Que el panorama político actual en España ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos, es una realidad. Esa masa roja y azul que arrastramos desde varias legislaturas atrás, empieza a teñirse poco a poco de un naranja vivo, rompiendo con el conformismo y desconsuelo de muchos con el bipartidismo político español.
Ciudadanos, es un partido político nacido hace 10 años de un manifiesto de intelectuales catalanes, centrado en las bases de una Cataluña futura. Muchos tratarán de tachar Ciudadanos como un partido bisoño en esto de la política, e incluso novel, pero no es más que una funesta estrategia de la vieja política para tratar de salvar el negocio propio que han llevado a cabo con su pésima gestión estatal. Desde las elecciones autonómicas catalanas de 2006, el partido liderado por Albert Rivera, no deja de conseguir representación en el parlamento catalán, empezando con 3 diputados y obteniendo 25, nueve años después. Estos resultados, son fruto del trabajo de un conjunto de personas, que decidieron dar un paso al frente para remodelar el rumbo de la política moderna en nuestro país.
A falta de mes y medio para las elecciones generales, se percibe un aire regenerador, con varias opciones en las urnas, y con una campaña insólita en el marco español. Somos muchos los que deseamos un debate entre todas las fuerzas que se presenten al Congreso, pero son muchos otros los que se aferran a debates primitivos, con representaciones mínimas e intervenciones y preguntas preparadas. Quizá, sería muy iluso por mi parte, no esperar trabas en el camino de aquellos que no acceden ni a una democracia interna para escoger a sus candidatos, por miedo de más de uno, a perder la silla que tan poco le ha costado conseguir.
A falta de menos de dos meses para las elecciones generales, somos los ciudadanos los que tenemos la llave de nuestro país, somos nosotros los que decidiremos el futuro de nuestras próximas generaciones. Podemos seguir dándole la confianza a aquellos que se esconden en plasmas o engañan con inexistentes brotes verdes, o podemos votar por un cambio, por una regeneración política, en definitiva, podemos votar a aquellos que hagan de la política un instrumento para todos, y no solo, para unos pocos.