Debo estar soñando, esta semana he contabilizado cinco artículos sobre la salud mental en mi lectura cotidiana de los diarios. ¿Qué está pasando? ¿El mundo ha dejado de caminar para atrás, por fin se reconoce que es fundamental la atención a la salud psíquica de la población? Deja de soñar, Helena, recuerda la letra de aquél tango: Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor, que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!... Así son las cosas, mero interés periodístico del momento que luego queda en papel mojado, las cifras seguirán aumentando sin que se tomen medidas, las personas seguirán pensando que no sirve de nada ir al psicólogo o al psicoanalista, seguirá siendo más placentero quejarse todos los días un poquito que dar un paso hacia delante. Así nos va.
Si hiciéramos un poco de caso a los poetas nos iría bastante mejor, ellos sí que saben lo que nuestra alma necesita. ¿Para qué servirá tanto sufrimiento humano históricamente mantenido? ¿Qué se puede hacer con tanta desesperación? Al final muchos viven esperando su muerte porque no saben qué hacer con su vida. 280.- “Un hombre que no sabe claramente dónde ir, termina yendo a cualquier lado, siempre lejos de sí.” (Aforismo del libro Aforismos y decires 1958-2008 de Miguel O. Menassa) En el terreno de la física el hombre ha sabido encauzar las energías naturales para su propio aprovechamiento, pero un el terreno más íntimo, en la propia vida del hombre, aún desperdiciamos con alevosía nuestro potencial.
Pacientes que colapsan las consultas médicas, población sobremedicada porque no puede soportar el displacer y no sabe tomar decisiones, jóvenes sin destino de los que nadie se ocupa, parejas a las que la moda les llevó a la separación, hijos sin padre porque su madre quiso vengarse así de su marido, tantas y tantas situaciones terribles a las que parece que tenemos que acostumbrarnos porque nadie hace nada, porque uno mismo no hace nada. 179.- “No es bueno esperar que las cosas vengan del cielo, no es bueno esperar que otro haga por mí lo que ni siquiera soy capaz de hacer.”
¿A qué esperamos señoras y señores? Ningún rayo de luz va a venir a iluminarnos con sabiduría y felicidad, ningún Estado nos pagará nuestra educación ni nuestro bienestar anímico, nuestros padres siempre querrán lo mejor para nosotros según su propia ideología, no lo que realmente es mejor para nuestra vida. El mundo es así, duro, injusto y donde cada uno tiene que aprender a decidir. 212.- “Hemos conseguido lo que consigue el proletariado de algunos países civilizados: una casa para el cuerpo, para la familia. Ahora tenemos que ir por la casa para el alma”. El pan está más o menos conseguido, ahora tenemos que aprender a procurarnos un poco de bienestar, y no confundan con lujos que hay muchos millonarios deprimidos, y no equivoquen con conformarse con poco, que hay muchos pobres desesperados.
399.- “Nadie se cura haciendo lo que le da la gana. Porque hacer lo que a uno le da la gana es el mecanismo que usa la enfermedad para instalarse como enfermedad”. Si de bienestar les hablo es para que cada uno alcance su propia medida de satisfacción. Solo no se puede. Necesitamos de la medicina, de la educación, de la física, de la química, del psicoanálisis y de muchas otras disciplinas que hacen posible que vivamos como humanos en pleno siglo XXI, de nosotros depende hacer uso de ellas. No sólo vale decir, también hay que hacer.
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