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Psicología y sexualidad
Etiquetas | Anorexia | Adolescentes | Conducta | Alimentación | síntomas
Según los expertos, los trastornos de la conducta alimentaria pueden aparecer a cualquier edad, aunque esta etapa es un momento especialmente vulnerable

​​Anorexia en adolescentes: ¿cómo podemos detectarla las familias?

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Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición).


Foto Blog 10

En España, los últimos estudios realizados coinciden en señalar que alrededor del 4,1-4,5% de los adolescentes entre los 12 y los 21 años sufren algún trastorno de la conducta alimentaria. Esto no quiere decir que solo puedan padecerlos los adolescentes, en absoluto, los expertos coinciden en que pueden aparecer a cualquier edad, aunque la adolescencia es una etapa especialmente crítica.


Factores de riesgo


Según la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia, “los factores de riesgo son aquellos que facilitan la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria”. Enumeran los siguientes:


Predisposición genética: El riesgo de padecer un TCA se incrementa por encima de los valores de la población general si hay el antecedente de un familiar con un TCA.


Rasgos psicológicos: Ciertos rasgos de personalidad como una autoexigencia muy elevada, perfeccionismo obsesivo, necesidad de control y rigidez cognitiva están muy relacionados con la aparición de una anorexia. La Bulimia está más relacionada con la ansiedad y la impulsividad.


Baja autoestima: Tener una baja autoestima, es decir, hacer una valoración negativa e insatisfactoria de un mismo / a incrementa la probabilidad de padecer TCA.


Imagen corporal negativa: Las personas que no tienen una imagen real de su propio cuerpo y se sienten mal, son más vulnerables a la hora de sufrir un TCA.


Adolescencia: La adolescencia es la etapa vital en la que existe un mayor riesgo de desarrollar un TCA. Se diagnostica TCA en personas de todas las edades, pero en la mayoría de los casos la enfermedad se desarrolla durante la adolescencia. Esto sucede porque durante esta etapa, la personalidad, la autoestima y el rol social de la persona están en pleno desarrollo y, por tanto, es más vulnerable ante un entorno social en el que la presión por la imagen es excesivamente elevada.


Sexo femenino: De cada 10 casos de TCA, 9 son mujeres y 1 es un hombre, por lo que ser mujer implica mayor riesgo de padecer un TCA.


Ambiente familiar desestructurado: Las familias en las que no existe una estructura estable y segura tienen mayor riesgo de desarrollar un TCA en alguno de los miembros, sobre todo en aquellos que de manera individual tienen más riesgo, como las chicas adolescentes.


Ambiente familiar sobreprotector: Aquellas familias en las que la comunicación y la dinámica familiar es excesivamente rígida, controladora y exigente pueden influir en el desarrollo de un TCA, sobre todo en aquellos miembro con mayor vulnerabilidad individual, como las chicas adolescentes.


Experiencias vitales estresantes: Cambios traumáticos en la estructura familiar como, por ejemplo, la muerte de uno de los miembros puede aumentar la probabilidad de TCA.


Modelo de belleza imperante: El actual modelo de belleza, que se centra en un modelo estético delgado, tiene un peso muy importante en el desarrollo de los TCA. En los últimos años, la aparición de este nuevo canon de belleza ha venido acompañado de un fuerte incremento la incidencia de casos de TCA.


Presión social respecto a la imagen: En las últimas décadas, el valor social de la imagen también ha ganado relevancia, por lo que no sólo tenemos un modelo de belleza perjudicial para la salud, sino que, además, la presión social recibida respecto a la importancia de parecerse a este modelo es excesivamente elevada. Estos dos factores combinados tienen una clara influencia en la aparición de TCA. El papel de los medios de comunicación en la difusión del modelo de belleza actual los sitúa como agentes responsables, en buena medida, en la proliferación de los TCA en nuestra sociedad.


Determinados deportes o profesiones: Ciertas actividades deportivas, como la danza, por ejemplo, pueden favorecer la aparición de TCA debido al trato que hacen de la imagen en la práctica de este deporte. Otros deportes de riesgo son aquellos en los que se compite por categorías de peso. También son grupo de riesgo todas aquellas personas que ejercen profesiones relacionadas con mundo de la moda, espectáculo y / o televisión / cine, ya que la profesión a menudo ejerce presión en cuanto a tener una determinada imagen.


Críticas y burlas relacionadas con el físico: Las personas, sobre todo niños y adolescentes, que han recibido críticas y burlas relacionadas con su apariencia física y que debido a ello se han sentido inseguras con su imagen pueden presentar mayor tendencia a desarrollar TCA.


El sistema de tallas actual: es un sistema no unificado que tiene como resultado un patrón heterogéneo que resulta confundido para la población, hasta el punto de que la persona no es capaz de conocer cuál es su talla. El informe «No encontrar tu talla promueve la anorexia» alerta de que un 44% de la población hace un intento de dieta para adelgazar al comprobar que no utilizan la talla que creían.


Existencia de páginas web que hacen apología de la anorexia y la bulimia: En los últimos años han aparecido y se han reproducido a una velocidad vertiginosa, tal y como denuncia el informe «Las páginas pro-ana y pro-mia inundan la red «, la presencia en internet de páginas que hacen apología la anorexia y la bulimia como» formas de vida «en lugar de como enfermedades mentales. Son páginas dirigidas por una persona que sufre TCA y en las que diferentes personas afectadas por la enfermedad se ponen en contacto con el objetivo de intercambiar trucos para adelgazar, reforzar las conductas patológicas propias de la enfermedad (como, por ejemplo, autoexigirse un peso por debajo de lo que se considera saludable), y engañar familiares y amigos, entre otras acciones.


Como podemos ver, los factores de riesgo son genéticos, pero también familiares y sociales.


Señales de alerta que nos pueden hacer sospechar que existe un TCA


A todas las madres, padres y familiares de personas con TCA nos encantaría poder identificar que nuestro hijo o hija está sufriendo este trastorno para poder pedir ayuda cuanto antes. En este sentido, existen algunas señales que pueden alertarnos, aunque para obtener un diagnóstico certero, es necesaria la evaluación de un profesional de la salud mental. La Asociación contra la Anorexia y la Bulimia nos ayuda enumerando en las siguientes señales:


En relación con la alimentación:

  • Uso injustificado de dietas restrictivas
  • Estado de preocupación constante por la comida
  • Interés exagerado para recetas de cocina
  • Sentimiento de culpa por haber comido
  • Comportamiento alimentario extraño (velocidad ingesta, comer muy recto, etc.)
  • Irse de la mesa y encerrarse en el baño después de cada comida
  • Aumento de la frecuencia y cantidad de tiempo que está en el baño
  • Evitar comidas en familia
  • Rapidez con la que se acaba la comida de casa
  • Encontrar comida escondida, por ejemplo, en su habitación
  • Encontrar grandes cantidades de restos de comida, envoltorios, etc… en su habitación o en la basura.


En relación con el peso:

  • Pérdida de peso injustificada
  • Miedo y rechazo exagerado al sobrepeso
  • Práctica de ejercicio físico de forma compulsiva con el único objetivo de adelgazar
  • Práctica del vómito autoinducido
  • Consumo de laxantes y diuréticos Amenorrea (desaparición del ciclo menstrual
  • durante, al menos, 3 meses consecutivos) si se da, como síntoma debido a landesnutrición
  • Otros síntomas físicos debidos a la desnutrición: frío en las manos y pies, sequedad de la piel, estreñimiento, palidez o mareos, caída de cabello, etc.


En relación con la imagen corporal:

  • Percepción errónea de tener un cuerpo graso
  • Intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha


En relación con el comportamiento:

  • Alteración del rendimiento académico o laboral aislamiento progresivo
  • Aumento de la irritabilidad y agresividad Aumento de los síntomas depresivos y/o la ansiedad
  • Comportamientos manipuladores y aparición de mentira

​​Anorexia en adolescentes: ¿cómo podemos detectarla las familias?

Según los expertos, los trastornos de la conducta alimentaria pueden aparecer a cualquier edad, aunque esta etapa es un momento especialmente vulnerable
Redacción
viernes, 10 de junio de 2022, 11:55 h (CET)

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición).


Foto Blog 10

En España, los últimos estudios realizados coinciden en señalar que alrededor del 4,1-4,5% de los adolescentes entre los 12 y los 21 años sufren algún trastorno de la conducta alimentaria. Esto no quiere decir que solo puedan padecerlos los adolescentes, en absoluto, los expertos coinciden en que pueden aparecer a cualquier edad, aunque la adolescencia es una etapa especialmente crítica.


Factores de riesgo


Según la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia, “los factores de riesgo son aquellos que facilitan la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria”. Enumeran los siguientes:


Predisposición genética: El riesgo de padecer un TCA se incrementa por encima de los valores de la población general si hay el antecedente de un familiar con un TCA.


Rasgos psicológicos: Ciertos rasgos de personalidad como una autoexigencia muy elevada, perfeccionismo obsesivo, necesidad de control y rigidez cognitiva están muy relacionados con la aparición de una anorexia. La Bulimia está más relacionada con la ansiedad y la impulsividad.


Baja autoestima: Tener una baja autoestima, es decir, hacer una valoración negativa e insatisfactoria de un mismo / a incrementa la probabilidad de padecer TCA.


Imagen corporal negativa: Las personas que no tienen una imagen real de su propio cuerpo y se sienten mal, son más vulnerables a la hora de sufrir un TCA.


Adolescencia: La adolescencia es la etapa vital en la que existe un mayor riesgo de desarrollar un TCA. Se diagnostica TCA en personas de todas las edades, pero en la mayoría de los casos la enfermedad se desarrolla durante la adolescencia. Esto sucede porque durante esta etapa, la personalidad, la autoestima y el rol social de la persona están en pleno desarrollo y, por tanto, es más vulnerable ante un entorno social en el que la presión por la imagen es excesivamente elevada.


Sexo femenino: De cada 10 casos de TCA, 9 son mujeres y 1 es un hombre, por lo que ser mujer implica mayor riesgo de padecer un TCA.


Ambiente familiar desestructurado: Las familias en las que no existe una estructura estable y segura tienen mayor riesgo de desarrollar un TCA en alguno de los miembros, sobre todo en aquellos que de manera individual tienen más riesgo, como las chicas adolescentes.


Ambiente familiar sobreprotector: Aquellas familias en las que la comunicación y la dinámica familiar es excesivamente rígida, controladora y exigente pueden influir en el desarrollo de un TCA, sobre todo en aquellos miembro con mayor vulnerabilidad individual, como las chicas adolescentes.


Experiencias vitales estresantes: Cambios traumáticos en la estructura familiar como, por ejemplo, la muerte de uno de los miembros puede aumentar la probabilidad de TCA.


Modelo de belleza imperante: El actual modelo de belleza, que se centra en un modelo estético delgado, tiene un peso muy importante en el desarrollo de los TCA. En los últimos años, la aparición de este nuevo canon de belleza ha venido acompañado de un fuerte incremento la incidencia de casos de TCA.


Presión social respecto a la imagen: En las últimas décadas, el valor social de la imagen también ha ganado relevancia, por lo que no sólo tenemos un modelo de belleza perjudicial para la salud, sino que, además, la presión social recibida respecto a la importancia de parecerse a este modelo es excesivamente elevada. Estos dos factores combinados tienen una clara influencia en la aparición de TCA. El papel de los medios de comunicación en la difusión del modelo de belleza actual los sitúa como agentes responsables, en buena medida, en la proliferación de los TCA en nuestra sociedad.


Determinados deportes o profesiones: Ciertas actividades deportivas, como la danza, por ejemplo, pueden favorecer la aparición de TCA debido al trato que hacen de la imagen en la práctica de este deporte. Otros deportes de riesgo son aquellos en los que se compite por categorías de peso. También son grupo de riesgo todas aquellas personas que ejercen profesiones relacionadas con mundo de la moda, espectáculo y / o televisión / cine, ya que la profesión a menudo ejerce presión en cuanto a tener una determinada imagen.


Críticas y burlas relacionadas con el físico: Las personas, sobre todo niños y adolescentes, que han recibido críticas y burlas relacionadas con su apariencia física y que debido a ello se han sentido inseguras con su imagen pueden presentar mayor tendencia a desarrollar TCA.


El sistema de tallas actual: es un sistema no unificado que tiene como resultado un patrón heterogéneo que resulta confundido para la población, hasta el punto de que la persona no es capaz de conocer cuál es su talla. El informe «No encontrar tu talla promueve la anorexia» alerta de que un 44% de la población hace un intento de dieta para adelgazar al comprobar que no utilizan la talla que creían.


Existencia de páginas web que hacen apología de la anorexia y la bulimia: En los últimos años han aparecido y se han reproducido a una velocidad vertiginosa, tal y como denuncia el informe «Las páginas pro-ana y pro-mia inundan la red «, la presencia en internet de páginas que hacen apología la anorexia y la bulimia como» formas de vida «en lugar de como enfermedades mentales. Son páginas dirigidas por una persona que sufre TCA y en las que diferentes personas afectadas por la enfermedad se ponen en contacto con el objetivo de intercambiar trucos para adelgazar, reforzar las conductas patológicas propias de la enfermedad (como, por ejemplo, autoexigirse un peso por debajo de lo que se considera saludable), y engañar familiares y amigos, entre otras acciones.


Como podemos ver, los factores de riesgo son genéticos, pero también familiares y sociales.


Señales de alerta que nos pueden hacer sospechar que existe un TCA


A todas las madres, padres y familiares de personas con TCA nos encantaría poder identificar que nuestro hijo o hija está sufriendo este trastorno para poder pedir ayuda cuanto antes. En este sentido, existen algunas señales que pueden alertarnos, aunque para obtener un diagnóstico certero, es necesaria la evaluación de un profesional de la salud mental. La Asociación contra la Anorexia y la Bulimia nos ayuda enumerando en las siguientes señales:


En relación con la alimentación:

  • Uso injustificado de dietas restrictivas
  • Estado de preocupación constante por la comida
  • Interés exagerado para recetas de cocina
  • Sentimiento de culpa por haber comido
  • Comportamiento alimentario extraño (velocidad ingesta, comer muy recto, etc.)
  • Irse de la mesa y encerrarse en el baño después de cada comida
  • Aumento de la frecuencia y cantidad de tiempo que está en el baño
  • Evitar comidas en familia
  • Rapidez con la que se acaba la comida de casa
  • Encontrar comida escondida, por ejemplo, en su habitación
  • Encontrar grandes cantidades de restos de comida, envoltorios, etc… en su habitación o en la basura.


En relación con el peso:

  • Pérdida de peso injustificada
  • Miedo y rechazo exagerado al sobrepeso
  • Práctica de ejercicio físico de forma compulsiva con el único objetivo de adelgazar
  • Práctica del vómito autoinducido
  • Consumo de laxantes y diuréticos Amenorrea (desaparición del ciclo menstrual
  • durante, al menos, 3 meses consecutivos) si se da, como síntoma debido a landesnutrición
  • Otros síntomas físicos debidos a la desnutrición: frío en las manos y pies, sequedad de la piel, estreñimiento, palidez o mareos, caída de cabello, etc.


En relación con la imagen corporal:

  • Percepción errónea de tener un cuerpo graso
  • Intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha


En relación con el comportamiento:

  • Alteración del rendimiento académico o laboral aislamiento progresivo
  • Aumento de la irritabilidad y agresividad Aumento de los síntomas depresivos y/o la ansiedad
  • Comportamientos manipuladores y aparición de mentira

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