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Etiquetas | Inés Arrimadas | Ciudadanos | Política nacional
​La velocidad de acontecimientos produjo dos efectos en el chat que disfruto con amigos: “Maricón el último” y “Traidor, inconfeso y mártir”

Doña Inés (Arrimadas), de Murcia a Lavapiés

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Doña Inés. Con parejas. La cosa viene de lejos. Isabel Allende la emparejó con Pedro de Valdivia en su conquista a Chile. Zorrilla la concibió en ficción, jovencísima, hija del comendador de Calatrava seducida por Don Juan Tenorio en un amor fallido. Ayer, con Arrimadas, doña Inés apareció en Lavapiés. Venía de Murcia. Insinuante (políticamente, claro), con los ardores primaverales del día (político y de lobby, no claros), y dispuesta a ligar (seducida o seduciendo, ya se verá) con los Valdivia y Zorrilla de Madrid. En Sombrerete y Tribulete, por más señas. Calle de Embajadores, negocios en El Rastro, y con negociantes.

Las noticias, en caudal continuo y controlado, empezaron por la mañana: Mociones de censura en Murcia (comunidad autónoma y Ayuntamiento), Convocatoria de Elecciones en La Comunidad madrileña. Dos mociones de censura en Madrid. Efecto dominó en la comunidad de Castilla y León. Sosiego en Andalucía. Riesgo de contagios en ayuntamientos. Declaraciones a porrillo. Y Ciudadanos, con Inés Arrimadas en medio, pero no el centro.

La velocidad de acontecimientos produjo dos efectos en el chat que disfruto con amigos: “Maricón el último” y “Traidor, inconfeso y mártir”. El primero, traducido a un “¡Sálvese quien pueda! para evitar connotaciones de mal gusto, resume la postura de quiénes corren buscando ventajas frente a los demás con urnas o si ellas. De los que habían iniciado o padecido el asunto, en Murcia, Madrid o en cualquier sitio (PSOE, C´s, U.P. PP, Vox, Más-Madrid, y otros que andan el ajo). Y de las instituciones del Estado que están, faltan, o andan a lo que salga. El segundo, por la semántica del titulo del drama de José Zorrilla ‘Traidor, inconfeso y mártir’, hizo que Ciudadanos e Inés Arrimadas se asociaran a los conceptos ‘Traidor’, que comete o denota traición y es más perjudicial que lo que parece; ‘Inconfeso’, que no confiesa el delito que se le imputa; y ‘Mártir’, persona que muere o sufre padecimientos en defensa de su religión o convicciones, o se sacrifica por ellas.

Aparcada Arrimadas y C’s a un segundo plano, entremos en la obra de Zorrilla para ver el argumento: Historia de un aspirante al trono (rey portugués) que se disfraza de Gabriel Espinosa, pastelero en Madrigal de las Altas Torres, y que, por impostor, termina ahorcado. No con Inés Arrimadas, pero sí en imposturas y con origen en el pastelero Gabriel Espinosa, hay en Lavapiés la llamada calle de Sombrerete, devenida de la antigua Calle de Sombrerete del Ahorcado, en recuerdo del suceso protagonizado en la historia por el pastelero de marras que llevó al teatro Zorrilla. Abundando en la historia matritense con el cronista Mesonero Romanos, conocemos que la cabeza del ahorcado fue paseada por la Villa y Corte de Madrid en lo alto de un palo y arrojada a un montón de estiércol en los corrales que hay junto a la calle para recuerdo del suceso. Plano de zona, calle Sombrerete (del Ahorcado) y al lado la calle de Tribulete, que va de Lavapiés a Embajadores. Toma su nombre del tribulete, o juego de bolos, que se jugaba cerca, acaso en el lugar al que echaron la cabeza del ahorcado o junto a él y en la modalidad que en el Fuero de Madrid (año 1202) se llama ‘del chito’ (Se lanza un disco metálico sobre un cilindro de madera, o chito, en el que se colocaba una moneda como premio).

Tras la excursión literaria por Lavapiés con la doña Inés de entonces, las noticias con doña Inés Arrimadas, la de hoy. En Murcia, Madrid, Castilla-León, Andalucía o donde sea. Como presidenta de C’s, en soledad o en compañía. En ambas, con el nombre, hay una coincidencia. Notable otrora, como premio sobre el chito. Y principal ahora, como recompensa que, sin parar en barras, o parando, trata de conseguir la formación naranja entre crisis, la Covid-19 que asola y la esclavitud delatora de una hemeroteca que, como chito inclemente, exhibe unas declaraciones para descrédito de la presidenta de C’s: “Quien presente una moción de censura en plena segunda ola (de pandemia) es un irresponsable”, lo ha dicho no ha mucho y en público Inés Arrimadas.

Visto lo anterior volvamos al chat. Traidor, inconfeso y mártir. Están en la obra de Zorrilla. En la actualidad y referidos a lo que representa Arrimadas, traidor e inconfeso, pueden ser; mártir, no, aunque, según criterios, deban sufrir padecimientos en defensa de convicciones, si existen.

Por lo anterior, lo de Ciudadanos tendrá consecuencias. Está sobre el chito que va a ver y enjuiciar el electorado a la hora de votar. Para beneficio nacional, de todos, no para premiar a aprovechados. De momento, con parejas o sin ellas, hoy estamos ante doña Inés (Arrimadas), de Murcia a Lavapiés.

Doña Inés (Arrimadas), de Murcia a Lavapiés

​La velocidad de acontecimientos produjo dos efectos en el chat que disfruto con amigos: “Maricón el último” y “Traidor, inconfeso y mártir”
José Luis Heras Celemín
viernes, 12 de marzo de 2021, 12:26 h (CET)

Doña Inés. Con parejas. La cosa viene de lejos. Isabel Allende la emparejó con Pedro de Valdivia en su conquista a Chile. Zorrilla la concibió en ficción, jovencísima, hija del comendador de Calatrava seducida por Don Juan Tenorio en un amor fallido. Ayer, con Arrimadas, doña Inés apareció en Lavapiés. Venía de Murcia. Insinuante (políticamente, claro), con los ardores primaverales del día (político y de lobby, no claros), y dispuesta a ligar (seducida o seduciendo, ya se verá) con los Valdivia y Zorrilla de Madrid. En Sombrerete y Tribulete, por más señas. Calle de Embajadores, negocios en El Rastro, y con negociantes.

Las noticias, en caudal continuo y controlado, empezaron por la mañana: Mociones de censura en Murcia (comunidad autónoma y Ayuntamiento), Convocatoria de Elecciones en La Comunidad madrileña. Dos mociones de censura en Madrid. Efecto dominó en la comunidad de Castilla y León. Sosiego en Andalucía. Riesgo de contagios en ayuntamientos. Declaraciones a porrillo. Y Ciudadanos, con Inés Arrimadas en medio, pero no el centro.

La velocidad de acontecimientos produjo dos efectos en el chat que disfruto con amigos: “Maricón el último” y “Traidor, inconfeso y mártir”. El primero, traducido a un “¡Sálvese quien pueda! para evitar connotaciones de mal gusto, resume la postura de quiénes corren buscando ventajas frente a los demás con urnas o si ellas. De los que habían iniciado o padecido el asunto, en Murcia, Madrid o en cualquier sitio (PSOE, C´s, U.P. PP, Vox, Más-Madrid, y otros que andan el ajo). Y de las instituciones del Estado que están, faltan, o andan a lo que salga. El segundo, por la semántica del titulo del drama de José Zorrilla ‘Traidor, inconfeso y mártir’, hizo que Ciudadanos e Inés Arrimadas se asociaran a los conceptos ‘Traidor’, que comete o denota traición y es más perjudicial que lo que parece; ‘Inconfeso’, que no confiesa el delito que se le imputa; y ‘Mártir’, persona que muere o sufre padecimientos en defensa de su religión o convicciones, o se sacrifica por ellas.

Aparcada Arrimadas y C’s a un segundo plano, entremos en la obra de Zorrilla para ver el argumento: Historia de un aspirante al trono (rey portugués) que se disfraza de Gabriel Espinosa, pastelero en Madrigal de las Altas Torres, y que, por impostor, termina ahorcado. No con Inés Arrimadas, pero sí en imposturas y con origen en el pastelero Gabriel Espinosa, hay en Lavapiés la llamada calle de Sombrerete, devenida de la antigua Calle de Sombrerete del Ahorcado, en recuerdo del suceso protagonizado en la historia por el pastelero de marras que llevó al teatro Zorrilla. Abundando en la historia matritense con el cronista Mesonero Romanos, conocemos que la cabeza del ahorcado fue paseada por la Villa y Corte de Madrid en lo alto de un palo y arrojada a un montón de estiércol en los corrales que hay junto a la calle para recuerdo del suceso. Plano de zona, calle Sombrerete (del Ahorcado) y al lado la calle de Tribulete, que va de Lavapiés a Embajadores. Toma su nombre del tribulete, o juego de bolos, que se jugaba cerca, acaso en el lugar al que echaron la cabeza del ahorcado o junto a él y en la modalidad que en el Fuero de Madrid (año 1202) se llama ‘del chito’ (Se lanza un disco metálico sobre un cilindro de madera, o chito, en el que se colocaba una moneda como premio).

Tras la excursión literaria por Lavapiés con la doña Inés de entonces, las noticias con doña Inés Arrimadas, la de hoy. En Murcia, Madrid, Castilla-León, Andalucía o donde sea. Como presidenta de C’s, en soledad o en compañía. En ambas, con el nombre, hay una coincidencia. Notable otrora, como premio sobre el chito. Y principal ahora, como recompensa que, sin parar en barras, o parando, trata de conseguir la formación naranja entre crisis, la Covid-19 que asola y la esclavitud delatora de una hemeroteca que, como chito inclemente, exhibe unas declaraciones para descrédito de la presidenta de C’s: “Quien presente una moción de censura en plena segunda ola (de pandemia) es un irresponsable”, lo ha dicho no ha mucho y en público Inés Arrimadas.

Visto lo anterior volvamos al chat. Traidor, inconfeso y mártir. Están en la obra de Zorrilla. En la actualidad y referidos a lo que representa Arrimadas, traidor e inconfeso, pueden ser; mártir, no, aunque, según criterios, deban sufrir padecimientos en defensa de convicciones, si existen.

Por lo anterior, lo de Ciudadanos tendrá consecuencias. Está sobre el chito que va a ver y enjuiciar el electorado a la hora de votar. Para beneficio nacional, de todos, no para premiar a aprovechados. De momento, con parejas o sin ellas, hoy estamos ante doña Inés (Arrimadas), de Murcia a Lavapiés.

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