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La que se nos viene encima

​Usando la frase castiza “que Dios nos coja confesados” ante la que se nos avecina
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Son voces acordes sin ninguna disonancia, salvo la de los adláteres, en la segunda acepción que da el DIRAE a esta palabra, del Gobierno y partidarios incondicionales de Pedro Sánchez, las que nos alertan sobre la ruina económica que va a sobrevenir a España, cuando finalice, si es que se acaba, esta situación.

La gestión de Pedro Sánchez sobre esta pandemia que padecemos más desastrosa no ha podido ser. Aquel “dichoso” Rodríguez Zapatero, cuyo mandato considerábamos que más nefasto no podía ser, ha sido superado por la ineficacia, falta de interés e irresolución de este “bueno para nada” que preside nuestro Gobierno que solo tiene dos fijaciones: su insuperable narcisismo y su ansia de poder, aunque perjudique a todos los españoles.

Ya durante el mandato de Zapatero se elaboró un plan en el que se asentaban las bases para hacer frente a una pandemia, contener su contagio y la necesidad de contar con una reserva de material sanitario.

Estas directrices ya estaban marcadas desde 2005, es decir, hace quince años y se señalaba cómo había que proceder ante una pandemia.

Desde finales de enero, tras darse el primer caso en Wuhan, se percibió que podría producirse en España. Fue el momento oportuno en el que se debieron de poner en marcha las directrices indicadas en el mencionado proyecto.

Sin embargo, se hizo caso omiso de ellas y se produjo tal desconcierto y desorientación que nadie sabía lo que tenía que hacer, a  pesar de que, como he dicho, ya estaban indicadas las acciones que se tendrían que llevar a cabo ante un problema de tal envergadura.

De esta epidemia saldremos lo mismo que la Humanidad ha superado todas las precedentes, pero queda un escollo que va a ser muy difícil de superar: la situación económica en la que nos encontramos.

Pedro Sánchez, como es su costumbre toma decisiones sin consultar a quienes pueden ser afectados por ellas. Determinó el cierre total de todas las actividades económicas sin  que los empresarios, que son los que verdaderamente conocen cómo se debe de actuar, lo asesorasen antes de que tomase una determinación tan grave y que ha producido despidos sin cuento.

Se les llama ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), pero veremos a ver en qué queda eso de “temporal” ¿Podrán los pequeños empresarios y las pymes, después de haber estado tanto tiempo con los negocios cerrados, recuperarse y volver a admitir a sus trabajadores?

Entre el 89% y el 99,2% de nuestra actividad económica lo constituyen los autónomos y pequeños empresarios, de los cuales muchos han tenido que cerrar totalmente y darse de baja en su actividad por no contar con medios para superar este desastre.

Bares, restaurantes, hoteles, transportes, en fin, cualquier actividad comercial está sufriendo un retroceso nunca conocido hasta ahora.

Este Gobierno social-comunista va a abocar a nuestra España a la ruina económica por su manifiesta incompetencia y carencia de un  bien trazado plan para superar esta crisis.

Todo son improvisaciones, falta de previsión de estos irresolutos que, como un mal zapatero remendón, van poniendo parches a cada situación nueva que se presenta, cuando todo lo que tienen que hacer es encarar con decisión el desastre al que nos han hecho llegar.

 Sánchez, que tiene una fijación obsesiva por aparecer en televisión, bombardea a los españoles con sus largas peroratas en las que no dice nada sustancial y sí mucha verborrea que produce somnolencia a quien lo oye.

El Banco de España ya ha estimado que la caída del PIB durante este año oscilará entre el 9,5% y el 12,4% pudiendo darse como máximo un 13,6%. La tasa de paro la fija entre el 18,3 y el 21,7%, o sea, los mismos niveles que teníamos en 2013, lo que es igual a la pérdida de siete años de producción, cuya responsabilidad única recae en este nefasto Gobierno, por su falta de previsión y no haber sabido tomar las medidas oportunas para evitar la catástrofe.

La contracción de nuestra economía hay quien la equipara a la que se produjo tras la Guerra incivil.

Usando la frase castiza “que Dios nos coja confesados” ante la que se nos avecina.

La que se nos viene encima

Manuel Villegas
viernes, 22 de mayo de 2020, 11:02 h (CET)

Son voces acordes sin ninguna disonancia, salvo la de los adláteres, en la segunda acepción que da el DIRAE a esta palabra, del Gobierno y partidarios incondicionales de Pedro Sánchez, las que nos alertan sobre la ruina económica que va a sobrevenir a España, cuando finalice, si es que se acaba, esta situación.

La gestión de Pedro Sánchez sobre esta pandemia que padecemos más desastrosa no ha podido ser. Aquel “dichoso” Rodríguez Zapatero, cuyo mandato considerábamos que más nefasto no podía ser, ha sido superado por la ineficacia, falta de interés e irresolución de este “bueno para nada” que preside nuestro Gobierno que solo tiene dos fijaciones: su insuperable narcisismo y su ansia de poder, aunque perjudique a todos los españoles.

Ya durante el mandato de Zapatero se elaboró un plan en el que se asentaban las bases para hacer frente a una pandemia, contener su contagio y la necesidad de contar con una reserva de material sanitario.

Estas directrices ya estaban marcadas desde 2005, es decir, hace quince años y se señalaba cómo había que proceder ante una pandemia.

Desde finales de enero, tras darse el primer caso en Wuhan, se percibió que podría producirse en España. Fue el momento oportuno en el que se debieron de poner en marcha las directrices indicadas en el mencionado proyecto.

Sin embargo, se hizo caso omiso de ellas y se produjo tal desconcierto y desorientación que nadie sabía lo que tenía que hacer, a  pesar de que, como he dicho, ya estaban indicadas las acciones que se tendrían que llevar a cabo ante un problema de tal envergadura.

De esta epidemia saldremos lo mismo que la Humanidad ha superado todas las precedentes, pero queda un escollo que va a ser muy difícil de superar: la situación económica en la que nos encontramos.

Pedro Sánchez, como es su costumbre toma decisiones sin consultar a quienes pueden ser afectados por ellas. Determinó el cierre total de todas las actividades económicas sin  que los empresarios, que son los que verdaderamente conocen cómo se debe de actuar, lo asesorasen antes de que tomase una determinación tan grave y que ha producido despidos sin cuento.

Se les llama ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), pero veremos a ver en qué queda eso de “temporal” ¿Podrán los pequeños empresarios y las pymes, después de haber estado tanto tiempo con los negocios cerrados, recuperarse y volver a admitir a sus trabajadores?

Entre el 89% y el 99,2% de nuestra actividad económica lo constituyen los autónomos y pequeños empresarios, de los cuales muchos han tenido que cerrar totalmente y darse de baja en su actividad por no contar con medios para superar este desastre.

Bares, restaurantes, hoteles, transportes, en fin, cualquier actividad comercial está sufriendo un retroceso nunca conocido hasta ahora.

Este Gobierno social-comunista va a abocar a nuestra España a la ruina económica por su manifiesta incompetencia y carencia de un  bien trazado plan para superar esta crisis.

Todo son improvisaciones, falta de previsión de estos irresolutos que, como un mal zapatero remendón, van poniendo parches a cada situación nueva que se presenta, cuando todo lo que tienen que hacer es encarar con decisión el desastre al que nos han hecho llegar.

 Sánchez, que tiene una fijación obsesiva por aparecer en televisión, bombardea a los españoles con sus largas peroratas en las que no dice nada sustancial y sí mucha verborrea que produce somnolencia a quien lo oye.

El Banco de España ya ha estimado que la caída del PIB durante este año oscilará entre el 9,5% y el 12,4% pudiendo darse como máximo un 13,6%. La tasa de paro la fija entre el 18,3 y el 21,7%, o sea, los mismos niveles que teníamos en 2013, lo que es igual a la pérdida de siete años de producción, cuya responsabilidad única recae en este nefasto Gobierno, por su falta de previsión y no haber sabido tomar las medidas oportunas para evitar la catástrofe.

La contracción de nuestra economía hay quien la equipara a la que se produjo tras la Guerra incivil.

Usando la frase castiza “que Dios nos coja confesados” ante la que se nos avecina.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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