacío de la oscura noche, con el brazo derecho estirado.

Cayó de bruces sobre el techo de un Toledo y cuando los viandantes acudieron a recogerlo, se le oyó decir antes de perder la consciencia: ¡me faltan 3 gormitis del Pueblo de la Tierra, 2 del bosque, 5 del Mar y el jefe del Aire que evolucionó a Helios en la quinta generación...¿ustedes juntan gormitis o son psicólogos, (de los malos) oigan? Y desmayose, sin mas. Pobre “Segis”.
Un valiente, oigan, vamos, de los que ya no quedan.

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