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Música
Etiquetas | Entrevista | Rafael | Ramón Arcusa
"Al principio no nos conocían, pero es natural que a medida que nuestra popularidad aumentaba, tuviéramos lo que podríamos llamar ‘más oportunidades’"

Ramón Arcusa: "Julio ha sabido poner emoción en cada palabra, así como Sinatra era un maestro del swing"

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Fotos cedidas por la editorial Martínez Roca.

Ramón Arcusa, el 50% del Dúo Dinámico, por unos meses ha dejado de ser cantante y productor para escribir un libro sorprendente llamado “Soy un truhán, soy un señor (o casi)”, un libro editado por Martínez Roca y que ya se encuentra en las librerías, y también se puede adquirir por Internet.

Nuestro protagonista, aún medio confinado en su casa de Miami, explica por qué se ha lanzado a esta nueva tarea.

Escribir un libro no es lo mismo que hacer una canción, eso está claro, pero Ramón lo ha hecho y le está saliendo muy bien.

En las 250 páginas, un poco más, quizá, habla de su vida, poco conocida a pesar de la popularidad del Dúo, de sus inicios, de cómo era aquella Barcelona gris en la que vivía, lo suficientemente cerca de la Sagrada Familia como para gozarla todos los días.

Es un libro ameno, una parte de su vida en la que caben muchas anécdotas vividas con muchas personas, tres en especial, su mujer, Shura, con la que se casó en 1970 y siguen hasta hoy, casi un milagro en estos días, Manolo, el otro 50% del Dúo y Julio Iglesias con quién mantiene una buena relación de amistad después de haber trabajado con el cantante español más internacional a lo largo de casi veinte años.

A través de “Soy un truhán, soy un señor, (o casi)”, hemos conocidos secretos del Dúo, del mundo de la canción en general, y muchos de Julio Iglesias, aquellas pequeñas o grandes historias que rodean a Julio y que Ramón ha vivido en primera instancia.

Un libro que se lee rápido, es divertido, ameno que explica historias serias sin dramatizar, es lo que más se agradece al autor, esa facilidad de contar cosas sin ser pedante.

Lean el libro, lo van a pasar muy bien y conocerán esas cosas que, a veces, los periodistas no hemos llegado a conocer, o si las conocimos las callamos para que fueran los propios protagonistas quienes las hicieran públicas cuando consideraran conveniente. Algunas de estas cosas nos las cuenta el autor del libro en una amena charla.

En este libro acabado de publicar sorprende encontrar tantas vivencias suyas, del D.D. y de Julio Iglesias, desconocidas por el gran público a pesar de ser todos ustedes famosos y conocidos por su trabajo. ¿Cómo se explica que no se sepan hechos tan cotidianos?

Porque muchos de ellos no eran importantes cuando sucedieron. El tiempo los magnifica y les da otra dimensión. O simplemente pasaron desapercibidos

¿Cuánto tiene usted de truhán y de señor?

Digamos que un 50% de cada adjetivo: nadie es perfecto.

El libro podría haberse titulado “Quisiera ser”, también una canción suya de éxito, ¿por qué prefirió hacerlo con una canción que popularizo Julio Iglesias?

“Quisiera ser” como autor es menos canción mía que “Soy un truhan”, que sí lo soy de letra y música. “Quisiera ser” es un bello título, pero difuso en una esperanza. Lo de ‘Soy tal, soy cual’, es más directo, más firme. También confieso que mi intención era provocar. Provocar interés, cosa que parece que estoy consiguiendo.

Narra la vida dura que vivió en la postguerra española, lo recuerda sin nostalgia, ni agravio, ¿su vida giró 180 grados para dejar lejos la época gris?

El pasado existe, y ahí se quedó y es irrepetible. Uno siente más nostalgia de su juventud por ser joven, que de cómo la vivió. La vida es un tren al que te has de subir y que te lleve a donde tú quieres. Si la estación final se llama Satisfacción por lo realizado, merece la pena el viaje y sus posibles esfuerzos y carencias.

¿Cuándo se dio cuenta que sus canciones podrían convertirse en su “modus vivendi”?, ¿hay algún momento en el que dice ahí vamos, ya podemos vivir del mundo de la canción?

Pues lo vimos claro casi nada más empezar nuestras actuaciones. Teníamos una respuesta clara en forma de aplausos y emociones de que lo que hacíamos gustaba y eso nos daba más confianza cada vez. Puede ser que a los tres o cuatro meses de nuestro debut lo tuviéramos ya claro e hiciéramos planes para cambiar nuestra vida. Los que no lo tenían claro eran nuestras familias ni muchos de nuestros compañeros de entonces. Alguno nos tomaría por locos.

La central del D.D., era en su casa de Barcelona, ustedes son el primer grupo español que tiene fans, ¿qué relación tuvieron, en sus inicios con ellas?

Pues muy bueno. Siempre las tratamos con mucho respeto y cariño, nos dimos cuenta que eran imprescindibles en nuestra nueva profesión. Mi casa en la calle Rosellón era el domicilio oficial del Dúo, y mi madre tenía que atender, cuando nosotros estábamos de gira, a todas las chicas que se acercaban para tratar de vernos o de estar cerca de algo nuestro. Mi escalera se llenaba de teenagers y seguro que mis vecinos de entonces me odiarían por las molestias que ocasionaban.

Ustedes eran jóvenes y sus fans más, ¿hubo alguna relación más profunda con alguna de ellas?

Nunca que yo recuerde. Tenga en cuenta que eran muy jóvenes, tendrían 12, 13, o 14 años y ni se nos ocurría. Eso sí, las tratábamos muy bien, complacientes, y las seguimos tratando igual de bien ahora que todos hemos crecido.


A usted, le llamaban el alto y guapo, a Manolo, el bajo y simpático, ¿quién de los dos ligaba más?

Manolo era –y es– el más extrovertido de los dos, y además me llevaba una ventaja en lo de ligar como de unos cuatro o cinco años porque había corrido mundo por Europa ya que jugaba en el equipo de wáter polo del Club de Natación Barcelona. Era mucho más viajado que yo y más hábil en el tema. Tampoco me puedo quejar, oiga.

Triunfan en los años 60 y sus fans, en esos momentos, gozaban de poca libertad en general, y sexual en particular, ¿cómo lo hacían para ligar?

Usted quiere que me pille el toro… Como muchos jóvenes, íbamos a lugares donde había chicas: guateques, alguna fiesta particular, alguna sala de baile, alguna boîte, tipo Bikini en Barcelona… Y salíamos con chicas como lo hacían los demás, ni más ni menos.

Imagino que no tendrían el mismo problema para ligar que cualquier chico desconocido de su generación, ¿es así?

Al principio no nos conocían, pero es natural que a medida que nuestra popularidad aumentaba, tuviéramos lo que podríamos llamar ‘más oportunidades’. Además, aprendimos que siempre son las chicas las que eligen al chico con quien salir y no al revés.

¿Usted cree que ahora cualquier grupo musical iría de gira con una “vespa”?, las redes lo han cambiado todo, ¿para bien o para mal?

Sí que utilizamos la “vespa” de Manolo en los primeros tiempos, y especialmente para los viajes Barcelona-Zaragoza durante la mili. Pero en cuanto se trató de salir de gira, lo primero que hicimos fue comprarnos dos coches de segunda mano para nosotros y para un trío de músicos, sus instrumentos y mi guitarra. Hicimos lo que se llama muuuuucha carretera, antes de que los roqueros de chupa de cuero presumieran de ello.

Sorprende la relación familiar que tiene con Manolo, explica que nunca van a cenar juntos si no están trabajando y tampoco viajan juntos cuando van a actuar, ¿este trato es una manera de conservar una relación larga?

No lo sé, pero así lo hacemos desde siempre. Solo viajamos en un mismo coche en casos muy concretos. Somos agua y aceite, y también somos como hermanos. Hemos salido tantas veces juntos profesionalmente, que quizá hemos agotado hasta las veces. Y también hemos mantenido una cierta competencia artística que ha sacado lo mejor de nosotros.

En el libro cuenta sus vivencias el 50% del D.D., ¿Manolo escribirá las suyas o bien se las escribirá usted?

Me dijo hace tiempo que estaba en ello, no sé si sigue. Por si acaso, me he adelantado, ja ja.

Cuando se despiden de los escenarios, en su primera etapa como Dúo, lo hacen en el programa de Iñigo en TVE, “Estudio Abierto”, ¿era el programa más apropiado en esos momentos?

Entonces ‘Estudio Abierto’ era el programa estrella en TVE, lo hacía José María Íñigo, al que conocíamos desde cuando empezaba en radio Bilbao. Fue el primer talk show de éxito popular, y pensamos que era la mejor manera de decir adiós a nuestra carrera.

Escribe fluidamente temas muy serios, con mucha naturalidad, ¿fue fácil para usted escribir este libro o le es más cómodo escribir una canción?

Creo que tienen mucho en común. ¿Temas serios? Trato siempre de explicar las cosas con claridad (como en las canciones), y al mismo tiempo arrancar una sonrisa al lector... He escrito este libro tal como pienso, y mezclo ideas simples que puedan atrapar. Si no sorprendes en las primeras páginas de un libro o en los primeros compases de una canción estás perdido; dedícate a otra cosa.

El D.D., es único, no hay otro dúo como ustedes en España, y menos todavía que esté actuando durante tantos años, llevan más de 60 años en el escenario, ¿se les ha reconocido su valía, dígalo de verdad, en todos los estamentos?

Mire: somos ante todo pragmáticos. Hemos hecho las cosas lo mejor posible, y si no han funcionado, jamás le hemos echado la culpa a nadie de nada más que a nosotros mismos. ¿Que hemos sido ignorados alguna vez? ¿Y quién no? En el libro comento que parece mentira que Kiss FM no haya programado jamás “Resistiré” cuando pensamos que lo merecía, y no solo ahora. Hemos ido siempre a nuestro aire, y no nos podemos quejar: hemos hecho lo que nos gustaba y hemos podido vivir razonablemente de ello. No pedimos la luna.

Si fueran franceses serían invitados constantemente al Elíseo y a un montón de actos culturales.

Nosotros estamos muy orgullosos de estar al lado y en el corazón de las gentes, que son las que nos importan. Los políticos que manejan lo que se llama ‘cultura’ miran con otros ojos o con otros intereses. Si cuentan con nosotros, bien. Y si no, también. Ahora bien, un Príncipe de Asturias ¿quién lo rechazaría?.

¿Julio ha leído su libro?, ¿sabe qué ha escrito sobre él?, ¿qué le ha comentado?, le gustaría escribir la biografía del cantante español más famoso en el mundo?

No lo sabía, pero el otro día se lo dije y luego leyó una entrevista al respecto. No ha leído el libro aún, obviamente. Esperaré a que lo compre, ja ja. Le mentí diciendo que lo había puesto a parir (así de fino) pero no se lo creyó. Me conoce. Pues es una idea lo de la biografía de Julio, porque no se ha escrito una biografía suya desde aquella que escribió con él Tico Medina. Sería una colaboración interesante. No se puede escribir una biografía de alguien al que no has conocido en persona, como un tocho publicado recientemente de 400 páginas.

Me ha gustado mucho que haya escrito sobre Julio, sobre su forma de vida, de su trabajo y no sólo de sus mujeres, aunque usted ha vivido muchas más horas y días con Julio que muchas de sus novias, podría haber explicado más intimidades de ellas y Julio, ¿por qué no lo ha hecho?

Pues porque para eso ya está Sálvame y similares, y porque tampoco era mi intención ni mi estilo. Dejo caer algo muy sutil, pero ya su vida en ese sentido está más que aireada y no iba añadir más de lo que ya se sabe.

Es sorprendente cuando explica que a Julio se le quemaron en el porche de su casa dos Rolls Royce al mismo tiempo y que se compró un Testarrosa para ir de casa a la tienda de al lado, ¿lo cuenta para que se vea cómo brilla la estrella de Julio o la manera de enfrentarse Julio a la vida?

Lo de los dos Rolls Royce calcinados es historia, sucedió como lo cuento. Entonces tenía sentido marcar diferencias con un Rolls. Hoy resultaría, aparte de poco práctico, hasta hortera. El Testarrosa era divino, y hacía juego con la casa. Nada que objetar.

Otra de las anécdotas que cuenta de Julio habla de cómo Julio pide que quiten las algas de la playa de su casa en Bahamas. 

Es su innato sentido de la estética, que supera a veces al de la razón, el que le hace perseguir genialidades imposibles, lo que le ha llevado a veces a hacer pequeñas locuras como pretender limpiar una playa de algas, cosa prácticamente imposible. Pero lo intenta, y no se da por vencido. También obtiene, por ese medio, sus recompensas. El que sigue, la consigue.

Impacta el relato que hace del viaje que hizo con Julio a Las Vegas para encontrarse con Frank Sinatra en el Golden Nugget, donde actuaba el cantante americano, cuenta que usted había escrito una canción, “What’s a Guy to Do”, para que la cantaran los dos cantantes, y en el camerino Sinatra se la hizo cantar a usted después de haberla escuchado en un casette de 300 dólares, ¿esta ha sido una de las más inolvidables actuaciones suyas?, ¿cómo era Sinatra?, ¿tiene algún punto en común con Julio, más allá de ser los dos cantantes?

Sinatra y Julio tenían mucho en común, a pesar de practicar dos estilos diferentes. Pocos como ellos han sabido planear con sus voces sobre la música y nadie como Julio ha sabido poner emoción en cada palabra, así como Sinatra era maestro en el swing. La idea de mi canción era buena, y estuvimos a un tris de poder conseguirla. No siempre ganamos en nuestras apuestas.

Debió ser duro cuando tuvieron que demostrar ante la Corte Suprema de Nueva York que “Hey” no era una copia, dice usted que el ambiente era como lo vemos en las películas, ¿tan poderosos son?

Exactamente, intimidatorios son como aparecen los juicios en las películas americanas. Pudimos demostrar que “Hey” no era copia de otra canción. Y fuimos felices.

Hemos descubierto un nuevo escritor y nos veremos obligados a olvidar a un compositor de canciones, o ¿podrá usted con ambos trabajos?

¡Que va…! Esto es un hobby, al que me ‘obligó’ Arcadi Espada después de escribir unos artículos para un periódico suyo. Cúlpenle a él y a nadie más si esto sale mal.

¿Está ya escribiendo su próximo libro?, si es así, ¿qué tema va a tratar?

Va usted muy deprisa. Pero si escribo algo nuevo va a sorprender aún más que éste, que espero estén ya leyendo.

Ramón Arcusa: "Julio ha sabido poner emoción en cada palabra, así como Sinatra era un maestro del swing"

"Al principio no nos conocían, pero es natural que a medida que nuestra popularidad aumentaba, tuviéramos lo que podríamos llamar ‘más oportunidades’"
Teresa Berengueras
miércoles, 3 de junio de 2020, 09:03 h (CET)

Fotos cedidas por la editorial Martínez Roca.

Ramón Arcusa, el 50% del Dúo Dinámico, por unos meses ha dejado de ser cantante y productor para escribir un libro sorprendente llamado “Soy un truhán, soy un señor (o casi)”, un libro editado por Martínez Roca y que ya se encuentra en las librerías, y también se puede adquirir por Internet.

Nuestro protagonista, aún medio confinado en su casa de Miami, explica por qué se ha lanzado a esta nueva tarea.

Escribir un libro no es lo mismo que hacer una canción, eso está claro, pero Ramón lo ha hecho y le está saliendo muy bien.

En las 250 páginas, un poco más, quizá, habla de su vida, poco conocida a pesar de la popularidad del Dúo, de sus inicios, de cómo era aquella Barcelona gris en la que vivía, lo suficientemente cerca de la Sagrada Familia como para gozarla todos los días.

Es un libro ameno, una parte de su vida en la que caben muchas anécdotas vividas con muchas personas, tres en especial, su mujer, Shura, con la que se casó en 1970 y siguen hasta hoy, casi un milagro en estos días, Manolo, el otro 50% del Dúo y Julio Iglesias con quién mantiene una buena relación de amistad después de haber trabajado con el cantante español más internacional a lo largo de casi veinte años.

A través de “Soy un truhán, soy un señor, (o casi)”, hemos conocidos secretos del Dúo, del mundo de la canción en general, y muchos de Julio Iglesias, aquellas pequeñas o grandes historias que rodean a Julio y que Ramón ha vivido en primera instancia.

Un libro que se lee rápido, es divertido, ameno que explica historias serias sin dramatizar, es lo que más se agradece al autor, esa facilidad de contar cosas sin ser pedante.

Lean el libro, lo van a pasar muy bien y conocerán esas cosas que, a veces, los periodistas no hemos llegado a conocer, o si las conocimos las callamos para que fueran los propios protagonistas quienes las hicieran públicas cuando consideraran conveniente. Algunas de estas cosas nos las cuenta el autor del libro en una amena charla.

En este libro acabado de publicar sorprende encontrar tantas vivencias suyas, del D.D. y de Julio Iglesias, desconocidas por el gran público a pesar de ser todos ustedes famosos y conocidos por su trabajo. ¿Cómo se explica que no se sepan hechos tan cotidianos?

Porque muchos de ellos no eran importantes cuando sucedieron. El tiempo los magnifica y les da otra dimensión. O simplemente pasaron desapercibidos

¿Cuánto tiene usted de truhán y de señor?

Digamos que un 50% de cada adjetivo: nadie es perfecto.

El libro podría haberse titulado “Quisiera ser”, también una canción suya de éxito, ¿por qué prefirió hacerlo con una canción que popularizo Julio Iglesias?

“Quisiera ser” como autor es menos canción mía que “Soy un truhan”, que sí lo soy de letra y música. “Quisiera ser” es un bello título, pero difuso en una esperanza. Lo de ‘Soy tal, soy cual’, es más directo, más firme. También confieso que mi intención era provocar. Provocar interés, cosa que parece que estoy consiguiendo.

Narra la vida dura que vivió en la postguerra española, lo recuerda sin nostalgia, ni agravio, ¿su vida giró 180 grados para dejar lejos la época gris?

El pasado existe, y ahí se quedó y es irrepetible. Uno siente más nostalgia de su juventud por ser joven, que de cómo la vivió. La vida es un tren al que te has de subir y que te lleve a donde tú quieres. Si la estación final se llama Satisfacción por lo realizado, merece la pena el viaje y sus posibles esfuerzos y carencias.

¿Cuándo se dio cuenta que sus canciones podrían convertirse en su “modus vivendi”?, ¿hay algún momento en el que dice ahí vamos, ya podemos vivir del mundo de la canción?

Pues lo vimos claro casi nada más empezar nuestras actuaciones. Teníamos una respuesta clara en forma de aplausos y emociones de que lo que hacíamos gustaba y eso nos daba más confianza cada vez. Puede ser que a los tres o cuatro meses de nuestro debut lo tuviéramos ya claro e hiciéramos planes para cambiar nuestra vida. Los que no lo tenían claro eran nuestras familias ni muchos de nuestros compañeros de entonces. Alguno nos tomaría por locos.

La central del D.D., era en su casa de Barcelona, ustedes son el primer grupo español que tiene fans, ¿qué relación tuvieron, en sus inicios con ellas?

Pues muy bueno. Siempre las tratamos con mucho respeto y cariño, nos dimos cuenta que eran imprescindibles en nuestra nueva profesión. Mi casa en la calle Rosellón era el domicilio oficial del Dúo, y mi madre tenía que atender, cuando nosotros estábamos de gira, a todas las chicas que se acercaban para tratar de vernos o de estar cerca de algo nuestro. Mi escalera se llenaba de teenagers y seguro que mis vecinos de entonces me odiarían por las molestias que ocasionaban.

Ustedes eran jóvenes y sus fans más, ¿hubo alguna relación más profunda con alguna de ellas?

Nunca que yo recuerde. Tenga en cuenta que eran muy jóvenes, tendrían 12, 13, o 14 años y ni se nos ocurría. Eso sí, las tratábamos muy bien, complacientes, y las seguimos tratando igual de bien ahora que todos hemos crecido.


A usted, le llamaban el alto y guapo, a Manolo, el bajo y simpático, ¿quién de los dos ligaba más?

Manolo era –y es– el más extrovertido de los dos, y además me llevaba una ventaja en lo de ligar como de unos cuatro o cinco años porque había corrido mundo por Europa ya que jugaba en el equipo de wáter polo del Club de Natación Barcelona. Era mucho más viajado que yo y más hábil en el tema. Tampoco me puedo quejar, oiga.

Triunfan en los años 60 y sus fans, en esos momentos, gozaban de poca libertad en general, y sexual en particular, ¿cómo lo hacían para ligar?

Usted quiere que me pille el toro… Como muchos jóvenes, íbamos a lugares donde había chicas: guateques, alguna fiesta particular, alguna sala de baile, alguna boîte, tipo Bikini en Barcelona… Y salíamos con chicas como lo hacían los demás, ni más ni menos.

Imagino que no tendrían el mismo problema para ligar que cualquier chico desconocido de su generación, ¿es así?

Al principio no nos conocían, pero es natural que a medida que nuestra popularidad aumentaba, tuviéramos lo que podríamos llamar ‘más oportunidades’. Además, aprendimos que siempre son las chicas las que eligen al chico con quien salir y no al revés.

¿Usted cree que ahora cualquier grupo musical iría de gira con una “vespa”?, las redes lo han cambiado todo, ¿para bien o para mal?

Sí que utilizamos la “vespa” de Manolo en los primeros tiempos, y especialmente para los viajes Barcelona-Zaragoza durante la mili. Pero en cuanto se trató de salir de gira, lo primero que hicimos fue comprarnos dos coches de segunda mano para nosotros y para un trío de músicos, sus instrumentos y mi guitarra. Hicimos lo que se llama muuuuucha carretera, antes de que los roqueros de chupa de cuero presumieran de ello.

Sorprende la relación familiar que tiene con Manolo, explica que nunca van a cenar juntos si no están trabajando y tampoco viajan juntos cuando van a actuar, ¿este trato es una manera de conservar una relación larga?

No lo sé, pero así lo hacemos desde siempre. Solo viajamos en un mismo coche en casos muy concretos. Somos agua y aceite, y también somos como hermanos. Hemos salido tantas veces juntos profesionalmente, que quizá hemos agotado hasta las veces. Y también hemos mantenido una cierta competencia artística que ha sacado lo mejor de nosotros.

En el libro cuenta sus vivencias el 50% del D.D., ¿Manolo escribirá las suyas o bien se las escribirá usted?

Me dijo hace tiempo que estaba en ello, no sé si sigue. Por si acaso, me he adelantado, ja ja.

Cuando se despiden de los escenarios, en su primera etapa como Dúo, lo hacen en el programa de Iñigo en TVE, “Estudio Abierto”, ¿era el programa más apropiado en esos momentos?

Entonces ‘Estudio Abierto’ era el programa estrella en TVE, lo hacía José María Íñigo, al que conocíamos desde cuando empezaba en radio Bilbao. Fue el primer talk show de éxito popular, y pensamos que era la mejor manera de decir adiós a nuestra carrera.

Escribe fluidamente temas muy serios, con mucha naturalidad, ¿fue fácil para usted escribir este libro o le es más cómodo escribir una canción?

Creo que tienen mucho en común. ¿Temas serios? Trato siempre de explicar las cosas con claridad (como en las canciones), y al mismo tiempo arrancar una sonrisa al lector... He escrito este libro tal como pienso, y mezclo ideas simples que puedan atrapar. Si no sorprendes en las primeras páginas de un libro o en los primeros compases de una canción estás perdido; dedícate a otra cosa.

El D.D., es único, no hay otro dúo como ustedes en España, y menos todavía que esté actuando durante tantos años, llevan más de 60 años en el escenario, ¿se les ha reconocido su valía, dígalo de verdad, en todos los estamentos?

Mire: somos ante todo pragmáticos. Hemos hecho las cosas lo mejor posible, y si no han funcionado, jamás le hemos echado la culpa a nadie de nada más que a nosotros mismos. ¿Que hemos sido ignorados alguna vez? ¿Y quién no? En el libro comento que parece mentira que Kiss FM no haya programado jamás “Resistiré” cuando pensamos que lo merecía, y no solo ahora. Hemos ido siempre a nuestro aire, y no nos podemos quejar: hemos hecho lo que nos gustaba y hemos podido vivir razonablemente de ello. No pedimos la luna.

Si fueran franceses serían invitados constantemente al Elíseo y a un montón de actos culturales.

Nosotros estamos muy orgullosos de estar al lado y en el corazón de las gentes, que son las que nos importan. Los políticos que manejan lo que se llama ‘cultura’ miran con otros ojos o con otros intereses. Si cuentan con nosotros, bien. Y si no, también. Ahora bien, un Príncipe de Asturias ¿quién lo rechazaría?.

¿Julio ha leído su libro?, ¿sabe qué ha escrito sobre él?, ¿qué le ha comentado?, le gustaría escribir la biografía del cantante español más famoso en el mundo?

No lo sabía, pero el otro día se lo dije y luego leyó una entrevista al respecto. No ha leído el libro aún, obviamente. Esperaré a que lo compre, ja ja. Le mentí diciendo que lo había puesto a parir (así de fino) pero no se lo creyó. Me conoce. Pues es una idea lo de la biografía de Julio, porque no se ha escrito una biografía suya desde aquella que escribió con él Tico Medina. Sería una colaboración interesante. No se puede escribir una biografía de alguien al que no has conocido en persona, como un tocho publicado recientemente de 400 páginas.

Me ha gustado mucho que haya escrito sobre Julio, sobre su forma de vida, de su trabajo y no sólo de sus mujeres, aunque usted ha vivido muchas más horas y días con Julio que muchas de sus novias, podría haber explicado más intimidades de ellas y Julio, ¿por qué no lo ha hecho?

Pues porque para eso ya está Sálvame y similares, y porque tampoco era mi intención ni mi estilo. Dejo caer algo muy sutil, pero ya su vida en ese sentido está más que aireada y no iba añadir más de lo que ya se sabe.

Es sorprendente cuando explica que a Julio se le quemaron en el porche de su casa dos Rolls Royce al mismo tiempo y que se compró un Testarrosa para ir de casa a la tienda de al lado, ¿lo cuenta para que se vea cómo brilla la estrella de Julio o la manera de enfrentarse Julio a la vida?

Lo de los dos Rolls Royce calcinados es historia, sucedió como lo cuento. Entonces tenía sentido marcar diferencias con un Rolls. Hoy resultaría, aparte de poco práctico, hasta hortera. El Testarrosa era divino, y hacía juego con la casa. Nada que objetar.

Otra de las anécdotas que cuenta de Julio habla de cómo Julio pide que quiten las algas de la playa de su casa en Bahamas. 

Es su innato sentido de la estética, que supera a veces al de la razón, el que le hace perseguir genialidades imposibles, lo que le ha llevado a veces a hacer pequeñas locuras como pretender limpiar una playa de algas, cosa prácticamente imposible. Pero lo intenta, y no se da por vencido. También obtiene, por ese medio, sus recompensas. El que sigue, la consigue.

Impacta el relato que hace del viaje que hizo con Julio a Las Vegas para encontrarse con Frank Sinatra en el Golden Nugget, donde actuaba el cantante americano, cuenta que usted había escrito una canción, “What’s a Guy to Do”, para que la cantaran los dos cantantes, y en el camerino Sinatra se la hizo cantar a usted después de haberla escuchado en un casette de 300 dólares, ¿esta ha sido una de las más inolvidables actuaciones suyas?, ¿cómo era Sinatra?, ¿tiene algún punto en común con Julio, más allá de ser los dos cantantes?

Sinatra y Julio tenían mucho en común, a pesar de practicar dos estilos diferentes. Pocos como ellos han sabido planear con sus voces sobre la música y nadie como Julio ha sabido poner emoción en cada palabra, así como Sinatra era maestro en el swing. La idea de mi canción era buena, y estuvimos a un tris de poder conseguirla. No siempre ganamos en nuestras apuestas.

Debió ser duro cuando tuvieron que demostrar ante la Corte Suprema de Nueva York que “Hey” no era una copia, dice usted que el ambiente era como lo vemos en las películas, ¿tan poderosos son?

Exactamente, intimidatorios son como aparecen los juicios en las películas americanas. Pudimos demostrar que “Hey” no era copia de otra canción. Y fuimos felices.

Hemos descubierto un nuevo escritor y nos veremos obligados a olvidar a un compositor de canciones, o ¿podrá usted con ambos trabajos?

¡Que va…! Esto es un hobby, al que me ‘obligó’ Arcadi Espada después de escribir unos artículos para un periódico suyo. Cúlpenle a él y a nadie más si esto sale mal.

¿Está ya escribiendo su próximo libro?, si es así, ¿qué tema va a tratar?

Va usted muy deprisa. Pero si escribo algo nuevo va a sorprender aún más que éste, que espero estén ya leyendo.

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