La organización ambientalista Greenpeace ha ofrecido este miércoles
sus disculpas "sin reserva alguna" al pueblo de Perú por una protesta de
sus activistas en una zona protegida en las históricas líneas de Nazca,
que ha generado el rechazo del Gobierno de Lima.
Los activistas de Greenpeace ingresaron el lunes al desierto de Nasca y
desplegaron letras de tela de gran tamaño con un mensaje de protesta
por el cambio climático, con el objetivo de llamar la atención de los
líderes mundiales que se reúnen esta semana en Lima para discutir
medidas ante el calentamiento global.
El Gobierno peruano presentó el martes una denuncia ante un fiscal local contra
Greenpeace y solicitó que se impida la salida del país a los responsables del acto, que
podrían hacer frente a cargos por el delito contra el patrimonio cultural y penas de hasta
ocho años de prisión, según las autoridades locales.
"Lo lamentamos profundamente y somos plenamente conscientes de que nuestro mensaje no ha sido percibido como esperábamos", ha señalado en un comunicado de la
ONG.
"En lugar de transmitir un mensaje a los líderes reunidos en la Cumbre del Clima de
Naciones Unidas que se lleva a cabo en Lima, nuestro mensaje ha tenido un efecto muy
distinto, siendo concebido como irrespetuoso y poco empático", ha apostillado.
Las líneas de Nasca, una zona protegida y a la que se prohíbe el ingreso, están
compuestas por cientos de jeroglíficos de animales que datan de hace más de 1.500 años
y que sólo pueden ser apreciados en todo su esplendor desde el aire.
La fiscal encargada del caso dijo que serían 12 personas las que ingresaron a la zona
protegida en la madrugada del lunes para poner su mensaje cerca a unas de las famosas
y emblemáticas figuras de Nasca, el Colibrí.
El área afectada es de 1.600 metros cuadrados y según una inspección "se detectaron
daños irreparables" en la zona lateral de la figura del Colibrí, tal y como ha añadido la
Fiscalía en un comunicado.
GREENPEACE DEFIENDE UNA INVESTIGACIÓN INDEPENDIENTE
"Damos la bienvenida a una investigación independiente de las consecuencias de
nuestra actividad. Una investigación en la que, por supuesto, vamos a cooperar", ha
añadido Greenpeace.
La incursión de Greenpeace generó críticas en Perú ante el temor de que hubiese
producido daños en las líneas, pero la ONG respondió por Facebook en ese mismo
momento que no se dañaron los trazos pues colocó paños amarillos en el suelo lejos de
las figuras.
"Tiempo de cambio: El futuro es renovable", decía el mensaje de la organización, que fue
difundido a nivel global. Greenpeace dijo que dejará de usar esas imágenes "de forma
inmediata".
Las líneas de Nasca, declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 1994, están
ubicadas a unos 450 kilómetros al sur de Lima.