El Oporto de Julen Lopetegui se tuvo que conformar con el empate (1-1) ante un conformista Basilea en la visita este miércoles al St. Jakob-Park, ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, un resultado positivo y justo, gracias al tanto de penalti de Danilo en el tramo final, que permite a los del técnico español tomar una mínima ventaja de cara a la vuelta de dentro de tres semanas.

El cuadro suizo estuvo a 10 minutos de sumar una nueva víctima europea en su complicado feudo. Con sólo un disparo en todo el partido, el que supuso el tanto a los 11 minutos de Derlis González, el Basilea mandó hasta que, desde la pena máxima, el marcador hizo algo de justicia con el despliegue de intenciones continuo de los visitantes. La organización local pudo con el hambre y los recursos portugueses y será Do Dragão el 10 de marzo el que decida el 'tapado' de la 'Champions'.

El Oporto manejó el encuentro bajo la batuta de Óliver Torres, quien personificó la mala fortuna de su equipo saliendo lesionado del hombro en la segunda mitad, pero no fue hasta los segundos 45 minutos cuando comenzó a llegar con peligro y plena autoridad. Sin duda los de Paulo Sousa llegaron con los deberes hechos y la lección aprendida. Dos meses de inactividad dieron para mucho y, aunque con poco ritmo de competición (dos partidos de liga) el Basilea demostró la correcta línea alcanzada en los últimos años: eliminando éste al Liverpool, o ganando en casa en anteriores a United, Bayern y Chelsea.

El Basilea necesitó mucho trabajo para controlar a su rival. Aún así, en la primera mitad, con Jackson Martínez demasiado aislado y Tello poco inspirado, las buenas intenciones visitantes se quedaron sólo en eso. Con criterio, Óliver dirigió a un reconocible Oporto que le faltó acierto en los últimos metros o le sobró un último pase. Si cómodo estaba el Basilea buscando la contra, más lo estuvo después de ponerse por delante con un gran gol de González, quien se tuvo que retirar poco después lesionado en la misma jugada, a centro medido de Frei.

Tras el paso por vestuarios la suerte lusa pareció cambiar de raíz, pero a los tres minutos el colegiado anuló un tanto de Casemiro por un fuera de juego de Marcano, molestando al meta rival. A pesar de la decepción, ya que en primera instancia el árbitro dio el tanto, la salida del Oporto fue más vertical y pronto llegaron las primeras ocasiones. Tello dio un paso al frente generando peligro por la banda y el acoso visitante terminó dando sus frutos con un penalti por manos del veterano Samuel que convirtió Danilo.

El Oporto mereció más en la segunda mitad, maduró el encuentro pese a la juventud de sus jugadores y finalmente mandó un empate con goles que permite a los de Lopetegui tomar cierta ventaja y encomendarse al Estadio do Dragão para consolidar este nuevo proyecto que ya pasó lanzado, como invicto, por la fase de grupos. Enfrente eso sí, el cuadro de Paulo Sousa llegará sin nada que perder y, seguramente, con más argumentos que los vistos en St. Jakob-Park.