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Gabriel Ruiz-Ortega

'Toda la sangre', de Gustavo Faverón

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Sendero Luminoso es el grupo terrorista que tuvo en jaque al Perú en las últimas décadas del siglo XX. Su líder, Abimael Guzmán – o más conocido como el presidente Gonzalo- llevó el discurso de la destrucción sazonado con un aura de divinidad para que de esta manera pueda tener eco en las comunidades andinas a las que supuestamente se quería reivindicar, y partiendo de esta “reivindicación” se buscó extender los principios de justicia social por todo el país.

Sin embargo, lo que parecía ser una intención que gozara de la aceptación popular, esta nunca llegó a cuajar por el simple hecho de que las comunidades andinas nunca cayeron en el juego de ver en la violencia y destrucción como la salida a sus problemas, aún así estas estuvieran condimentadas con mitos andinos como el Inkarri o el Pachacuti.

Partiendo de la relación que hay entre la violencia, la historia y la literatura, el joven crítico literario Gustavo Faverón Patriau emprendió el proyecto de realizar una antología en la que se viera los distintos puntos de vista que tuvieron los escritores peruanos durante el oprobio generado por las huestes terroristas.

Faverón Patriau se vale de las citas de Peter Brooks y Raymond Williams, en las que los tópicos de el tiempo y la muerte –respectivamente- son las bases del prólogo en el que explica la relación entre literatura y violencia que se vivió en Perú. El punto más fuerte del prólogo radica en que este en ningún momento cae presa de una visión sesgada y parcializada, no se presta a ningún tipo de preferencia ideológica, sino que este se sustenta académicamente, lo cual termina dejando de lado toda clase de censuras porque Faverón Patriau sabe bien que si hay una cualidad que tiene la literatura, esta es la de ser el espacio más democrático que existe; es por ello que puede explicarse la inclusión en esta antología temática a escritores de distintas facetas ideológicas –algunos de ellos muy discutidos-, pero que están signados por la alta calidad de sus textos; por lo tanto, no debe sorprender que en un mismo volumen veamos a narradores tan distintos como Alonso Cueto y Miguel Gutiérrez, o como Fernando Ampuero y Dante Castro.

Faverón Patriau muestra una actitud desprejuiciada al incluir en esta antología al autor más discutido de la misma: Hildebrando Pérez Huaranca. Pérez Huaranca llegó a ser con el tiempo un guerrillero identificado con las huestes de Sendero Luminoso y responsable de la masacre de Lucanamarca acaecida en 1980, una de las más crueles de las que se tenga noticia de la guerra subversiva.

Como se sabe, no existe antología perfecta, es cierto que faltan importantes autores peruanos como Guillermo Niño de Guzmán, Daniel Alarcón y Fernando Iwasaki, pero estas ausencias están alejadas de cualquier prejuicio o espíritu tendencioso, por lo tanto, no se dejan sentir.

Una de los mensajes que se colige del prólogo del crítico es el compromiso moral que nos lleva a seguir reflexionando sobre esos años, a no caer en el feudo del olvido; el cual es un puntazo a favor puesto que Toda la sangre deja un “algo más” que enriquece la visión de los relatos de la antología en conjunto.

Es necesario que se diga que Toda la sangre carga con el espíritu de la polémica, pero esta no es generada por el antólogo, sino por las clásicas objeciones de quienes intentan hacer creer que en Perú se vivió una guerra popular, cosa que sirve para amainar la responsabilidad de Sendero Luminoso, pero esta idea solo tiene cabida en aquellos ideologizados que no aceptan –porque no les conviene- que dicho grupo terrorista tuvo a la violencia y a la destrucción como sus medios, y mucho menos aceptaran los coqueteos patentes que este tuvo con el narcotráfico.

Acotemos también que este no es el único libro de Faverón Patriau sobre el tema de la violencia, hace no mucho la editorial española Tecnos ha publicado Rebeldes: Sublevaciones indígenas y naciones emergentes en Hispanoamérica en el siglo XVII.

Dato importante: a los interesados en adquirir la pulcra edición de Toda la sangre lo pueden hacer en esta dirección: www.editorialmatalamanga.com

'Toda la sangre', de Gustavo Faverón

Gabriel Ruiz-Ortega
Gabriel Ruiz Ortega
domingo, 15 de abril de 2007, 09:17 h (CET)
Sendero Luminoso es el grupo terrorista que tuvo en jaque al Perú en las últimas décadas del siglo XX. Su líder, Abimael Guzmán – o más conocido como el presidente Gonzalo- llevó el discurso de la destrucción sazonado con un aura de divinidad para que de esta manera pueda tener eco en las comunidades andinas a las que supuestamente se quería reivindicar, y partiendo de esta “reivindicación” se buscó extender los principios de justicia social por todo el país.

Sin embargo, lo que parecía ser una intención que gozara de la aceptación popular, esta nunca llegó a cuajar por el simple hecho de que las comunidades andinas nunca cayeron en el juego de ver en la violencia y destrucción como la salida a sus problemas, aún así estas estuvieran condimentadas con mitos andinos como el Inkarri o el Pachacuti.

Partiendo de la relación que hay entre la violencia, la historia y la literatura, el joven crítico literario Gustavo Faverón Patriau emprendió el proyecto de realizar una antología en la que se viera los distintos puntos de vista que tuvieron los escritores peruanos durante el oprobio generado por las huestes terroristas.

Faverón Patriau se vale de las citas de Peter Brooks y Raymond Williams, en las que los tópicos de el tiempo y la muerte –respectivamente- son las bases del prólogo en el que explica la relación entre literatura y violencia que se vivió en Perú. El punto más fuerte del prólogo radica en que este en ningún momento cae presa de una visión sesgada y parcializada, no se presta a ningún tipo de preferencia ideológica, sino que este se sustenta académicamente, lo cual termina dejando de lado toda clase de censuras porque Faverón Patriau sabe bien que si hay una cualidad que tiene la literatura, esta es la de ser el espacio más democrático que existe; es por ello que puede explicarse la inclusión en esta antología temática a escritores de distintas facetas ideológicas –algunos de ellos muy discutidos-, pero que están signados por la alta calidad de sus textos; por lo tanto, no debe sorprender que en un mismo volumen veamos a narradores tan distintos como Alonso Cueto y Miguel Gutiérrez, o como Fernando Ampuero y Dante Castro.

Faverón Patriau muestra una actitud desprejuiciada al incluir en esta antología al autor más discutido de la misma: Hildebrando Pérez Huaranca. Pérez Huaranca llegó a ser con el tiempo un guerrillero identificado con las huestes de Sendero Luminoso y responsable de la masacre de Lucanamarca acaecida en 1980, una de las más crueles de las que se tenga noticia de la guerra subversiva.

Como se sabe, no existe antología perfecta, es cierto que faltan importantes autores peruanos como Guillermo Niño de Guzmán, Daniel Alarcón y Fernando Iwasaki, pero estas ausencias están alejadas de cualquier prejuicio o espíritu tendencioso, por lo tanto, no se dejan sentir.

Una de los mensajes que se colige del prólogo del crítico es el compromiso moral que nos lleva a seguir reflexionando sobre esos años, a no caer en el feudo del olvido; el cual es un puntazo a favor puesto que Toda la sangre deja un “algo más” que enriquece la visión de los relatos de la antología en conjunto.

Es necesario que se diga que Toda la sangre carga con el espíritu de la polémica, pero esta no es generada por el antólogo, sino por las clásicas objeciones de quienes intentan hacer creer que en Perú se vivió una guerra popular, cosa que sirve para amainar la responsabilidad de Sendero Luminoso, pero esta idea solo tiene cabida en aquellos ideologizados que no aceptan –porque no les conviene- que dicho grupo terrorista tuvo a la violencia y a la destrucción como sus medios, y mucho menos aceptaran los coqueteos patentes que este tuvo con el narcotráfico.

Acotemos también que este no es el único libro de Faverón Patriau sobre el tema de la violencia, hace no mucho la editorial española Tecnos ha publicado Rebeldes: Sublevaciones indígenas y naciones emergentes en Hispanoamérica en el siglo XVII.

Dato importante: a los interesados en adquirir la pulcra edición de Toda la sangre lo pueden hacer en esta dirección: www.editorialmatalamanga.com

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