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¿Qué esperamos en este tiempo de adviento?

Las calles se adornan de luces y los comercios anuncian sus dulces y golosinas navideñas
Francisco Rodríguez
domingo, 24 de noviembre de 2013, 11:19 h (CET)
Las calles se adornan de luces y los comercios anuncian sus dulces y golosinas navideñas. Para los cristianos llega el tiempo de adviento, tiempo de espera, pero ¿qué esperamos? ¿El nacimiento de Jesús en Belén? No tiene sentido esperar algo que ya ocurrió en el pasado y que sigue ocurriendo cada día cuando se hace presente en la Eucaristía. Otros esperan simplemente unos días de vacaciones, de reuniones familiares, de cena y cotillón, con pretexto navideño pero sin ningún contenido religioso.

Siempre que rezamos el padrenuestro manifestamos nuestro deseo, nuestra esperanza, de que venga a nosotros Tu reino y aunque de alguna manera este reino puede llegar para cada uno de nosotros, el reino al que aludimos, quizás sin clara conciencia, es la segunda venida del Señor en gloria y majestad para juzgar a vivos y muertos.

La segunda venida del Señor decimos creerla cuando recitamos el Credo, aunque apenas nos demos cuenta de ello. Como esta segunda venida está asociada al fin de este mundo, mucha gente no se lo cree. Como mucho entenderán que el fin del mundo será para cada uno el día que se muera, pero la resurrección de la carne y la vida eterna la Iglesia lo cree y lo anuncia, pero los cristianos, los bautizados, ¿lo creen y lo anuncian?.

Cuando los discípulos vieron a Jesús resucitado le preguntaron si era entonces cuando iba a restaurar el Reino de Israel, pero él le advirtió no les tocaba a ellos conocer los tiempos y momentos que ha fijado el Padre con su autoridad, pero los primeros cristianos creían que la segunda venida del Señor, la Parusía, iba a ocurrir de inmediato. Lo que ocurrió casi de inmediato fue la destrucción de Jerusalén, que ya Jesús había profetizado, a modo de imagen de lo que será el fin del mundo.

Cristo advirtió a sus discípulos en muchas ocasiones que tenían que estar vigilantes y preparados para su segunda venida, que estaría precedida de pruebas, persecuciones y sufrimientos. También les dijo algo inquietante: Cuándo el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?.

Las pruebas, persecuciones y sufrimientos nunca le han faltado a la Iglesia pero para el final de los tiempos se anuncia una gran apostasía. Para la Iglesia son apóstatas son los que abandonan su fe, los que dejan de creer en lo que cree la Iglesia: el credo, el Símbolo de los apóstoles, el mensaje del evangelio, en todo o en parte, los que lo adulteran o interpretan a su gusto. Como advierte San Juan: salieron de entre nosotros, pero no son de los nuestros.

Hace pocos días el Papa ha llamado apostasía al espíritu del «progresismo adolescente» que negocia los valores y la fe, que cree que ir adelante en cualquier elección, es mejor que permanecer en las costumbres de la fidelidad, es como si dijeran “somos progresistas, vamos con el progreso, donde va toda la gente” Siempre ha habido apóstatas ¿Estaremos ante la gran apostasía? Sólo Dios lo sabe. Entretanto estad atentos y velad, para no caer en la tentación, como nos recomienda San Pedro, el primer Papa.

Adviento, espera de unos cielos nuevos y una tierra nueva donde habite la justicia.

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