La asistencia del primer ministro francés, Manuel Valls, a la final de la Liga de Campeones en Berlín ha generado un cruce de reproches entre la oposición y el Gobierno, que ha salido al paso para aclarar que el dirigente, confeso aficionado del F.C. Barcelona, estaba en Alemania por motivos laborales.

El portavoz de la formación opositora Los Republicanos, Sébastien Huyghe, ha acusado a Valls de preferir este tipo de eventos públicos antes que "ocuparse de los problemas de los franceses", según France Info.

La cadena BFMTV ha calculado que el viaje de ida y vuelta de Valls a Berlín en un avión Falcon ha costado a las arcas públicas 14.000 euros. El diputado Thierry Solère, ha tachado de "indecencia" que en este viaje se haya gastado ese dinero, "un bien preciado en tiempos de crisis".

El presidente de Francia, François Hollande, ha salido al paso de la polémica en la comparecencia al término de la cumbre del G-7 en Alemania. Según Hollande, el primer ministro no acudió a Berlín sólo para presenciar el partido entre el F.C Barcelona y la Juventus de Turín, sino también para reunirse con representantes de la UEFA.

En este sentido, ha justificado que el Gobierno quiere ultimar la organización de la Eurocopa del próximo año y analizar junto a la federación europea los últimos acontecimientos en torno a la FIFA, salpicada por un escándalo de corrupción y en busca de presidente tras la dimisión de Jospeh Blatter.