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El Valencia vuelve a ser líder de primera (no lo era desde la temporada 2011/12) con un juego y un poderío sobre el campo que no se veía en Mestalla desde que se marchó Benítez. Nuno Espirito Santo ha revolucionado la forma de jugar de un equipo que ha vagado sin estilo las últimas cinco temporadas. Ya no hay pájaras durante el partido ni falta de intensidad. Los jugadores no se lo pueden permitir porque saben que en caso de hacerlo, en el próximo encuentro no serán titulares.
Pero además, el conjunto blanquinegro tiene algo que le está definiendo en las primeras jornadas de esta liga, su facilidad para cambiar de ritmo el partido. Lo mismo imita al Barça de toque como se parece al Real Madrid del juego directo y demoledor. Todo ello aderezado con una defensa contundente y eficaz.
Valencia demoledor
Ante el Córdoba vimos nuevamente esas características. Comenzaron los ché con un ritmo frenético, se relajaron al pasar los primeros diez minutos yantes de la media hora de partido ya ganaban con dos goles de ventaja.
El primero de Alcácer, como no. El de Torrent cabeceó a la escuadra un centro de Feghouli desde la derecha y seis minutos más tarde Gayá se estrenó en Mestalla con un zurdazo desde dentro del área.
El Códoba, que hasta el momento se había mostrado seguro y tranquilo, quiso irse arriba sin demasiada fortuna. Cerca del descanso, Alves tuvo que esforzarse para salvar un lanzamiento de Rossi desde la frontal y en la jugada siguiente, otra vez el meta brasileño, salvó bajo la línea un disparo de Ghilas tras una jugada embarullada dentro del área.
Banquillos fuera
En la segunda parte, los entrenadores de ambos equipos movieron pronto los banquillos. En apenas nueve minutos, cuatro nuevos jugadores estaban sobre el terreno de juego.
Al Córdoba no le sirvió y el Valencia mejoró. Encontró mayor acomodo sobre el campo y apareció un André Gomes poderoso en el centro del campo. El portugués motivó a sus compañeros para ir a por el balón hasta el final, sin miedo.
Un Córdoba ya encerrado en su campo recibió el tercero a veinte minutos del final. Feghouli batió a Juan Carlos con un disparo cruzado culminando un contragolpe perfecto del Valencia.
Así que el Valencia lejos de bajar el ritmo, vuelve a ser líder. Bien es cierto que los rivales que ha tenido no han sido los más poderosos de la liga, pero son aquellos con los que tiempos antes se sufría o ni siquiera se ganaba. En las próximas jornadas, Real Sociedad y Atlético de Madrid nos dirán la situación real de este equipo.
Por su parte, el Córdoba se queda como colista de la liga con dos puntos. Tendrá que mejorar su definición para intentar no sufrir esta temporada.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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