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Etiquetas | El arte de la guerra
Santi Benítez

Iranian Soap

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Esta es la historia de George Junior, hijo de George padre, que vive en una casa blanca cerca del Capitolio. Tiene un ama de llaves que se llama Condoleezza, amante del piano, de las fotos con cara de carrera de caballos y de los viajes por pasar el rato. George Junior está obsesionado con Oriente Medio, lo quiere de patio de juegos en vista de que su padre perdió del todo el patio trasero de la casa pese a haber financiado, él y otros antes que él, la contra, los escuadrones de la muerte, la triple A, a su amiguito Pinochet, la junta militar argentina, la escuela de las américas... Pero está visto que los vecinos son unos desagradecidos y, al final, reclamaron como suyo el columpio, el cajón de arena, el petróleo y el resto de las materias primas. George Junior piensa que lo tiene más fácil quedarse con el patio de Oriente Próximo, aunque está bastante lejos de casa, porque tiene un compañero de juegos que le guarda el sitio; Israel, que también lo quiere de patio de juegos, y no le importa compartirlo con George. Por otro lado está Ahmadineyad, que vive en una casa en Teherán, justo al lado del patio que quiere George Junior e Israel, y se ha dado cuenta de ue estos dos reclaman el patio respaldados por la cantidad de juguetes nucleares que tienen - Israel los esconde, pero todos los niños del recreo saben que los tiene-, así que, ni corto ni perezoso, se ha ido a pedirle dinero a su abuela de Arabia Saudí, muy religiosa ella, le ha llorado un poco al de la tienda de juguetes rusos para que le hiciera una rebajilla, y el niño bajito y cabezón de Teherán está en camino de conseguir sus juguetes.

George Junior no se ha resignado, así que acudió a la Dirección del colegio acusando a Ahmadineyad de no querer dejarlo jugar en el patio, de matón, de canijo cabezón y de pegarle a las niñas. Ha ido al Director con Israel, que le acusa a su vez de querer pegarle sin ninguna razón. Pero como el Director sabe que George Junior es un mentiroso patológico, aparte de un caprichoso melón, y que Israel se dedica a quitarle el bocadillo en el recreo a unos niños palestinos, y a tirar petardos a una niña siria, pues ha enviado a su Jefe de Estudios a ver si es verdad. El Director sabe que el Consejo de Dirección está formado por un chino gordo y grande, por el dueño ruso de la tienda de juguetes, por el padre de George - que hablando de todo un poco, hace unas donaciones tremendas al Colegio-, y por un colega inglés remilgado que siempre se pone de parte de George. Así que tiene claro que tarde o temprano tendrá que darle la razón al caprichoso melón. Ahmadineyad también lo sabe, pero le da igual, porque mientras tenga el dinero de su abuela y petróleo para cambiar en el recreo, el resto se la suda. Por ahora a George Junior no le queda otra que hacer planes de ataque al patio. El pobre no se acuerda de que, en breve, lo van a mandar a mudar de la casa en la que vive los mismos que pasan hambre y frío en su propio jardín.

Por muchos planes de ataque que haga George Junior, esos mismo que le van a dar la patada en el culo no están dispuestos a ir a la batalla con él, así que no le ha quedado otra que intentar la vía "diplomacia de patio". Para ello ha enviado a su ama de llaves, de paso se hizo otra foto, que le ha propuesto al cabezón de Teherán integrarse en la banda del pueblo (Organización Mundial del Comercio), darle juguetes nucleares light (Reactores de agua ligera), un acuerdo comercial con la tía vieja de George, la Unión Europea, que tiene un montón de niños pequeños y gritones (muchos, pequeños y cabreados), y dos huevos duros. Pero después de unas cuantos regateos propios del Príncipe de Persia en medio del Gran Bazar, el cabezón dijo que nones. Y a George el tiempo se le acaba.

La solución a todo esto, y mucho más, en un próximo capítulo de Iranian Soap.

Suena de fondo "Soap", de Eminem.

Buenas noches, y buena suerte...

Iranian Soap

Santi Benítez
Santi Benítez
lunes, 26 de febrero de 2007, 11:16 h (CET)
Esta es la historia de George Junior, hijo de George padre, que vive en una casa blanca cerca del Capitolio. Tiene un ama de llaves que se llama Condoleezza, amante del piano, de las fotos con cara de carrera de caballos y de los viajes por pasar el rato. George Junior está obsesionado con Oriente Medio, lo quiere de patio de juegos en vista de que su padre perdió del todo el patio trasero de la casa pese a haber financiado, él y otros antes que él, la contra, los escuadrones de la muerte, la triple A, a su amiguito Pinochet, la junta militar argentina, la escuela de las américas... Pero está visto que los vecinos son unos desagradecidos y, al final, reclamaron como suyo el columpio, el cajón de arena, el petróleo y el resto de las materias primas. George Junior piensa que lo tiene más fácil quedarse con el patio de Oriente Próximo, aunque está bastante lejos de casa, porque tiene un compañero de juegos que le guarda el sitio; Israel, que también lo quiere de patio de juegos, y no le importa compartirlo con George. Por otro lado está Ahmadineyad, que vive en una casa en Teherán, justo al lado del patio que quiere George Junior e Israel, y se ha dado cuenta de ue estos dos reclaman el patio respaldados por la cantidad de juguetes nucleares que tienen - Israel los esconde, pero todos los niños del recreo saben que los tiene-, así que, ni corto ni perezoso, se ha ido a pedirle dinero a su abuela de Arabia Saudí, muy religiosa ella, le ha llorado un poco al de la tienda de juguetes rusos para que le hiciera una rebajilla, y el niño bajito y cabezón de Teherán está en camino de conseguir sus juguetes.

George Junior no se ha resignado, así que acudió a la Dirección del colegio acusando a Ahmadineyad de no querer dejarlo jugar en el patio, de matón, de canijo cabezón y de pegarle a las niñas. Ha ido al Director con Israel, que le acusa a su vez de querer pegarle sin ninguna razón. Pero como el Director sabe que George Junior es un mentiroso patológico, aparte de un caprichoso melón, y que Israel se dedica a quitarle el bocadillo en el recreo a unos niños palestinos, y a tirar petardos a una niña siria, pues ha enviado a su Jefe de Estudios a ver si es verdad. El Director sabe que el Consejo de Dirección está formado por un chino gordo y grande, por el dueño ruso de la tienda de juguetes, por el padre de George - que hablando de todo un poco, hace unas donaciones tremendas al Colegio-, y por un colega inglés remilgado que siempre se pone de parte de George. Así que tiene claro que tarde o temprano tendrá que darle la razón al caprichoso melón. Ahmadineyad también lo sabe, pero le da igual, porque mientras tenga el dinero de su abuela y petróleo para cambiar en el recreo, el resto se la suda. Por ahora a George Junior no le queda otra que hacer planes de ataque al patio. El pobre no se acuerda de que, en breve, lo van a mandar a mudar de la casa en la que vive los mismos que pasan hambre y frío en su propio jardín.

Por muchos planes de ataque que haga George Junior, esos mismo que le van a dar la patada en el culo no están dispuestos a ir a la batalla con él, así que no le ha quedado otra que intentar la vía "diplomacia de patio". Para ello ha enviado a su ama de llaves, de paso se hizo otra foto, que le ha propuesto al cabezón de Teherán integrarse en la banda del pueblo (Organización Mundial del Comercio), darle juguetes nucleares light (Reactores de agua ligera), un acuerdo comercial con la tía vieja de George, la Unión Europea, que tiene un montón de niños pequeños y gritones (muchos, pequeños y cabreados), y dos huevos duros. Pero después de unas cuantos regateos propios del Príncipe de Persia en medio del Gran Bazar, el cabezón dijo que nones. Y a George el tiempo se le acaba.

La solución a todo esto, y mucho más, en un próximo capítulo de Iranian Soap.

Suena de fondo "Soap", de Eminem.

Buenas noches, y buena suerte...

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