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Pelayo López

Un remanso de tranquilidad, ¿futurible o momentáneo?

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Por primera vez en dos años, este pasado mes de Octubre, el temido fantasma mensual, el Euribor, ese tipo que regula mayoritariamente el exprimidor de las hipotecas, ha bajado. ¡Sí, es cierto!. Bueno, la euforia, tratándose de nuestros bolsillos, no podía ser completa, y eso que, según los analistas, este camino a la baja emprendido podría repetirse en las próximas mensualidades. ¡Ya sería demasiado!. Ahora bien, el colmo es que, aún con este dato positivo entre comillas, las hipotecas con revisión anual no bajarán tampoco puesto que el diferencial sigue siendo negativo para nuestros ahorros. Así que consuelo mutuo y resignación individual. ¡Algún día llegará el día en que las hipotecas bajen de verdad!

Porque la verdad, o el respeto a aquellas decisiones que deberían ser tomadas como tal, puede tener un carácter muy efímero. Unos días después de conocer la sentencia del 11-M, y tras haber mantenido anteriormente una postura de respeto con insistentes y aparentes dosis de credibilidad para el público, los políticos parecen haberse olvidado rápidamente del respeto a los tribunales. Unos y otros insistían antes del día en cuestión que, dijese lo que dijese el Tribunal, ellos acatarían su decisión y la respetarían. Supongo que el respeto, para ellos, poco o nada tiene que ver con el silencio o la continuación de comentarios sobre todo tipo de argumentaciones posibles o imposibles.

Está claro que una decisión judicial puede que no sea la verdad absoluta, pero, para bien o para mal, el sistema judicial de nuestro país está dispuesto así. Los implicados, víctimas y acusados, tienen en su mano, hasta donde el código lo permite, la capacidad de recurrir. Los políticos, por su parte, y ya que su poder está, en principio, desligado del de los jueces, tendrían que recapacitar y darse cuenta de que su respetuoso silencio para con casos como éste sería saludable para la sociedad, aunque ocurra como con el Euribor y nos quede la duda para la próxima ocasión de si se trata de un remanso de tranquilidad, ¿futurible o momentáneo?.

Un remanso de tranquilidad, ¿futurible o momentáneo?

Pelayo López
Pelayo López
martes, 13 de noviembre de 2007, 05:28 h (CET)
Por primera vez en dos años, este pasado mes de Octubre, el temido fantasma mensual, el Euribor, ese tipo que regula mayoritariamente el exprimidor de las hipotecas, ha bajado. ¡Sí, es cierto!. Bueno, la euforia, tratándose de nuestros bolsillos, no podía ser completa, y eso que, según los analistas, este camino a la baja emprendido podría repetirse en las próximas mensualidades. ¡Ya sería demasiado!. Ahora bien, el colmo es que, aún con este dato positivo entre comillas, las hipotecas con revisión anual no bajarán tampoco puesto que el diferencial sigue siendo negativo para nuestros ahorros. Así que consuelo mutuo y resignación individual. ¡Algún día llegará el día en que las hipotecas bajen de verdad!

Porque la verdad, o el respeto a aquellas decisiones que deberían ser tomadas como tal, puede tener un carácter muy efímero. Unos días después de conocer la sentencia del 11-M, y tras haber mantenido anteriormente una postura de respeto con insistentes y aparentes dosis de credibilidad para el público, los políticos parecen haberse olvidado rápidamente del respeto a los tribunales. Unos y otros insistían antes del día en cuestión que, dijese lo que dijese el Tribunal, ellos acatarían su decisión y la respetarían. Supongo que el respeto, para ellos, poco o nada tiene que ver con el silencio o la continuación de comentarios sobre todo tipo de argumentaciones posibles o imposibles.

Está claro que una decisión judicial puede que no sea la verdad absoluta, pero, para bien o para mal, el sistema judicial de nuestro país está dispuesto así. Los implicados, víctimas y acusados, tienen en su mano, hasta donde el código lo permite, la capacidad de recurrir. Los políticos, por su parte, y ya que su poder está, en principio, desligado del de los jueces, tendrían que recapacitar y darse cuenta de que su respetuoso silencio para con casos como éste sería saludable para la sociedad, aunque ocurra como con el Euribor y nos quede la duda para la próxima ocasión de si se trata de un remanso de tranquilidad, ¿futurible o momentáneo?.

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