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No se trata de un intento de “acongojarme” por parte de algún enemigo. Ni de peticiones de rescate tras una amenaza de secuestro. Se trata de “listos” que pretenden “limpiarte” las cuatro perras que tienes en tu cuenta corriente como fruto del trabajo de muchos años… o de tu modesta pensión.
Mi correo electrónico se llena cada día de “comunicados” falsos de entidades bancarias en las que nunca he tenido cuenta o, incluso, de aquella con la que opero. A veces me dicen que tengo que confirmar unos datos, otras que acabo de recibir una transferencia, etc.
Mi teléfono móvil recibe a diario mensajes de diversa procedencia y, a veces, me indican que he pagado un recibo de luz varias veces y que ¡¡me quieren devolver el dinero!!
Hay una serie de personas de diversas nacionalidades que “saben que soy buena gente” y quieren enviarme donaciones de miles de dólares para que yo las use a mi antojo.
Para terminar, cada día –siempre a lo largo de la sobremesa o de la maravillosa media hora de la siesta- me llaman por teléfono “tropecientas” compañías telefónicas o de seguros, ofreciéndome el oro y el moro si acepto sus maravillosas ofertas.
¡Ah, se me olvidaba! Gran parte de la tarde, la dedicamos mi sufrida esposa y yo mismo, a recoger paquetes, conteniendo compras por Internet, que nuestros queridos descendientes han domiciliado en nuestra casa “porque aquí no falta nunca alguien que los recoja”. Entre esa costumbre y que nos sobra sitio en la casa convertida en almacén familiar, he pasado a llamar mi hogar por lo bajinis como “el xxx de la bernarda”.
A un servidor, que está bastante escamado por la llegada, a lo largo de mi dilatada vida, de notificaciones de multas de tráfico o de requerimientos de hacienda, cada llamada inesperada o el sonido del timbre de la puerta, le hace dar un vuelco el corazón temiéndose lo peor.
En fin, he optado por no abrir ni un correo, ni aceptar ninguna llamada, que no estén avaladas por el conocimiento del nombre y circunstancias del emisor del mismo. Así me evito sustos o contestaciones desabridas a los que se intentan conectar conmigo con aviesas o torcidas intenciones. Aunque peque de “esaborío”.
Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.
Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.
Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.
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