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Al maestro Juan Serrano, "Finito de Córdoba"
Destreza y sabiduría,
un capote de etiqueta,
filigrana en la muleta,
majestad y torería.
Tiene nobleza, hidalguía
y empaque de cortesano;
con el percal en la mano,
proporciona escalofrío.
Y es que le sobra tronío
al maestro Juan Serrano.
Al quinto califa, Manuel Benitez "El Cordobés"
Un Califa nos llega refulgente,
con la fuerza que antaño poseía,
pues ya es el quinto de una dinastía,
que el jurado ha elegido complaciente.
Se introdujo en la “Fiesta” bravamente,
y entregó el corazón con bizarría;
entrega que tornó en sabiduría,
y Pemán lo cantó magistralmente.
Hoy compartimos el feliz momento,
de hacer justicia a una trayectoria,
que merece nuestro agradecimiento.
Córdoba, al fin, recobra la memoria,
y tras el paso de este grato evento,
¡¡“El Cordobés” ya vivirá en la historia!!
El hombre ocupa el área ocre de la pista. La mujer, el área aceituna. El hombre, debajo de una mesa liviana. Cerca y silencioso, un enanito disfrazado de enanito de jardín. El haz del “buscador”, quieto, lo ilumina. Se enloquece. Se pasea por el área ocre. Se detiene en el hombre: Romeo, el italiano. Habrán de imaginárselo: candor.
Resulta admirable encontrarse con un libro que guarda sus raíces en la investigación académica y en la fusión de las pasiones por la tradición oral y la ilustración. La cantidad de datos, citas, reflexiones minuciosas, relatos, trazos y nombres aparecen de una manera tan acertada, que en conjunto configuran ese terreno seguro donde entregarnos confiadamente a la lectura.
En el finísimo camino del hilo casi invisible / la araña desafíala terca gravedad y la engañosa distancia, / el hierro se desgastacon el frotar de la ventana, / casi una imperceptible sinfonía endulza el ambiente / cuando el viento transitaentre las grietas de la madera, / al mismo tiempo, / dos enamorados entregan su saliva el uno al otro / como si fueran enfermos recibiendo una transfusión.
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