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Ni he votado ni votaré a Colau, pero respeto sus ideales que, naturalmente puedo compartir en parte mucho más que con los que propugnan las derechas de siempre

Barcelona y los tramposos

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Desde que Colau alcanzó por segunda vez la Alcaldía de la capital de Catalunya cada cierto tiempo se levantan voces, interesadas por supuesto, contra esta alcaldesa que alcanzó el más alto sillón municipal con algunas promesas que cuando tomó la vara de alcaldesa vió que no podría cumplir, Ada Colau venía de la lucha contra los desahucios, disfrazada, literalmente, de aquella Abeja Maya de los dibujos infantiles cual nueva super heroína iba, al frente de sus fieles seguidores, intentado detener los lanzamientos judiciales de quienes no podían pagar la hipoteca o el alquiler de una vivienda precaria. Cuando, empujada por los aires de cambio de las plazas esperanzadas del 15-M, se dió de bruces con la realidad viendo que una cosa era predicar desde los podios callejeros y otra dar trigo desde el despacho de la primera autoridad de la ciudad.


Ada Colau es alcaldesa de Barcelona representando  la órbita de UNIDAS PODEMOS, partido que en estos momentos está gobernando con el PSOE, lo mismo que ella cogobierna Barcelona con los socialdemócratas del PSC, la sucursal del PSOE en Catalunya. Su política ha molestado a algunos, especialmente a esa derecha que suele tirar la piedra y esconder la mano, pero que cada día más se sienten más fuertes a la hora de atacar el Gobierno central de Pedro Sánchez aunque sea dando una patada en el culo de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, incluso algunos piensan que pateando el trasero de Colau pateando el trasero del Govern independentista de Catalunya. Pobres ignorantes que no piensan que Ada Colau está más cerca de algunos de sus principios que de los del independentismo con los que la alcaldesa de Barcelona y sus seguidores siempre han nadado entre dos aguas.


Ni he votado ni votaré a Colau, pero respeto sus ideales que, naturalmente  puedo compartir en parte mucho más que con los que propugnan las derechas de siempre, incluso los que en materia social, pocos en sus programas, proponen JUNTS i PDCAT, los restos del naufragio de la vieja Convergencia de Jordi Pujol, del que ahora todos sus fieles durante más de veinte años huyen  como de la peste. No me molestan las críticas a Colau, todo político tiene que tener en cuenta que van incluidas en el sueldo. Pero me molesta que esas críticas, en ocasiones justas, disfracen deseos espurios con el fin de engañar al personal agitando la bandera de la defensa de la ciudad.


Para este viernes una plataforma en la que afirman hay 80 entidades ciudadanas ha convocado una manifestación de protesta en la Plaza de Sant Jaume, a las puertas del Ayuntamiento, amparándose en el lema “Barcelona es imparable”. Es difícil estar contra este lema, es cierto que Barcelona es imparable, mal que les pese a muchos de los convocantes que en Mayo del 1982 acogieron con aplausos el artículo “Barcelona es el Titànic” publicado  por el escritor Felix de Azúa en El País augurando, como pasó con el Titanic, el hundimiento de Barcelona frente a un Madrid lleno de “conciertos de verdad,òpera,teatros,librerías como las de París, y una vida callejera que es otro espectáculo de la capital”. Ay, señor de Azúa, se le vió el plumero madrileñista, todo lo que usted decía que había en Madrid también se daba en Barcelona, lo que a usted y sus adláteres les molestaba y les molesta es el empleo del catalán en la cultura., Han pasado casi 40 años y Barcelona no se ha hundido mal que les pese a muchos porqué es cierto que BARCELONA ES IMPARABLE.


Sólo con dar una vistazo a la lista de entidades convocantes basta para ver que la mayoría son juez y parte en esta convocatoria. Asociaciones de comerciantes, clubes deportivos y entidades relacionadas con el turismo son mayoría, es natural, han sido los más perjudicados durante una pandemia de la que nadie tiene la culpa o todos podemos ser culpables de su duración. Los otros, en política siempre hay unos “otros” que se esconden entre la gente, desde Fomento, la gran patronal catalana, azuzan a la gente contra la alcaldesa ocultando que ellos fueron los que la elevaron al sillón más importante del Ayuntamiento. Ellos, durante meses pagaron a escote veinte mil euros mensuales a Manuel Valls con la esperanza de que ganara la alcaldía de la capital de Catalunya, y cuando los votos desprecian a un cunero como el político francés aprovecharon el voto de su patrocinado para hacer alcaldesa a Colau impidiendo el paso a la alcaldía de otro Maragall, en este caso independentista.  El único que salió ganando fue el trilero Valls que después de esquilmar veinte mil euros mensuales a los patricios barceloneses matrimonió dando el braguetazo con la pubilla españolista de Laboratorios Almirall, los del Almax, desde aquel dia ya no tengo ardor de estómago y no les doy un euro a ganar.


El viernes seguro que gente de buena fe acudirá a la plaza de Sant Jaume para protestar contra la gestión del Ayuntamiento que encabeza Ada Colau, seguro que muchos tendrán sus motivos, conocidos me dicen que la ciudad está más sucia que nunca, otros conocidos aplauden que Barcelona cada día sea más una ciudad para viandantes mientras que los que desde fuera van a ella en vehículo privado se quejan porque no hay ni aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad ni un buen servicio de transporte público.


Quejas totalmente justas y merecidas, pero junto con estos habrá otros manifestantes cuyo único fin es ir preparando un caldo de cultivo que produzca malestar con el fin de que las próximas elecciones las gane la derecha españolista, esa que, en palabras de Felix de Azúa en su artículo contra Barcelona quiere volver a la dominical misa de doce en San Gregorio Taumaturgo, el paseo por la Diagonal i el veraneo en S’Agarò.


Lleven cuidado con los tramposos y los embaucadores, a quienes, por cierto,  nunca he visto elevar protestas por el mal estado de Barcelona y Catalunya contra el poder central, contra ese Gobierno de Madrid que recauda nuestros impuestos y que nunca nos devuelve la parte que nos corresponde. Tal vez les va bien así a estos maledicentes defensores de Barcelona, A unos y otros que no les quepa la menor duda que, a pesar de todos ellos y de su vista a la derecha y sus ansias de ser como Madrid es cierto que Barcelona es imparable. Les recuerdo que aquí la única derecha que puede llegar a gobernar es la representada por JUNTS, y  se que esa no les gusta, para mí sería el mal menor. 

Barcelona y los tramposos

Ni he votado ni votaré a Colau, pero respeto sus ideales que, naturalmente puedo compartir en parte mucho más que con los que propugnan las derechas de siempre
Rafa Esteve-Casanova
miércoles, 20 de octubre de 2021, 08:29 h (CET)

Desde que Colau alcanzó por segunda vez la Alcaldía de la capital de Catalunya cada cierto tiempo se levantan voces, interesadas por supuesto, contra esta alcaldesa que alcanzó el más alto sillón municipal con algunas promesas que cuando tomó la vara de alcaldesa vió que no podría cumplir, Ada Colau venía de la lucha contra los desahucios, disfrazada, literalmente, de aquella Abeja Maya de los dibujos infantiles cual nueva super heroína iba, al frente de sus fieles seguidores, intentado detener los lanzamientos judiciales de quienes no podían pagar la hipoteca o el alquiler de una vivienda precaria. Cuando, empujada por los aires de cambio de las plazas esperanzadas del 15-M, se dió de bruces con la realidad viendo que una cosa era predicar desde los podios callejeros y otra dar trigo desde el despacho de la primera autoridad de la ciudad.


Ada Colau es alcaldesa de Barcelona representando  la órbita de UNIDAS PODEMOS, partido que en estos momentos está gobernando con el PSOE, lo mismo que ella cogobierna Barcelona con los socialdemócratas del PSC, la sucursal del PSOE en Catalunya. Su política ha molestado a algunos, especialmente a esa derecha que suele tirar la piedra y esconder la mano, pero que cada día más se sienten más fuertes a la hora de atacar el Gobierno central de Pedro Sánchez aunque sea dando una patada en el culo de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, incluso algunos piensan que pateando el trasero de Colau pateando el trasero del Govern independentista de Catalunya. Pobres ignorantes que no piensan que Ada Colau está más cerca de algunos de sus principios que de los del independentismo con los que la alcaldesa de Barcelona y sus seguidores siempre han nadado entre dos aguas.


Ni he votado ni votaré a Colau, pero respeto sus ideales que, naturalmente  puedo compartir en parte mucho más que con los que propugnan las derechas de siempre, incluso los que en materia social, pocos en sus programas, proponen JUNTS i PDCAT, los restos del naufragio de la vieja Convergencia de Jordi Pujol, del que ahora todos sus fieles durante más de veinte años huyen  como de la peste. No me molestan las críticas a Colau, todo político tiene que tener en cuenta que van incluidas en el sueldo. Pero me molesta que esas críticas, en ocasiones justas, disfracen deseos espurios con el fin de engañar al personal agitando la bandera de la defensa de la ciudad.


Para este viernes una plataforma en la que afirman hay 80 entidades ciudadanas ha convocado una manifestación de protesta en la Plaza de Sant Jaume, a las puertas del Ayuntamiento, amparándose en el lema “Barcelona es imparable”. Es difícil estar contra este lema, es cierto que Barcelona es imparable, mal que les pese a muchos de los convocantes que en Mayo del 1982 acogieron con aplausos el artículo “Barcelona es el Titànic” publicado  por el escritor Felix de Azúa en El País augurando, como pasó con el Titanic, el hundimiento de Barcelona frente a un Madrid lleno de “conciertos de verdad,òpera,teatros,librerías como las de París, y una vida callejera que es otro espectáculo de la capital”. Ay, señor de Azúa, se le vió el plumero madrileñista, todo lo que usted decía que había en Madrid también se daba en Barcelona, lo que a usted y sus adláteres les molestaba y les molesta es el empleo del catalán en la cultura., Han pasado casi 40 años y Barcelona no se ha hundido mal que les pese a muchos porqué es cierto que BARCELONA ES IMPARABLE.


Sólo con dar una vistazo a la lista de entidades convocantes basta para ver que la mayoría son juez y parte en esta convocatoria. Asociaciones de comerciantes, clubes deportivos y entidades relacionadas con el turismo son mayoría, es natural, han sido los más perjudicados durante una pandemia de la que nadie tiene la culpa o todos podemos ser culpables de su duración. Los otros, en política siempre hay unos “otros” que se esconden entre la gente, desde Fomento, la gran patronal catalana, azuzan a la gente contra la alcaldesa ocultando que ellos fueron los que la elevaron al sillón más importante del Ayuntamiento. Ellos, durante meses pagaron a escote veinte mil euros mensuales a Manuel Valls con la esperanza de que ganara la alcaldía de la capital de Catalunya, y cuando los votos desprecian a un cunero como el político francés aprovecharon el voto de su patrocinado para hacer alcaldesa a Colau impidiendo el paso a la alcaldía de otro Maragall, en este caso independentista.  El único que salió ganando fue el trilero Valls que después de esquilmar veinte mil euros mensuales a los patricios barceloneses matrimonió dando el braguetazo con la pubilla españolista de Laboratorios Almirall, los del Almax, desde aquel dia ya no tengo ardor de estómago y no les doy un euro a ganar.


El viernes seguro que gente de buena fe acudirá a la plaza de Sant Jaume para protestar contra la gestión del Ayuntamiento que encabeza Ada Colau, seguro que muchos tendrán sus motivos, conocidos me dicen que la ciudad está más sucia que nunca, otros conocidos aplauden que Barcelona cada día sea más una ciudad para viandantes mientras que los que desde fuera van a ella en vehículo privado se quejan porque no hay ni aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad ni un buen servicio de transporte público.


Quejas totalmente justas y merecidas, pero junto con estos habrá otros manifestantes cuyo único fin es ir preparando un caldo de cultivo que produzca malestar con el fin de que las próximas elecciones las gane la derecha españolista, esa que, en palabras de Felix de Azúa en su artículo contra Barcelona quiere volver a la dominical misa de doce en San Gregorio Taumaturgo, el paseo por la Diagonal i el veraneo en S’Agarò.


Lleven cuidado con los tramposos y los embaucadores, a quienes, por cierto,  nunca he visto elevar protestas por el mal estado de Barcelona y Catalunya contra el poder central, contra ese Gobierno de Madrid que recauda nuestros impuestos y que nunca nos devuelve la parte que nos corresponde. Tal vez les va bien así a estos maledicentes defensores de Barcelona, A unos y otros que no les quepa la menor duda que, a pesar de todos ellos y de su vista a la derecha y sus ansias de ser como Madrid es cierto que Barcelona es imparable. Les recuerdo que aquí la única derecha que puede llegar a gobernar es la representada por JUNTS, y  se que esa no les gusta, para mí sería el mal menor. 

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