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​No podía ser menos fascinante la historia de Agripina. Julia Agripina, nacida, probablemente, en Oppidum Ubiorum, en el año 15 d.C. también conocida como Agripina la Menor

Agripina, emperatriz de Roma

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“Agripina, Primera emperatriz de Roma”, de Emma Southon, una obra que intenta reivindicar la figura de la hermana de Calígula, esposa de Claudio, y madre de Nerón, cuya figura, como otras muchas mujeres de la Historia, fue ensombrecida por los varones que la rodeaban sin más méritos que su propia condición de hombres.

AGRIPINA, PRIMERA EMPERATRIZ DE ROMA

La historia de la Antigua Roma y el esplendor del Imperio Romano siempre ha despertado una gran fascinación en los lectores, incluso si se compara con otros períodos históricos más recientes. Quizás se deba a que esa época histórica ofrece en sus crónicas más atractivos que las demás por tener en ella cabida más virulencia, intensidad y crueldad .encarnados en sus protagonistas, siempre masculinos, con sus muchos escándalos que provocaban sus continuos adulterios, incestos, orgías, asesinatos, conjuras, traiciones, y guerras fratricidas, lo que espolea la imaginación de los lectores que encuentran en ellos una continua sucesión de hechos a cual más morboso y excitante.


No podía ser menos fascinante la historia de Agripina. Julia Agripina, nacida, probablemente, en Oppidum Ubiorum, en el año 15 d.C. también conocida como Agripina la Menor. Fue la hija mayor de Germánico y Agripina la Mayor, y, por tanto, bisnieta de Marco Antonio y Octavia la Menor. Fue, además, hermana de Calígula, también esposa y sobrina de Claudio, y madre de Nerón. Con esta genealogía no podía tener una vida muy rutinaria y plácida, porque la dinastía Julio-Claudia a la que pertenecía, ha dado muchas páginas a la historia de escándalos sexuales, crímenes, traiciones y conjuras como para llenar por sí solos muchos tomos.

La autora de esta obra manifiesta en la introducción su deseo y empeño de realzar la figura de Agripina, a la que considera una figura extraordinaria, y sacarla del olvido en la que la sepultaron los hombres que la rodeaban que siempre eran los protagonistas de la historia y las mujeres solo figuras decorativas y condenadas al ostracismo y casi el anonimato por su condición. femenina. Sin embargo, Agripina fue una mujer que, sin ostentar directamente el poder, permaneció en el epicentro del gobierno imperial durante más años que muchos afamados emperadores consiguieron estar.

Agripina se dio cuenta desde muy joven de los círculos de poder reservados a los hombres y en los que no tenía cabida ninguna mujer por el hecho de serlo. No se resignó e intentó tomarlos a la fuerza. Conjuró contra su hermano, siendo este ya el emperador Calígula y fue descubierta y condenada al destierro. Cuando volvió a Roma, después de la muerte de Calígula, intimó con su tío Claudio que había sido nombrado emperador y estaba ya viudo de Mesalina a la que había mandado ejecutar. Se casó con él y tuvieron un hijo varón que sería conocido como Nerón, personaje de triste memoria.

La autora de esta obra es una experta conocedora de historiografía romana, por su profesión de historiadora, y escribe con rigor, conocimiento y una gran profusión de datos que no solo ofrece en la narración, sino que los utiliza para dar su propia versión de experta en esta apasionante época histórica. Su escritura utiliza un lenguaje sencillo, claro, casi coloquial, que rompe un poco los esquemas de este tipo de obras, pero que ella ha declarado usar para acercar a muchos lectores que se aburren con los libros de historia, por la forma académica en la que han sido siempre escritos. El tono de esta escritora es siempre directo y, muchas veces, destila ironía e, incluso, sarcasmo. Se dirige al lector para hablarle como si fuera un interlocutor con el que compartir ideas y opiniones.

La narración se divide en cinco capítulos, en los que los hombres siempre tienen un lugar, porque así sucedía en la vida real en la que los varones estaban a la luz y las mujeres en la sombra, y solamente eran débilmente iluminadas por el resplandor de ellos. Al principio era su padre, Germánico, quien la iluminaba; después, fue la sombra de Calígula, el siniestro emperador y su hermano y, más tarde, su tío Claudio, al contraer con él matrimonio, lo que provocó un gran escándalo porque era hermano de su padre y, por lo tanto, se consideraba que dicho enlace era incestuoso. Después de enviudar, tuvo que soportar los rumores de que había matado a su marido, Por último, pasó a ser la madre de Nerón, el emperador tirano que no quiso compartir el poder con ella.

Es por todo esto que esta obra, por lo elementos históricos que la componen, los personajes singulares y todas sus complejidades psicológicas, además de los hechos narrados y el escenario histórico en el que se desenvuelve, es una narración muy fácil y amena de leer, en la que encontrará el lector datos fidedignos y rigurosos, pero siempre teniendo la sensación de que está dialogando con la autora por su desparpajo, soltura narrativa y ese tono coloquial de compartir con el lector sus opiniones, como intentando un diálogo mutuo que enriquecerá a ambos.

Agripina, emperatriz de Roma

​No podía ser menos fascinante la historia de Agripina. Julia Agripina, nacida, probablemente, en Oppidum Ubiorum, en el año 15 d.C. también conocida como Agripina la Menor
Ana Alejandre
martes, 2 de febrero de 2021, 11:36 h (CET)

“Agripina, Primera emperatriz de Roma”, de Emma Southon, una obra que intenta reivindicar la figura de la hermana de Calígula, esposa de Claudio, y madre de Nerón, cuya figura, como otras muchas mujeres de la Historia, fue ensombrecida por los varones que la rodeaban sin más méritos que su propia condición de hombres.

AGRIPINA, PRIMERA EMPERATRIZ DE ROMA

La historia de la Antigua Roma y el esplendor del Imperio Romano siempre ha despertado una gran fascinación en los lectores, incluso si se compara con otros períodos históricos más recientes. Quizás se deba a que esa época histórica ofrece en sus crónicas más atractivos que las demás por tener en ella cabida más virulencia, intensidad y crueldad .encarnados en sus protagonistas, siempre masculinos, con sus muchos escándalos que provocaban sus continuos adulterios, incestos, orgías, asesinatos, conjuras, traiciones, y guerras fratricidas, lo que espolea la imaginación de los lectores que encuentran en ellos una continua sucesión de hechos a cual más morboso y excitante.


No podía ser menos fascinante la historia de Agripina. Julia Agripina, nacida, probablemente, en Oppidum Ubiorum, en el año 15 d.C. también conocida como Agripina la Menor. Fue la hija mayor de Germánico y Agripina la Mayor, y, por tanto, bisnieta de Marco Antonio y Octavia la Menor. Fue, además, hermana de Calígula, también esposa y sobrina de Claudio, y madre de Nerón. Con esta genealogía no podía tener una vida muy rutinaria y plácida, porque la dinastía Julio-Claudia a la que pertenecía, ha dado muchas páginas a la historia de escándalos sexuales, crímenes, traiciones y conjuras como para llenar por sí solos muchos tomos.

La autora de esta obra manifiesta en la introducción su deseo y empeño de realzar la figura de Agripina, a la que considera una figura extraordinaria, y sacarla del olvido en la que la sepultaron los hombres que la rodeaban que siempre eran los protagonistas de la historia y las mujeres solo figuras decorativas y condenadas al ostracismo y casi el anonimato por su condición. femenina. Sin embargo, Agripina fue una mujer que, sin ostentar directamente el poder, permaneció en el epicentro del gobierno imperial durante más años que muchos afamados emperadores consiguieron estar.

Agripina se dio cuenta desde muy joven de los círculos de poder reservados a los hombres y en los que no tenía cabida ninguna mujer por el hecho de serlo. No se resignó e intentó tomarlos a la fuerza. Conjuró contra su hermano, siendo este ya el emperador Calígula y fue descubierta y condenada al destierro. Cuando volvió a Roma, después de la muerte de Calígula, intimó con su tío Claudio que había sido nombrado emperador y estaba ya viudo de Mesalina a la que había mandado ejecutar. Se casó con él y tuvieron un hijo varón que sería conocido como Nerón, personaje de triste memoria.

La autora de esta obra es una experta conocedora de historiografía romana, por su profesión de historiadora, y escribe con rigor, conocimiento y una gran profusión de datos que no solo ofrece en la narración, sino que los utiliza para dar su propia versión de experta en esta apasionante época histórica. Su escritura utiliza un lenguaje sencillo, claro, casi coloquial, que rompe un poco los esquemas de este tipo de obras, pero que ella ha declarado usar para acercar a muchos lectores que se aburren con los libros de historia, por la forma académica en la que han sido siempre escritos. El tono de esta escritora es siempre directo y, muchas veces, destila ironía e, incluso, sarcasmo. Se dirige al lector para hablarle como si fuera un interlocutor con el que compartir ideas y opiniones.

La narración se divide en cinco capítulos, en los que los hombres siempre tienen un lugar, porque así sucedía en la vida real en la que los varones estaban a la luz y las mujeres en la sombra, y solamente eran débilmente iluminadas por el resplandor de ellos. Al principio era su padre, Germánico, quien la iluminaba; después, fue la sombra de Calígula, el siniestro emperador y su hermano y, más tarde, su tío Claudio, al contraer con él matrimonio, lo que provocó un gran escándalo porque era hermano de su padre y, por lo tanto, se consideraba que dicho enlace era incestuoso. Después de enviudar, tuvo que soportar los rumores de que había matado a su marido, Por último, pasó a ser la madre de Nerón, el emperador tirano que no quiso compartir el poder con ella.

Es por todo esto que esta obra, por lo elementos históricos que la componen, los personajes singulares y todas sus complejidades psicológicas, además de los hechos narrados y el escenario histórico en el que se desenvuelve, es una narración muy fácil y amena de leer, en la que encontrará el lector datos fidedignos y rigurosos, pero siempre teniendo la sensación de que está dialogando con la autora por su desparpajo, soltura narrativa y ese tono coloquial de compartir con el lector sus opiniones, como intentando un diálogo mutuo que enriquecerá a ambos.

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