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Las torres Kio y los Albertos

Rafael del Barco
Redacción
jueves, 21 de febrero de 2008, 06:36 h (CET)
Oigo estos días sobre los equilibrios de los primos, Alberto Cortina y Alberto Alcocer, para librarse de la cárcel. Deberían escribir un libro o toda una enciclopedia parda, al alimón con su ex socio Javier de la Rosa, sobre cómo zafarse durante tantos años, aunque los posibles lectores saben de sobra los procedimientos…dinero, dinero y dinero…más corrupción, corrupción y corrupción…y como no nos contarían la fórmula de la entrega de las astillas o los abonos por esos paraísos fiscales de Dios… mejor no se molesten en escribir. Su delito, estafar en 1988 a sus socios unos miles de millones de pesetas por la operación de los terrenos de las Torres KIO, (otro gran monumento de “ingeniería” a la GRAN CORRUPCIÓN), casi por los años que yo estafaba no más de un centenar a varios bancos para cubrir alguno de los muchos desastres de mis tres años de cárcel preventiva por el Caso Consorcio, 1980-83, ver www.lagrancorrupcion.com. Yo ya he cumplido los SEIS AÑOS, el doble por lo mismo y cien veces menos dinero (y en el caso Consorcio la condena de tres años la cumplí antes de ser juzgado). Ellos ni han entrado, y repito… ¡Y los jueces y fiscales ateniéndose al mismo Código Penal!

Y de nuevo he de referirme al ex Fiscal Jefe Anticorrupción y ex Fiscal Jefe Vitalicio de Barcelona, Carlos Jiménez Villarejo, adalid y voceras de un PROGRESISMO HUMANISTA a la Izquierda de las IZQUIERDAS (por lo que cabe pensar en sus trece años de profesión en el Franquismo donde todas las confesiones se obtenían con la correspondiente paliza o torturas), e insisto, no existe la “ingeniería financiera” en la FALSIFICACIÓN Y ESTAFA, el desfalco, o la apropiación indebida, y ni siquiera casos “diferentes”, solo jueces y fiscales “diferentes” o actuando diferente según los casos. El dinero propiedad de un determinado bolsillo ha pasado a otro con engaño o indebidamente, todo lo demás, jugar con los papelitos (cartas falsas) o recursos a partir que el ESTAFADO DENUNCIA, es “ingeniería legal o leguleya”, contubernios entre profesionales, cuervos al olor de los magros despojos. En miles de casos con el estafador sin un duro, desde el tocomocho hasta las sofisticadas duplicaciones de tarjetas, se califica delito y delincuente en un par de sesiones. TRECE, CATORCE Y QUINCE AÑOS, es corrupción, y a menudo contra el propio ESTAFADOR. Incluso aprovechar los resquicios del Sistema jugando con la excesiva arbitrariedad de los “funcionarios de la Justicia” define el SISTEMA como CORRUPTO.

Y si en Barcelona Jiménez Villarejo se olvidó de mucho delito y delincuente del mismo cariz y camada, en la Fiscalía Especial Anticorrupción ni se le ocurrió añadir a ese sumario la segura corrupción de la recalificación de esos terrenos…o las amenazas a Margarita de la Victoria Votija Pilar de la Asociación de Vecinos, que huyó de España en 1988 ante la presión gansteril…

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Ya inmersos en la canícula, tal vez precisamos una pausa en nuestros afanes y tribulaciones habituales, un alivio en las cavilaciones para cargar pilas y lamer heridas. La lectura resulta útil en estas circunstancias, al menos para los que la practicamos como bálsamo y ungüento frente a desvaríos del pensamiento y tentaciones sectarias.

Introducen esa chispa dubitativa de obligada atención a la hora de tomar las decisiones. Salir de ese atolladero no siempre resulta fácil, las opciones se multiplican. La falta de resoluciones de carácter absoluto se convierte en un potente estímulo para continuar con la mente abierta en busca del verdadero progreso.

Acudo a la 33ª edición de “Arte Santander” y me dejo llevar. Me enfrento a las obras que allí se exponen: pintura, escultura, fotografía... Desmenuzo una para ver qué me trasmite e intento comunicarme, en ausencia, con el artista desde mi óptica de la recepción. Una vez analizada, busco el nombre que se le ha puesto en la cartela para completar lo sentido con el valor emitido desde la palabra y, entonces, surge el anodino e insustancial “Sin título”.

 
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