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De ser un deporte novedoso y poco respetado, ha pasado a ser uno de los espectáculos más seguidos del mundo

¿Es la UFC el espectáculo deportivo mundial del futuro?

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Corría el año 1988 cuando se estrena la película “Contacto Sangriento” (“Bloodsport”), protagonizada por un emergente Jean Claude Van Damme, interpretando al luchador americano Frank Dux, que se desplaza a Hong Kong para participar en un torneo secreto de peleas clandestinas entre luchadores de distintas disciplinas para averiguar quién es el mejor peleador del mundo. Como cada arte marcial tiene sus propias reglas, deciden aplicar muy pocas limitaciones en los combates, dejando la puerta abierta a descubrir cuál es la más efectiva de todas. La película fue un verdadero éxito a nivel internacional.


Cinco años después, en 1993, se produce el primer evento de la UFC (Ultimate Fighting Championship). El objetivo es bien similar: juntar a deportistas marciales de distintas disciplinas para ver quién es el mejor. Participan luchadores que provienen del kárate, el judo, la lucha, el boxeo o el Jiu-Jitsu, por citar algunos. Royce Gracie, brasileño, experto en Jiu-Jitsu y familiar de uno de los organizadores, ganó la primera edición e hizo leyenda con sus actuaciones en las siguientes. Las técnicas fueron evolucionando y, en vez de centrarse cada uno de su arte marcial, nació una disciplina propia: las MMA (Mixed Martial Arts), donde cada uno ponía el acento en sus fortalezas, pero se entrenaba en todas las áreas de la lucha.


Las primeras veladas fueron recibidas con críticas dispares: había quien veía el espectáculo como algo emocionante y otros tantos opinaban que aquello era una salvajada que desvirtuaba el espíritu de los diferentes estilos de lucha. Los más puristas no podían aceptar esa amalgama de sistemas de lucha con un resultado habitualmente sangriento. Pero empezaron a llegar las primeras estrellas, atletas a los que el público idolatraba por su forma de dejarse la piel en el terreno de batalla. Además del propio Gracie, aparecieron Shamrock, Frye, Mir, Lesnar... Haría falta esperar a 2009 para que los eventos de la UFC tuviesen un reconocimiento mundial.


En todo ello tiene mucho que ver la figura de Dana White, actual Presidente de la compañía. Teniendo un cargo de responsabilidad en la UFC, vio la oportunidad de situarse al frente cuando se enteró que había la posibilidad de que la organización se vendiese. Rápidamente, encontró un comprador y se posicionó como máximo dirigente, transformando la forma en la que se organizaban y promocionaban los eventos. Con una gran visión de negocio, supo seleccionar y publicitar a peleadores carismáticos, como fue el caso de Conor McGregor, para generar expectación de cara a los acontecimientos. La última década ha representado la eclosión de la UFC, no sólo como deporte de seguimiento masivo, sino también de crecimiento empresarial. 


Mma mixed martial arts maza fight maza shooto japan martial arts grachan 1040547

No se trata sólo de las audiencias del “Pay per view”, o de las entradas a los eventos, la UFC mueve mucho contenido fuera del octágono. Por un lado, tenemos un gran despliegue audiovisual en diferentes cadenas, como ESPN, que sigue la actualidad de la organización, con entrevistas, actualidad, etc.., incluso existen programas de televisión, estilo “tele realidad” para elegir a jóvenes luchadores que firmarán un contrato, como ocurre con “The Ultimate Fighter” o “Dana White´s Contender Series”. También está la actividad frenética en los pronósticos, que hace que algunos portales, como Rivalry, tengan su propio aparatado dentro de la categoría de deportes, para las peleas de MMA, donde se pueden consultar los favoritos de cara a cada contienda. Por supuesto, las redes sociales no se quedan atrás, los luchadores y ex luchadores dan mucho material para “calentar” los futuros enfrentamientos y las incipientes o consolidadas rivalidades, que tanto juego provocan para atraer audiencia.


El último año, Conor McGregor fue el deportista mejor pagado del mundo. En gran medida, fue por la venta de su marca de whiskey, pero es algo que no podía haber ocurrido de no ser por su enorme popularidad gracias al deporte de las MMA y su papel en la UFC. El irlandés celebró este otoño su último combate hasta la fecha y generó ventas millonarias en PPV. Su combate anterior, a principios de año, ya había congregado una importante audiencia, pero el desempate la trilogía creó tal expectación que se convirtió en uno de los eventos deportivos del año. Esa es una de las razones por las que UFC consigue casi 16 millones de dólares por evento; y actualmente se celebra uno por semana. Su audiencia se cifra en cientos de millones de espectadores a nivel mundial y sigue creciendo cada año, con la competencia (Bellator, OneChampioship…) muy alejada de estas cifras. Si UFC no es el futuro es porque tal vez debamos pensar en ella como el presente. 

¿Es la UFC el espectáculo deportivo mundial del futuro?

De ser un deporte novedoso y poco respetado, ha pasado a ser uno de los espectáculos más seguidos del mundo
Redacción
martes, 28 de diciembre de 2021, 12:08 h (CET)

Boxing 3897488 960 720[1]

Corría el año 1988 cuando se estrena la película “Contacto Sangriento” (“Bloodsport”), protagonizada por un emergente Jean Claude Van Damme, interpretando al luchador americano Frank Dux, que se desplaza a Hong Kong para participar en un torneo secreto de peleas clandestinas entre luchadores de distintas disciplinas para averiguar quién es el mejor peleador del mundo. Como cada arte marcial tiene sus propias reglas, deciden aplicar muy pocas limitaciones en los combates, dejando la puerta abierta a descubrir cuál es la más efectiva de todas. La película fue un verdadero éxito a nivel internacional.


Cinco años después, en 1993, se produce el primer evento de la UFC (Ultimate Fighting Championship). El objetivo es bien similar: juntar a deportistas marciales de distintas disciplinas para ver quién es el mejor. Participan luchadores que provienen del kárate, el judo, la lucha, el boxeo o el Jiu-Jitsu, por citar algunos. Royce Gracie, brasileño, experto en Jiu-Jitsu y familiar de uno de los organizadores, ganó la primera edición e hizo leyenda con sus actuaciones en las siguientes. Las técnicas fueron evolucionando y, en vez de centrarse cada uno de su arte marcial, nació una disciplina propia: las MMA (Mixed Martial Arts), donde cada uno ponía el acento en sus fortalezas, pero se entrenaba en todas las áreas de la lucha.


Las primeras veladas fueron recibidas con críticas dispares: había quien veía el espectáculo como algo emocionante y otros tantos opinaban que aquello era una salvajada que desvirtuaba el espíritu de los diferentes estilos de lucha. Los más puristas no podían aceptar esa amalgama de sistemas de lucha con un resultado habitualmente sangriento. Pero empezaron a llegar las primeras estrellas, atletas a los que el público idolatraba por su forma de dejarse la piel en el terreno de batalla. Además del propio Gracie, aparecieron Shamrock, Frye, Mir, Lesnar... Haría falta esperar a 2009 para que los eventos de la UFC tuviesen un reconocimiento mundial.


En todo ello tiene mucho que ver la figura de Dana White, actual Presidente de la compañía. Teniendo un cargo de responsabilidad en la UFC, vio la oportunidad de situarse al frente cuando se enteró que había la posibilidad de que la organización se vendiese. Rápidamente, encontró un comprador y se posicionó como máximo dirigente, transformando la forma en la que se organizaban y promocionaban los eventos. Con una gran visión de negocio, supo seleccionar y publicitar a peleadores carismáticos, como fue el caso de Conor McGregor, para generar expectación de cara a los acontecimientos. La última década ha representado la eclosión de la UFC, no sólo como deporte de seguimiento masivo, sino también de crecimiento empresarial. 


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No se trata sólo de las audiencias del “Pay per view”, o de las entradas a los eventos, la UFC mueve mucho contenido fuera del octágono. Por un lado, tenemos un gran despliegue audiovisual en diferentes cadenas, como ESPN, que sigue la actualidad de la organización, con entrevistas, actualidad, etc.., incluso existen programas de televisión, estilo “tele realidad” para elegir a jóvenes luchadores que firmarán un contrato, como ocurre con “The Ultimate Fighter” o “Dana White´s Contender Series”. También está la actividad frenética en los pronósticos, que hace que algunos portales, como Rivalry, tengan su propio aparatado dentro de la categoría de deportes, para las peleas de MMA, donde se pueden consultar los favoritos de cara a cada contienda. Por supuesto, las redes sociales no se quedan atrás, los luchadores y ex luchadores dan mucho material para “calentar” los futuros enfrentamientos y las incipientes o consolidadas rivalidades, que tanto juego provocan para atraer audiencia.


El último año, Conor McGregor fue el deportista mejor pagado del mundo. En gran medida, fue por la venta de su marca de whiskey, pero es algo que no podía haber ocurrido de no ser por su enorme popularidad gracias al deporte de las MMA y su papel en la UFC. El irlandés celebró este otoño su último combate hasta la fecha y generó ventas millonarias en PPV. Su combate anterior, a principios de año, ya había congregado una importante audiencia, pero el desempate la trilogía creó tal expectación que se convirtió en uno de los eventos deportivos del año. Esa es una de las razones por las que UFC consigue casi 16 millones de dólares por evento; y actualmente se celebra uno por semana. Su audiencia se cifra en cientos de millones de espectadores a nivel mundial y sigue creciendo cada año, con la competencia (Bellator, OneChampioship…) muy alejada de estas cifras. Si UFC no es el futuro es porque tal vez debamos pensar en ella como el presente. 

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