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La irritada reacción de Warren ante la pregunta revela la rígida ortodoxia del Partido Demócrata sobre la condición de “primeros de la nación”, tanto del caucus de Iowa como de las primarias presidenciales de Nuevo Hampshire

La senadora Warren no lo admite, pero el proceso de nominación presidencial en Estados Unidos es racista

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Mientras Estados Unidos se vuelve cada vez más diverso –y el Partido Demócrata aún más–, el proceso de nominación presidencial sigue dependiendo fuertemente de dos de los estados más blancos de la nación, Iowa y Nuevo Hampshire. Cuando la semana pasada en un foro de candidatos presidenciales del que “Democracy Now!” fue coanfitrión en Carolina del Sur le preguntamos sobre esta disparidad racial a la candidata demócrata Elizabeth Warren, ella se molestó y respondió: “Soy solo una participante del juego”. Warren y los demás candidatos demócratas deben responder por qué el proceso de las primarias privilegia a estos dos pequeños estados rurales, envejecidos y casi completamente blancos, y deben explicar cómo es que este supuesto “juego”, que elimina a varios candidatos en una etapa tan inicial del proceso, no es otra cosa que un claro ejemplo de racismo sistémico.

El foro se llevó a cabo en la Universidad Estatal de Carolina del Sur, una universidad históricamente negra, en Orangeburg, Carolina del Sur. Aquí está el diálogo con la senadora en su totalidad:

Amy Goodman*: “Senadora Warren, solo quedan 30 segundos. Pero hablando de injusticia racial, ¿cree que, en las elecciones primarias, el orden de los estados debería cambiar? Tenemos a Iowa y Nuevo Hampshire…”.

Elizabeth Warren: “Un momento. Antes de que termine, ¿realmente me va a pedir que me siente aquí y me ponga a criticar a Iowa y Nuevo Hampshire?”

Goodman: “No, le estoy preguntando sobre el orden”.

Warren: “No, de eso se trata el tema de Iowa y Nuevo Hampshire”.

Goodman: “Solo déjeme preguntarle. Son dos de los estados más blancos del país, y luego pasamos a Carolina del Sur, que tiene una importante población de personas de color. Eso significa que los candidatos pasan gran parte de su tiempo atendiendo las necesidades de esos dos primeros estados. En general, ¿cree que eso debería cambiar?”

Warren: “Mire, en esto soy solo una participante del juego. Y estoy encantada de estar en Carolina del Sur. Gracias”.

La irritada reacción de Warren ante la pregunta revela la rígida ortodoxia del Partido Demócrata sobre la condición de “primeros de la nación”, tanto del caucus de Iowa como de las primarias presidenciales de Nuevo Hampshire.

En 1972, los demócratas de Iowa adelantaron el plazo para realizar el caucus al 24 de enero, para darse más tiempo para procesar los resultados de todos los distritos electorales (que actualmente ascienden a 1.678). Esa fecha temprana hizo que las asambleas electorales de Iowa fueran el primer indicador del país del apoyo con que cuenta cada candidato y, por lo tanto, atraen mayor atención por parte de los medios.

Presintiendo que estaban ante una oportunidad, los demócratas y los republicanos de Iowa acordaron que siempre iban a realizar las asambleas electorales de forma temprana, en el mismo día, para maximizar la cobertura de la prensa nacional. Más adelante, Nuevo Hampshire logró consolidar su dominio como el primer estado en llevar a cabo una elección primaria, inmediatamente después de los caucus de Iowa. Así está la situación desde la década de 1970, pero no tiene por qué mantenerse así.

MSNBC le mostró nuestro intercambio con Warren al candidato presidencial demócrata Julian Castro, quien respondió: “Realmente creo que necesitamos cambiar el orden de los estados [en las primarias], porque no creo que seamos el mismo país que éramos en 1972. Fue ese año cuando Iowa por primera vez celebró su caucus primero, y para cuando tengamos nuestras próximas elecciones presidenciales en 2024 habrán pasado 50 años desde 1972. Nuestro país ha cambiado mucho en estos 50 años, el Partido Demócrata ha cambiado mucho. Lo que realmente aprecio de los habitantes de Iowa y Nuevo Hampshire es que se toman este proceso muy en serio. Analizan a los candidatos. Asisten a los ayuntamientos. Le dan a la gente una buena escucha al mismo tiempo, [aunque] demográficamente no sea un reflejo de Estados Unidos en su conjunto y definitivamente tampoco del Partido Demócrata. Y creo que otros estados deberían tener su oportunidad. Entonces sí, por supuesto, debemos hallar otros estados. Eso no significa que Iowa y Nuevo Hampshire no puedan seguir teniendo un papel importante, pero no creo que debamos casarnos para siempre con Iowa y Nuevo Hampshire a la cabeza”.

Ya hay cuatro estados en los que las minorías son mayoría: California, Hawái, Nuevo México y Texas, y está además el Distrito de Columbia. La celebración de asambleas electorales o votaciones primarias en estos estados primero probablemente tendría un efecto drástico en el resultado final.

Actualmente, la duración de las actividades de campaña en torno a Iowa y Nuevo Hampshire es muy larga y, en algunos casos, los candidatos pasan más de un año yendo de un estado al otro. Imagínense si pasaran todo ese tiempo en estados más diversos, como Carolina del Sur.

Hay que reconocerle a Elizabeth Warren que viajó a Orangeburg para participar en este primer foro de candidatos presidenciales sobre justicia ambiental. El foro fue comoderado por Mustafa Santiago Ali, ex funcionario de la Agencia de Protección Ambiental que actualmente se desempeña en la Federación Nacional de Vida Silvestre. En el momento cúlmine del foro, Mustafa definió la injusticia ambiental: “La injusticia ambiental es el impacto desproporcionado que sigue ocurriendo en nuestras comunidades. Las cosas que nadie quiere son depositadas en las comunidades de color, comunidades de bajos ingresos y tierras indígenas. Estas se convierten en zonas de sacrificio: zonas de sacrificio para centrales eléctricas de carbón, para operaciones certificadas de comederos de animales confinados, para plantas de tratamiento de residuos y viviendas no saludables, donde hallamos plomo, más tantos otros impactos que se están observando. Entonces, en esencia, las injusticias ambientales que siguen ocurriendo les están sucediendo a las personas de color y a las comunidades de bajos ingresos”.

Los intereses de los primeros estados en el proceso de nominación presidencial impactan de manera desproporcionada en la agenda de toda la campaña política. La democracia implica representación. El sistema de las primarias presidenciales necesita una reforma ahora.

La senadora Warren no lo admite, pero el proceso de nominación presidencial en Estados Unidos es racista

La irritada reacción de Warren ante la pregunta revela la rígida ortodoxia del Partido Demócrata sobre la condición de “primeros de la nación”, tanto del caucus de Iowa como de las primarias presidenciales de Nuevo Hampshire
Amy Goodman
domingo, 6 de septiembre de 2020, 21:11 h (CET)

Mientras Estados Unidos se vuelve cada vez más diverso –y el Partido Demócrata aún más–, el proceso de nominación presidencial sigue dependiendo fuertemente de dos de los estados más blancos de la nación, Iowa y Nuevo Hampshire. Cuando la semana pasada en un foro de candidatos presidenciales del que “Democracy Now!” fue coanfitrión en Carolina del Sur le preguntamos sobre esta disparidad racial a la candidata demócrata Elizabeth Warren, ella se molestó y respondió: “Soy solo una participante del juego”. Warren y los demás candidatos demócratas deben responder por qué el proceso de las primarias privilegia a estos dos pequeños estados rurales, envejecidos y casi completamente blancos, y deben explicar cómo es que este supuesto “juego”, que elimina a varios candidatos en una etapa tan inicial del proceso, no es otra cosa que un claro ejemplo de racismo sistémico.

El foro se llevó a cabo en la Universidad Estatal de Carolina del Sur, una universidad históricamente negra, en Orangeburg, Carolina del Sur. Aquí está el diálogo con la senadora en su totalidad:

Amy Goodman*: “Senadora Warren, solo quedan 30 segundos. Pero hablando de injusticia racial, ¿cree que, en las elecciones primarias, el orden de los estados debería cambiar? Tenemos a Iowa y Nuevo Hampshire…”.

Elizabeth Warren: “Un momento. Antes de que termine, ¿realmente me va a pedir que me siente aquí y me ponga a criticar a Iowa y Nuevo Hampshire?”

Goodman: “No, le estoy preguntando sobre el orden”.

Warren: “No, de eso se trata el tema de Iowa y Nuevo Hampshire”.

Goodman: “Solo déjeme preguntarle. Son dos de los estados más blancos del país, y luego pasamos a Carolina del Sur, que tiene una importante población de personas de color. Eso significa que los candidatos pasan gran parte de su tiempo atendiendo las necesidades de esos dos primeros estados. En general, ¿cree que eso debería cambiar?”

Warren: “Mire, en esto soy solo una participante del juego. Y estoy encantada de estar en Carolina del Sur. Gracias”.

La irritada reacción de Warren ante la pregunta revela la rígida ortodoxia del Partido Demócrata sobre la condición de “primeros de la nación”, tanto del caucus de Iowa como de las primarias presidenciales de Nuevo Hampshire.

En 1972, los demócratas de Iowa adelantaron el plazo para realizar el caucus al 24 de enero, para darse más tiempo para procesar los resultados de todos los distritos electorales (que actualmente ascienden a 1.678). Esa fecha temprana hizo que las asambleas electorales de Iowa fueran el primer indicador del país del apoyo con que cuenta cada candidato y, por lo tanto, atraen mayor atención por parte de los medios.

Presintiendo que estaban ante una oportunidad, los demócratas y los republicanos de Iowa acordaron que siempre iban a realizar las asambleas electorales de forma temprana, en el mismo día, para maximizar la cobertura de la prensa nacional. Más adelante, Nuevo Hampshire logró consolidar su dominio como el primer estado en llevar a cabo una elección primaria, inmediatamente después de los caucus de Iowa. Así está la situación desde la década de 1970, pero no tiene por qué mantenerse así.

MSNBC le mostró nuestro intercambio con Warren al candidato presidencial demócrata Julian Castro, quien respondió: “Realmente creo que necesitamos cambiar el orden de los estados [en las primarias], porque no creo que seamos el mismo país que éramos en 1972. Fue ese año cuando Iowa por primera vez celebró su caucus primero, y para cuando tengamos nuestras próximas elecciones presidenciales en 2024 habrán pasado 50 años desde 1972. Nuestro país ha cambiado mucho en estos 50 años, el Partido Demócrata ha cambiado mucho. Lo que realmente aprecio de los habitantes de Iowa y Nuevo Hampshire es que se toman este proceso muy en serio. Analizan a los candidatos. Asisten a los ayuntamientos. Le dan a la gente una buena escucha al mismo tiempo, [aunque] demográficamente no sea un reflejo de Estados Unidos en su conjunto y definitivamente tampoco del Partido Demócrata. Y creo que otros estados deberían tener su oportunidad. Entonces sí, por supuesto, debemos hallar otros estados. Eso no significa que Iowa y Nuevo Hampshire no puedan seguir teniendo un papel importante, pero no creo que debamos casarnos para siempre con Iowa y Nuevo Hampshire a la cabeza”.

Ya hay cuatro estados en los que las minorías son mayoría: California, Hawái, Nuevo México y Texas, y está además el Distrito de Columbia. La celebración de asambleas electorales o votaciones primarias en estos estados primero probablemente tendría un efecto drástico en el resultado final.

Actualmente, la duración de las actividades de campaña en torno a Iowa y Nuevo Hampshire es muy larga y, en algunos casos, los candidatos pasan más de un año yendo de un estado al otro. Imagínense si pasaran todo ese tiempo en estados más diversos, como Carolina del Sur.

Hay que reconocerle a Elizabeth Warren que viajó a Orangeburg para participar en este primer foro de candidatos presidenciales sobre justicia ambiental. El foro fue comoderado por Mustafa Santiago Ali, ex funcionario de la Agencia de Protección Ambiental que actualmente se desempeña en la Federación Nacional de Vida Silvestre. En el momento cúlmine del foro, Mustafa definió la injusticia ambiental: “La injusticia ambiental es el impacto desproporcionado que sigue ocurriendo en nuestras comunidades. Las cosas que nadie quiere son depositadas en las comunidades de color, comunidades de bajos ingresos y tierras indígenas. Estas se convierten en zonas de sacrificio: zonas de sacrificio para centrales eléctricas de carbón, para operaciones certificadas de comederos de animales confinados, para plantas de tratamiento de residuos y viviendas no saludables, donde hallamos plomo, más tantos otros impactos que se están observando. Entonces, en esencia, las injusticias ambientales que siguen ocurriendo les están sucediendo a las personas de color y a las comunidades de bajos ingresos”.

Los intereses de los primeros estados en el proceso de nominación presidencial impactan de manera desproporcionada en la agenda de toda la campaña política. La democracia implica representación. El sistema de las primarias presidenciales necesita una reforma ahora.

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