Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Salud
Etiquetas | Dislexia | Prevención
Domingo 8 de noviembre, Día Mundial de la Dislexia

¿Cómo detectar y combatir la dislexia?

|

«Tienes que poner más atención» es la frase que más veces ha oído el niño o niña que sufre dislexia. Entre un 5 y un 8 % de los niños escolarizados en educación primaria y secundaria presentan este trastorno neurológico y se estima que entre un 10 y un 15 % de la población puede sufrir dislexia. Para Anna López Sala, consultora del máster de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la UOC, «el impacto social que tiene que soportar una persona disléxica es muy grande». En niños y niñas «estas dificultades pueden desencadenar trastornos emocionales como ansiedad, baja autoestima y fracaso escolar y en adultos no diagnosticados, les puede comprometer a reducir sus expectativas profesionales».

Detectar la dislexia no es fácil, por eso Anna López propone algunos indicadores de progreso que los niños deben haber integrado y superado según su franja de edad y que podrían convertirse en signos de alerta:

Entre P5 y 1.o de primaria (de los 5 a los 7 años)

Relacionar grafía y el sonido.
Conseguir identificar los sonidos que componen las palabras e identificarlos.
Reconocer palabras que empiezan con la misma letra. Ej.: mamá, mapa, mantel.
Leer y descifrar palabras sencillas aprendidas.
Aprender los días de la semana y los números del 1 al 10.
Tener capacidad para rimar palabras: gato/pato.

Entre 2.o y 3.o de primaria (de los 7 a los 9 años)

Mejorar la velocidad lectora.
Saberse las tablas de multiplicar.
No cometer errores ortográficos naturales o básicos.
Construir discursos escritos bien estructurados.
No utilizar con frecuencia «eso, esa cosa»: usar palabras específicas para referirse a objetos y cosas.

La experta en trastornos del lenguaje afirma que para un correcto diagnóstico «debemos tener en cuenta el historial clínico, es decir, los antecedentes familiares; la motricidad del niño o niña; las relaciones sociales; la adquisición de hábitos y el uso del lenguaje». Se debe estar alerta de los «informes escolares y los avisos de los maestros, pues para los padres es difícil conocer el nivel académico de su hijo o hija, ya que no pueden compararlo con el grupo clase».

Trabajando se puede ganar terreno a la dislexia

«Diferentes estudios han demostrado que la dislexia tiene un carácter hereditario; pese a ello, con una intervención adecuada se puede mejorar la velocidad lectora hasta niveles funcionales. La influencia de un ambiente adecuado y de un trabajo específico es capital para disminuir la incidencia de este trastorno», afirma el director del máster de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la UOC, Llorenç Andreu Barrachina.

Para este experto «la intervención debe ser lo más precoz posible y tiene que combinar un trabajo coordinado entre maestros, especialistas y padres». Andreu recomienda centrarse en cinco ámbitos fundamentales:

Trabajar la conciencia fonológica, es decir, trabajar la relación entre sonidos y grafías con juegos como por ejemplo «si le quitamos/sustituimos un sonido suena...» o «busca palabras que empiecen, contengan, acaben en...».
Trabajar la correspondencia grafema-fonema, es decir, el conocimiento del nombre y el sonido de cada letra.
Mejorar la velocidad lectora con ejercicios para la identificación rápida de palabras o la representación gráfica de letras y palabras.
Entonación, ortografía y redacción. Ayudarles a mejorar el ritmo de la lectura, darles pautas para estructurar un texto escrito o poner especial atención en los signos de puntuación.
Estrategias compensatorias, como por ejemplo proponerles técnicas de estudio con pautas como leer, subrayar, hacer esquemas, memorizar, repasar, y herramientas tecnológicas como ordenadores o corrector ortográfico.

Las TIC son un muy buen aliado

La introducción de las TIC en el mundo de la dislexia puede, según Anna López, «ayudar a mejorar la vida de los disléxicos». Por ejemplo con el uso de la tecnología como «los procesadores de voz, herramientas que pasan de las letras al sonido; el ordenador que lee el texto digital; aparatos de reconocimiento de voz que transcriben del sonido a la letra y los correctores ortográficos» concluye la experta.

¿Cómo detectar y combatir la dislexia?

Domingo 8 de noviembre, Día Mundial de la Dislexia
Francisco Acedo
jueves, 5 de noviembre de 2015, 06:17 h (CET)
«Tienes que poner más atención» es la frase que más veces ha oído el niño o niña que sufre dislexia. Entre un 5 y un 8 % de los niños escolarizados en educación primaria y secundaria presentan este trastorno neurológico y se estima que entre un 10 y un 15 % de la población puede sufrir dislexia. Para Anna López Sala, consultora del máster de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la UOC, «el impacto social que tiene que soportar una persona disléxica es muy grande». En niños y niñas «estas dificultades pueden desencadenar trastornos emocionales como ansiedad, baja autoestima y fracaso escolar y en adultos no diagnosticados, les puede comprometer a reducir sus expectativas profesionales».

Detectar la dislexia no es fácil, por eso Anna López propone algunos indicadores de progreso que los niños deben haber integrado y superado según su franja de edad y que podrían convertirse en signos de alerta:

Entre P5 y 1.o de primaria (de los 5 a los 7 años)

Relacionar grafía y el sonido.
Conseguir identificar los sonidos que componen las palabras e identificarlos.
Reconocer palabras que empiezan con la misma letra. Ej.: mamá, mapa, mantel.
Leer y descifrar palabras sencillas aprendidas.
Aprender los días de la semana y los números del 1 al 10.
Tener capacidad para rimar palabras: gato/pato.

Entre 2.o y 3.o de primaria (de los 7 a los 9 años)

Mejorar la velocidad lectora.
Saberse las tablas de multiplicar.
No cometer errores ortográficos naturales o básicos.
Construir discursos escritos bien estructurados.
No utilizar con frecuencia «eso, esa cosa»: usar palabras específicas para referirse a objetos y cosas.

La experta en trastornos del lenguaje afirma que para un correcto diagnóstico «debemos tener en cuenta el historial clínico, es decir, los antecedentes familiares; la motricidad del niño o niña; las relaciones sociales; la adquisición de hábitos y el uso del lenguaje». Se debe estar alerta de los «informes escolares y los avisos de los maestros, pues para los padres es difícil conocer el nivel académico de su hijo o hija, ya que no pueden compararlo con el grupo clase».

Trabajando se puede ganar terreno a la dislexia

«Diferentes estudios han demostrado que la dislexia tiene un carácter hereditario; pese a ello, con una intervención adecuada se puede mejorar la velocidad lectora hasta niveles funcionales. La influencia de un ambiente adecuado y de un trabajo específico es capital para disminuir la incidencia de este trastorno», afirma el director del máster de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la UOC, Llorenç Andreu Barrachina.

Para este experto «la intervención debe ser lo más precoz posible y tiene que combinar un trabajo coordinado entre maestros, especialistas y padres». Andreu recomienda centrarse en cinco ámbitos fundamentales:

Trabajar la conciencia fonológica, es decir, trabajar la relación entre sonidos y grafías con juegos como por ejemplo «si le quitamos/sustituimos un sonido suena...» o «busca palabras que empiecen, contengan, acaben en...».
Trabajar la correspondencia grafema-fonema, es decir, el conocimiento del nombre y el sonido de cada letra.
Mejorar la velocidad lectora con ejercicios para la identificación rápida de palabras o la representación gráfica de letras y palabras.
Entonación, ortografía y redacción. Ayudarles a mejorar el ritmo de la lectura, darles pautas para estructurar un texto escrito o poner especial atención en los signos de puntuación.
Estrategias compensatorias, como por ejemplo proponerles técnicas de estudio con pautas como leer, subrayar, hacer esquemas, memorizar, repasar, y herramientas tecnológicas como ordenadores o corrector ortográfico.

Las TIC son un muy buen aliado

La introducción de las TIC en el mundo de la dislexia puede, según Anna López, «ayudar a mejorar la vida de los disléxicos». Por ejemplo con el uso de la tecnología como «los procesadores de voz, herramientas que pasan de las letras al sonido; el ordenador que lee el texto digital; aparatos de reconocimiento de voz que transcriben del sonido a la letra y los correctores ortográficos» concluye la experta.

Noticias relacionadas

El 75% de las personas con hemofilia que hay en España consideran tener una vida activa. Así se desprende de una encuesta realizada por Roche Farma España, en colaboración con la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO), en la que se ha entrevistado a un centenar de personas con hemofilia para conocer más en detalle sus hábitos de vida saludable.

Aplicar el vanguardismo a las técnicas médicas de rehabilitación ayuda a los pacientes a que las recuperaciones se efectúen con más solvencia, con más rapidez y con el menor intervencionismo invasivo posible. La resonancia magnética nuclear terapéutica consiste en un método innovador que se emplea para tratar procesos osteoarticulares degenerativos benignos.

La voz es una cualidad que permite impulsar el éxito en el trabajo y las relaciones sociales. Así, lo afirma la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) en la puesta en marcha dentro de los actos de la celebración del Día Mundial de la Voz (16 de abril). Un estudio destaca que la voz correctamente modulada se asocia con atributos positivos como el atractivo de la misma, la fiabilidad, la competencia y el nivel de educación.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto