Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Crítica de libros | Biografía
Una biografía rigurosa y exhaustiva de una importante figura cultural europea del siglo XVIII

Madame de Staël, la baronesa de la libertad

|

Esta obra de referencia, inusual en el panorama editorial español que tan poco pródigo es en presentar estudios biográficos rigurosos y exhaustivos sobre las figuras de intelectuales extranjeros es, por dicho motivo, una obra insólita y digna de ser resaltada por el rigor que ofrece en el estudio de una figura como la de Madame de Saël, personaje femenino importante en la vida cultural del siglo XVIII.

1408152

Madame de Staël, es otro personaje dentro del mundo de la cultura y, especialmente de la literatura, muy desconocido para el gran público, y entre ellos Madame de Staël destaca por su extraordinaria personalidad y la gran influencia que tuvo en su época, cuando recibía en sus salones a los intelectuales, artistas, políticos y nobles más célebre de su época, además de por su condición de escritora de mucho éxito.

¿Pero quién fue Madame de Staël? Su verdadero nombre era Anne Louise Germaine Necker, nacida el 22 de abril de 1766 en París, hija de un financiero, Jacques Necker, de nacionalidad suiza, ministro de Luís XVI, y de Suzanne Couchod, también suiza y originaria del cantón de Vaud, quien tenía un salón literario muy concurrido. Madame de Staël mostró, desde el primer momento, una aguda inteligencia y buen criterio.

Contrajo matrimonio en 1786, con el embajador sueco en Francia, Eris Magnus, barón de Staël-Holstein, del que tuvo tres hijos. Este matrimonio no fue, sin embargo, el que la encumbró a la fama, sino que el mérito fue propio y radicaba en su gran inteligencia que destacó tanto en la literatura como en los asuntos políticos de la época, porque su salón literario se convirtió en el punto de reunión de los intelectuales y artistas franceses más afamados En 1788 escribió Carta sobre el carácter y las obras de Jean-Jacques Rousseau, por ser una lectora de los filósofos franceses del siglo XVIII...

Durante la Revolución Francesa, apoyó de forma manifiesta a Tayllerand huyó de Francia, en 1792, a raíz de caer la monarquía, para refugiarse en Suiza, país en el que creó y mantuvo un salón internacional al que asistieron numerosos personajes de la vida cultural. Se reencontró en allí con Benjamín Constant, a quien conocía de un viaje anterior, y con quien mantuvo una relación sentimental conflictiva y tormentosa que duró hasta 1808.

Cuando regresó a Francia, en 1797, conoció a Napoleón Bonaparte, por quien siente una gran fascinación que no es correspondida por aquel, ya que recelaba de una mujer que participaba de lleno en las intrigas política y palaciegas y, sobre todo, ante la que se sentía inferior en elocuencia. Además, su amante se afilió a la oposición a Napoleón, por lo que éste la condenó y, de nuevo, tuvo que abandonar París, en 1803. A todo ello se suma el revuelo producido por la publicación de su primera novela Delfine (1802), obra en la que expone la necesaria libertad de elección de pareja y se opone a las uniones de conveniencia, tan en boga por entonces, lo cual la encuadra dentro del movimiento romántico. En este mismo año, 1802, enviudó, y volvió a contraer matrimonio con un joven militar suizo, Albert de Rocca, apodado familiarmente John. Se estableció en Copper, al que trasladó su salón y al que concurrieron los personajes más famosos de su época, desde Madame Recamier a Mathieu de Montmorency hasta su propio amante. Desde allí realizó continuos viajes. Fue a Alemania, país en el que visitó a Goethe y Shiller, en Weimar y Viena, además de conocer y editar al Príncipe de Ligne. De ese viaje surgió su obra Alemania (1810), en la que se advierte lo que ella afirma como el descubrimiento de la verdadera “región del alma”. Admiraba en el ambiente alemán lo que tenía de opuesto al materialismo que reinaba en la corte imperial francesa, por lo que para ella el espíritu alemán representaba el ideal de toda magnificencia en su propia austeridad. De su obra Alemania, de la que se publicaron más de 10.000 ejemplares, Napoleón mandó que se quemaran en su totalidad, aunque tres años más tarde fue reeditada en Londres, porque algunos ejemplares escaparon inexplicablemente de la quema. Goethe escribió admirativamente sobre dicha obra, sin ningún tipo de cortapisa.

El biógrafo analiza y detalla los números amores de esta apasionada mujer y de sus muchas “amistades peligrosas” que mantuvo y el estilo punzante y agudo del autor le da un gran dinamismo dentro del análisis que realiza sobre la vida sentimental de esta apasionada mujer que no destacaba tanto por su belleza como por su gran inteligencia, encanto y atrevidos adornos en su vestimenta en los que destacaban las vistosas plumas con las que se adornaba el cabello.

Xavier Roca-Ferrer realiza una aguda crítica tanto en el análisis literario de la obra de Staël, pero no sólo en el mero ámbito literario, sino en la indagación y estudio de las relaciones amorosas apasionadas de esta insólita mujer. Es de destacar el análisis del pensamiento Madame de Staél que aparece reflejado en su obra Sobre Alemania (en tres tomos y 1.500 páginas), en relación con el ambiente político, cultural y social de su época, obra en la que aparecen las evidentes influencias recibidas grandes escritores y pensadores como fueron Goethe, B. Constant, W. Schlegel, y otros.

De sus viajes y exilios, Madame de Staël, va consiguiendo enriquecer su personalidad, dándole matices que unen su adhesión al romanticismo con aires más cosmopolitas, lo que la convierte en una escritora más cercana a los ideales de la Ilustración que a los propiamente románticos.

Posteriormente, en 1807, volvió a sufrir el exilio tras publicar Corinne o Italia, obra que estaba basada en la brillante carrera artística y literaria de la heroína angloamericana Corinne, fue la obra más famosa de Madame de Staël, y tuvo una gran influencia en todas las escritoras de la época, a las que sirvió de aliciente y estímulo en su búsqueda y esfuerzo de conseguir reconocimiento en sus trayectorias literarias. Además, su influencia se extendió a todo el siglo XIX que la tuvo como referente en cuanto a la narrativa se refiere.

Madam de Staël fue una evidente difusora de las teorías del romanticismo a través de sus obras, especialmente del título De la literatura (1800).en la que existe un importante capítulo que trata de las mujeres escritoras.

En su obra se advierten los ecos prerrománticos alemanes que habían llegado apenas a Francia, representados por autores como Shiller, los hermanos Schlegel, Ticek o Novalis, entre otros. Su admiración por los ideales revolucionarios franceses eran evidentes, aunque ella tenía un origen aristocrático. Sin embargo, a raíz de los sucesos que motivaron la etapa del Terror en Paris, tuvo que optar por el exilio en 1792, como ya se ha dicho anteriormente, ya que era partidaria de la monarquía constitucional.

Además, existe otra nota predominante en toda su obra, como es el intento constante de luchar por los derechos de la mujer que, en apariencia, parecían estar velados por los propios principios de la Revolución Francesa, aunque no tal en la práctica, porque los hombres seguían teniendo iguales privilegios que siempre, copando todos los puestos que detentaban el poder, negándoselos a las mujeres, quienes seguían en la misma situación de ciudadanas de segunda y a las que se les reservaba el ámbito doméstico como único escenario en el que pudieran desenvolverse..

A pesar de estas limitaciones, Madame de Staël, por su espíritu luchador y su capacidad de iniciativa, carácter que parece ser influenciado en alto grado por la enseñanza recibida de sus padres, porque no hay que olvidar que su progenitor fue destituido de su cargo de ministro de Luís XVI, por haber tenido la valentía de denunciar el derroche excesivo de la Corte, aunque el monarca le volvió a llamar para ocupar el mismo puesto, debido a las pésimas circunstancias en las que se encontraban las finanzas reales, aunque ya era demasiado tarde para conseguir arreglar el descalabro económico. Por ello, no se advierte en esta autora esa especie de derrotismo que se apreciaban en otras figuras del mundo cultural que también estaban fuertemente influenciados por el espíritu del romanticismo.

Su lema era que la libertad era necesaria, tanto en el ámbito personal y privado como en el político, aunque no siempre fue comprendida y recibió muchas críticas al respecto de personalidades de su época, como las vertidas por el propio Heinrich Heine, poeta y escritor de fama universal, que aducía que todo su afán libertario se debía a que no había sido correspondida por Napoleón Bonaparte, por lo que sus escritos contra el emperador eran sólo la consecuencia de haber sido rechazada y, por ello, escribía impulsada por el despecho, lo que dicho escritor afirma en sus Confesiones.

Esta escritora es una figura representativa y singular, impropia de una mujer de su época, que ilustra de forma extraordinaria el paso del siglo XVIII sl XIX, y va marcando el camino desde la Ilustración y el racionalismo al romanticismo, allanando el camino para poetas posteriores como fueron Baudelaire y al simbolismo representado por Rimbaud

Otras obras ensayísticas de esta autora son. De la influencia de las pasiones sobre la felicidad de los individuos y de las naciones (1796); De la literatura considerada en sus relaciones con las instituciones sociales (1800), y Consideraciones sobre los principales acontecimientos de la Revolución francesa (1818) y la obra testimonial Diez años de destierro (1821).

Esta obra es, pues, una interesante, rigurosa, amena y exhaustiva biografía, en la que la biografiada es analizada desde todos los ángulos posibles, tanto en su vida personal como literaria y social, con una gran cantidad de datos, referencias y una exhaustiva información, pero todo ello utilizado con gran soltura, estilo impecable e innegable rigor, que interesa desde el primer momento al lector, porque en esta obra la figura de Madame de Staël es la protagonista; pero teniendo como telón de fondo el apasionante mundo que le tocó vivir entre las convulsiones de la Revolución hasta la caída del imperio napoleónico y desde el racionalismo de la Ilustración al apasionado ciclo del Romanticismo, todos estos momentos claves de la Historia no sólo de Francia, sino de la Europa de entonces y que dieron paso a la sociedad europea del presente.

Apasionante vida y apasionante época que se refleja en sus luces y sombras, grandezas y miserias que conforman un rico mosaico político, cultural y social del que una importante tesela es esta mujer que fue testigo y protagonista importante de una época prodigiosa.

Madame de Staël, la baronesa de la libertad. Xavier Roca-Ferrer. Berenice. Córdoba, 2015. 510 páginas

Madame de Staël, la baronesa de la libertad

Una biografía rigurosa y exhaustiva de una importante figura cultural europea del siglo XVIII
Ana Alejandre
jueves, 13 de agosto de 2015, 09:02 h (CET)
Esta obra de referencia, inusual en el panorama editorial español que tan poco pródigo es en presentar estudios biográficos rigurosos y exhaustivos sobre las figuras de intelectuales extranjeros es, por dicho motivo, una obra insólita y digna de ser resaltada por el rigor que ofrece en el estudio de una figura como la de Madame de Saël, personaje femenino importante en la vida cultural del siglo XVIII.

1408152

Madame de Staël, es otro personaje dentro del mundo de la cultura y, especialmente de la literatura, muy desconocido para el gran público, y entre ellos Madame de Staël destaca por su extraordinaria personalidad y la gran influencia que tuvo en su época, cuando recibía en sus salones a los intelectuales, artistas, políticos y nobles más célebre de su época, además de por su condición de escritora de mucho éxito.

¿Pero quién fue Madame de Staël? Su verdadero nombre era Anne Louise Germaine Necker, nacida el 22 de abril de 1766 en París, hija de un financiero, Jacques Necker, de nacionalidad suiza, ministro de Luís XVI, y de Suzanne Couchod, también suiza y originaria del cantón de Vaud, quien tenía un salón literario muy concurrido. Madame de Staël mostró, desde el primer momento, una aguda inteligencia y buen criterio.

Contrajo matrimonio en 1786, con el embajador sueco en Francia, Eris Magnus, barón de Staël-Holstein, del que tuvo tres hijos. Este matrimonio no fue, sin embargo, el que la encumbró a la fama, sino que el mérito fue propio y radicaba en su gran inteligencia que destacó tanto en la literatura como en los asuntos políticos de la época, porque su salón literario se convirtió en el punto de reunión de los intelectuales y artistas franceses más afamados En 1788 escribió Carta sobre el carácter y las obras de Jean-Jacques Rousseau, por ser una lectora de los filósofos franceses del siglo XVIII...

Durante la Revolución Francesa, apoyó de forma manifiesta a Tayllerand huyó de Francia, en 1792, a raíz de caer la monarquía, para refugiarse en Suiza, país en el que creó y mantuvo un salón internacional al que asistieron numerosos personajes de la vida cultural. Se reencontró en allí con Benjamín Constant, a quien conocía de un viaje anterior, y con quien mantuvo una relación sentimental conflictiva y tormentosa que duró hasta 1808.

Cuando regresó a Francia, en 1797, conoció a Napoleón Bonaparte, por quien siente una gran fascinación que no es correspondida por aquel, ya que recelaba de una mujer que participaba de lleno en las intrigas política y palaciegas y, sobre todo, ante la que se sentía inferior en elocuencia. Además, su amante se afilió a la oposición a Napoleón, por lo que éste la condenó y, de nuevo, tuvo que abandonar París, en 1803. A todo ello se suma el revuelo producido por la publicación de su primera novela Delfine (1802), obra en la que expone la necesaria libertad de elección de pareja y se opone a las uniones de conveniencia, tan en boga por entonces, lo cual la encuadra dentro del movimiento romántico. En este mismo año, 1802, enviudó, y volvió a contraer matrimonio con un joven militar suizo, Albert de Rocca, apodado familiarmente John. Se estableció en Copper, al que trasladó su salón y al que concurrieron los personajes más famosos de su época, desde Madame Recamier a Mathieu de Montmorency hasta su propio amante. Desde allí realizó continuos viajes. Fue a Alemania, país en el que visitó a Goethe y Shiller, en Weimar y Viena, además de conocer y editar al Príncipe de Ligne. De ese viaje surgió su obra Alemania (1810), en la que se advierte lo que ella afirma como el descubrimiento de la verdadera “región del alma”. Admiraba en el ambiente alemán lo que tenía de opuesto al materialismo que reinaba en la corte imperial francesa, por lo que para ella el espíritu alemán representaba el ideal de toda magnificencia en su propia austeridad. De su obra Alemania, de la que se publicaron más de 10.000 ejemplares, Napoleón mandó que se quemaran en su totalidad, aunque tres años más tarde fue reeditada en Londres, porque algunos ejemplares escaparon inexplicablemente de la quema. Goethe escribió admirativamente sobre dicha obra, sin ningún tipo de cortapisa.

El biógrafo analiza y detalla los números amores de esta apasionada mujer y de sus muchas “amistades peligrosas” que mantuvo y el estilo punzante y agudo del autor le da un gran dinamismo dentro del análisis que realiza sobre la vida sentimental de esta apasionada mujer que no destacaba tanto por su belleza como por su gran inteligencia, encanto y atrevidos adornos en su vestimenta en los que destacaban las vistosas plumas con las que se adornaba el cabello.

Xavier Roca-Ferrer realiza una aguda crítica tanto en el análisis literario de la obra de Staël, pero no sólo en el mero ámbito literario, sino en la indagación y estudio de las relaciones amorosas apasionadas de esta insólita mujer. Es de destacar el análisis del pensamiento Madame de Staél que aparece reflejado en su obra Sobre Alemania (en tres tomos y 1.500 páginas), en relación con el ambiente político, cultural y social de su época, obra en la que aparecen las evidentes influencias recibidas grandes escritores y pensadores como fueron Goethe, B. Constant, W. Schlegel, y otros.

De sus viajes y exilios, Madame de Staël, va consiguiendo enriquecer su personalidad, dándole matices que unen su adhesión al romanticismo con aires más cosmopolitas, lo que la convierte en una escritora más cercana a los ideales de la Ilustración que a los propiamente románticos.

Posteriormente, en 1807, volvió a sufrir el exilio tras publicar Corinne o Italia, obra que estaba basada en la brillante carrera artística y literaria de la heroína angloamericana Corinne, fue la obra más famosa de Madame de Staël, y tuvo una gran influencia en todas las escritoras de la época, a las que sirvió de aliciente y estímulo en su búsqueda y esfuerzo de conseguir reconocimiento en sus trayectorias literarias. Además, su influencia se extendió a todo el siglo XIX que la tuvo como referente en cuanto a la narrativa se refiere.

Madam de Staël fue una evidente difusora de las teorías del romanticismo a través de sus obras, especialmente del título De la literatura (1800).en la que existe un importante capítulo que trata de las mujeres escritoras.

En su obra se advierten los ecos prerrománticos alemanes que habían llegado apenas a Francia, representados por autores como Shiller, los hermanos Schlegel, Ticek o Novalis, entre otros. Su admiración por los ideales revolucionarios franceses eran evidentes, aunque ella tenía un origen aristocrático. Sin embargo, a raíz de los sucesos que motivaron la etapa del Terror en Paris, tuvo que optar por el exilio en 1792, como ya se ha dicho anteriormente, ya que era partidaria de la monarquía constitucional.

Además, existe otra nota predominante en toda su obra, como es el intento constante de luchar por los derechos de la mujer que, en apariencia, parecían estar velados por los propios principios de la Revolución Francesa, aunque no tal en la práctica, porque los hombres seguían teniendo iguales privilegios que siempre, copando todos los puestos que detentaban el poder, negándoselos a las mujeres, quienes seguían en la misma situación de ciudadanas de segunda y a las que se les reservaba el ámbito doméstico como único escenario en el que pudieran desenvolverse..

A pesar de estas limitaciones, Madame de Staël, por su espíritu luchador y su capacidad de iniciativa, carácter que parece ser influenciado en alto grado por la enseñanza recibida de sus padres, porque no hay que olvidar que su progenitor fue destituido de su cargo de ministro de Luís XVI, por haber tenido la valentía de denunciar el derroche excesivo de la Corte, aunque el monarca le volvió a llamar para ocupar el mismo puesto, debido a las pésimas circunstancias en las que se encontraban las finanzas reales, aunque ya era demasiado tarde para conseguir arreglar el descalabro económico. Por ello, no se advierte en esta autora esa especie de derrotismo que se apreciaban en otras figuras del mundo cultural que también estaban fuertemente influenciados por el espíritu del romanticismo.

Su lema era que la libertad era necesaria, tanto en el ámbito personal y privado como en el político, aunque no siempre fue comprendida y recibió muchas críticas al respecto de personalidades de su época, como las vertidas por el propio Heinrich Heine, poeta y escritor de fama universal, que aducía que todo su afán libertario se debía a que no había sido correspondida por Napoleón Bonaparte, por lo que sus escritos contra el emperador eran sólo la consecuencia de haber sido rechazada y, por ello, escribía impulsada por el despecho, lo que dicho escritor afirma en sus Confesiones.

Esta escritora es una figura representativa y singular, impropia de una mujer de su época, que ilustra de forma extraordinaria el paso del siglo XVIII sl XIX, y va marcando el camino desde la Ilustración y el racionalismo al romanticismo, allanando el camino para poetas posteriores como fueron Baudelaire y al simbolismo representado por Rimbaud

Otras obras ensayísticas de esta autora son. De la influencia de las pasiones sobre la felicidad de los individuos y de las naciones (1796); De la literatura considerada en sus relaciones con las instituciones sociales (1800), y Consideraciones sobre los principales acontecimientos de la Revolución francesa (1818) y la obra testimonial Diez años de destierro (1821).

Esta obra es, pues, una interesante, rigurosa, amena y exhaustiva biografía, en la que la biografiada es analizada desde todos los ángulos posibles, tanto en su vida personal como literaria y social, con una gran cantidad de datos, referencias y una exhaustiva información, pero todo ello utilizado con gran soltura, estilo impecable e innegable rigor, que interesa desde el primer momento al lector, porque en esta obra la figura de Madame de Staël es la protagonista; pero teniendo como telón de fondo el apasionante mundo que le tocó vivir entre las convulsiones de la Revolución hasta la caída del imperio napoleónico y desde el racionalismo de la Ilustración al apasionado ciclo del Romanticismo, todos estos momentos claves de la Historia no sólo de Francia, sino de la Europa de entonces y que dieron paso a la sociedad europea del presente.

Apasionante vida y apasionante época que se refleja en sus luces y sombras, grandezas y miserias que conforman un rico mosaico político, cultural y social del que una importante tesela es esta mujer que fue testigo y protagonista importante de una época prodigiosa.

Madame de Staël, la baronesa de la libertad. Xavier Roca-Ferrer. Berenice. Córdoba, 2015. 510 páginas

Noticias relacionadas

El intrepidísimo navegante solitario, boca abajo sobre una tabla que en absoluto es más que la tabla de una mesa, con brazos y piernas abiertos y extendidos y, sin rigor, usando estos miembros a modo de remos, surca la inmensidad del océano. Se divierte, hace ruidos con la boca, farfulla.

Dos sencillos productos de la Tierra, como el buen vino y la harina de trigo, se convierten en celestial Amigo que en el Sagrario, por Amor se encierra.

Aragón es una cuna del arte desde la honestidad y la perseverancia y que desde el siglo XV ya se ha adelantado a su tiempo y ha destacado por grandes personajes que han cambiado la historia. En pleno siglo XXI, no son menos las figuras que destacan, como el escritor Antón Castro, el Heraldo de Aragón o el mismo Luis Alegre, que han destacado por recibir el Premio Mundial de la Excelencia Águila de Oro en 2023.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto