Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La buena noticia | Gente | Pensamientos
Hay que diferenciar el ser buena gente del ser “gente buena”

Gente buena

|

La diferencia es sutil, pero apreciable. Quizás lo entenderemos mejor cuando comparemos “un buen hombre” de “un hombre bueno”. El primero lo es por naturaleza; el segundo lo consigue con su esfuerzo.

Viene a mi mente este pensamiento como consecuencia del bombardeo constante de ideas, mentiras, verdades a medias, consejos de todo tipo, insinuaciones veladas, amenazas, etc., que recibimos a través de las redes sociales.

Los que suelen leer mis artículos conocen de sobra mi aversión al mal uso de la cibernética, cuando se utiliza la misma de una forma indiscriminada y, desgraciadamente en muchas ocasiones, artera.

Cada vez que abrimos nuestro ordenador o nuestro teléfono móvil, nos encontramos con una catarata de correos, “memes”, enlaces, etc., que pretenden transmitirnos, cuando no inculcarnos, sus ideas, filias y fobias. Si analizamos con detenimiento los mismos, nos encontramos con una especie de fotografía de la mente y los sentimientos del emisor de los mismos.

Antiguamente los “permanentemente cabreados” esperaban al domingo para descargar su mala leche en los pobres árbitros de turno. O juraban en arameo para sus adentros. O conducían de forma asesina mientras increpaban al resto de sus conductores. O la pagaban con sus empleados.

Hoy no. Si a alguien no le gusta la situación política, las decisiones del gobierno, si hace sol o llueve, si creemos en Dios o no, si hacen rascacielos o chiringuitos, si se ríe o se llora, si se entierra o desentierran “antiguallas”, si eres de izquierdas, de derechas o mediopensionista, si eres blanco, negro o aceitunado, etc., inmediatamente te envía un correo, un chiste o un “meme”, que acentúa de una forma inverosímil la opinión del emisor o transmisor del mismo.

Como contraposición nos encontramos con la gente buena. Esta se transparenta en sus envíos a través de las redes.


Tengo uno que cada mañana me despierta con un saludo lleno de ideas positivas que me ayuda a enfrentarme con las tareas diarias. Hay otro que te envía imágenes del pasado que te ayudan a recordar tus ancestros. Una buena amiga comienza su día publicando una foto de un paisaje maravilloso y una mesa con un desayuno de 500 calorías.

Gente buena que es mi buena noticia de hoy. Son aquellos que te hacen poner “al mal tiempo, buena cara”, en contraposición a aquellos que te envenenan con lo peor de sus mentes y viven del “argumentario” partidista y emponzoñado.

Gente buena que te hace sacar la sonrisa y evitar tu deseo de buscarle las cosquillas a aquellos con quienes te encuentras. Siguen, a veces sin saberlo, las recomendaciones de San Francisco de Asís. Donde encuentras odio, pon amor. Este es un buen propósito para empezar un buen día. Mejor dicho: un día malo que lo hacemos bueno.

Gente buena

Hay que diferenciar el ser buena gente del ser “gente buena”
Manuel Montes Cleries
lunes, 24 de febrero de 2020, 10:12 h (CET)

La diferencia es sutil, pero apreciable. Quizás lo entenderemos mejor cuando comparemos “un buen hombre” de “un hombre bueno”. El primero lo es por naturaleza; el segundo lo consigue con su esfuerzo.

Viene a mi mente este pensamiento como consecuencia del bombardeo constante de ideas, mentiras, verdades a medias, consejos de todo tipo, insinuaciones veladas, amenazas, etc., que recibimos a través de las redes sociales.

Los que suelen leer mis artículos conocen de sobra mi aversión al mal uso de la cibernética, cuando se utiliza la misma de una forma indiscriminada y, desgraciadamente en muchas ocasiones, artera.

Cada vez que abrimos nuestro ordenador o nuestro teléfono móvil, nos encontramos con una catarata de correos, “memes”, enlaces, etc., que pretenden transmitirnos, cuando no inculcarnos, sus ideas, filias y fobias. Si analizamos con detenimiento los mismos, nos encontramos con una especie de fotografía de la mente y los sentimientos del emisor de los mismos.

Antiguamente los “permanentemente cabreados” esperaban al domingo para descargar su mala leche en los pobres árbitros de turno. O juraban en arameo para sus adentros. O conducían de forma asesina mientras increpaban al resto de sus conductores. O la pagaban con sus empleados.

Hoy no. Si a alguien no le gusta la situación política, las decisiones del gobierno, si hace sol o llueve, si creemos en Dios o no, si hacen rascacielos o chiringuitos, si se ríe o se llora, si se entierra o desentierran “antiguallas”, si eres de izquierdas, de derechas o mediopensionista, si eres blanco, negro o aceitunado, etc., inmediatamente te envía un correo, un chiste o un “meme”, que acentúa de una forma inverosímil la opinión del emisor o transmisor del mismo.

Como contraposición nos encontramos con la gente buena. Esta se transparenta en sus envíos a través de las redes.


Tengo uno que cada mañana me despierta con un saludo lleno de ideas positivas que me ayuda a enfrentarme con las tareas diarias. Hay otro que te envía imágenes del pasado que te ayudan a recordar tus ancestros. Una buena amiga comienza su día publicando una foto de un paisaje maravilloso y una mesa con un desayuno de 500 calorías.

Gente buena que es mi buena noticia de hoy. Son aquellos que te hacen poner “al mal tiempo, buena cara”, en contraposición a aquellos que te envenenan con lo peor de sus mentes y viven del “argumentario” partidista y emponzoñado.

Gente buena que te hace sacar la sonrisa y evitar tu deseo de buscarle las cosquillas a aquellos con quienes te encuentras. Siguen, a veces sin saberlo, las recomendaciones de San Francisco de Asís. Donde encuentras odio, pon amor. Este es un buen propósito para empezar un buen día. Mejor dicho: un día malo que lo hacemos bueno.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto