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Te he mirado Señor, como otras veces,
pero hoy tu rostro está más afligido.
Sé que ahora te sientes muy herido
por agravios que tú no te mereces.
Permíteme Señor, que, con mis preces,
te ayude a mitigar el sinsentido,
de aquellos que te habían prometido
ser tus amigos, y han sido tus jueces.
Yo sé Señor, que pagas las ofensas,
poniendo sin rencor la otra mejilla
y amas igual a justos que a malvados.
Queriéndote imitar, hoy te suplico,
retires de mis ojos la gran viga,
que sirve de coartada a mis pecados.
En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.
En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
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