Aparecen en televisión, radio e inundan la web con sus anuncios de préstamos rápidos de dinero. Nos referimos a las empresas de minicréditos que con sus agresivas campañas publicitarias han convencido a miles de consumidores para que empleen sus servicios y a otros tantos para que huyan de sus ofertas de dinero fácil.
Con este tipo de producto crediticio la controversia está servida. Sus detractores emplean el argumento de que estas empresas financieras, que operan sin supervisión del Banco de España, han florecido gracias a la escasez crediticia que ha provocado la crisis económica de los últimos años; mientras que sus defensores, principalmente las propias entidades y sus clientes habituales, argumentan a favor del minipréstamo que, usado con precaución, es la manera más rápida y efectiva de conseguir liquidez a pequeñas cantidades.
¿Pero cuáles son los argumentos a favor y en contra?
Emplearemos para este pequeño análisis el
informe proporcionado por la empresa Cashper, que recientemente publicó en su página web que tiene como objetivo desmontar la generalizada idea de que crisis y minicrédito van de la mano. Para ello se basan en dos puntos: el histórico y el vinculado al perfil de solicitante.
Perspectiva histórica:
El nacimiento del minicrédito se remonta al nacimiento en los años 70 del pasado siglo de los microcréditos para países en vías de desarrollo. Posteriormente este modelo de financiación aterrizó en el primer mundo y se desarrolló hasta los actuales créditos online. Desde este punto de vista, parece incontestable que el nacimiento del producto no está vinculado al desarrollo de la crisis económica. Y en este punto enlazamos con el segundo pilar de la argumentación del informe: el perfil de solicitante.
Perfil de solicitante:
Todas las empresas financieras realizan estudios de solvencia de sus solicitantes, ya sea para otorgar un préstamo hipotecario de 200.000 euros o un minicrédito de 500. Y en todos los casos, es una exigencia el disponer de unos ingresos que avalen las posibilidades económicas reales del cliente para devolver el importe prestado. No se trata de un axioma, sino del principal resorte que hace funcionar el circuito crediticio. Es por ello que las empresas de minicréditos también imponen esta condición a sus clientes, aunque a unos niveles de exigencia mínimos comparados con los productos bancarios tradicionales: sin avales, garantías y con nómina, paro o una pensión.
En su informe, la financiera Cashper afirma que el 82% de sus clientes lo forman asalariados con una renta media de 1310 €, un perfil que, amén de otro tipo de deudas contraídas que afecten a su scoring, no entra dentro del perfil más afectado por la crisis.
A pesar de que de estos datos extraemos información suficiente para no vincular el éxito del producto financiero de moda, es evidente que el hecho de que los bancos cerraran el grifo del crédito a sus clientes, provocó que muchos de ellos miraran hacia otras fuentes alternativas de financiación. Es aquí donde aparecen empresas de créditos online como Cashper o Prestamo10, o
fórmulas como los préstamos P2P . En este sentido, sí podemos afirmar que la crisis ha potenciado el producto del microprésamo, pero, tal y como se muestra en informe, ni su génesis ni su desarrollo están vinculado a la reciente coyuntura económica.
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