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Etiquetas | Dinosaurios | Ciencia | Europa
Con un nombre que más que a un ejército de Liberación Nacional evoca a un Dinosaurio del Jurásico, el Polisario, antigua guerrilla sufragada por Argelia hoy devenido en extravagante aparato de propaganda, se niega a ver la realidad presente y aggiornarse a ella

Ocaso de longeva pesadilla antediluviana en Tinduf

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Narran los expertos en el tema, que el Jurásico es una división de la escala temporal geológica, que se inició hace casi doscientos millones de años y duró el lapso de unos cincuenta millones. Fue el tiempo de la hegemonía en el Sáhara de los grandes dinosaurios. Tiempo atrás, se descubrió en el Sahara marroquí el esqueleto de un Spinosaurus aegyptiacus, monstruo que superaba en tamaño al mismo Tiranosaurio Rex y pesaba alrededor de veinte toneladas.


La ciencia nos ha revelado que alguna vez deambularon por nuestro planeta aquellos enormes y aterradores animales, y también porqué se extinguieron. Sin embargo, hasta hoy ningún científico ha podido explicar cómo llegaron hasta el presente y todavía habitan ciertas zonas del desierto los dinosaurios políticos del Frente Polisario, que siguen enriqueciendo la fauna del Magreb junto a contrabandistas, traficantes de armas, malversadores de ayuda humanitaria, radicales islámicos y otras especies afines que aunque en vías de extinción, integran la biodiversidad de esas latitudes.

Aunque hace tiempo es conocido que la ayuda humanitaria que llega de Europa a Orán, y de allí viaja a los campamentos de Tinduf queda en un alto porcentaje o es adulterada con productos de menor calidad en el camino, el comisariato político dominante en los campamentos -pero dominada por Argel- sigue intentando tapar el sol con los dedos Con ese empeño ha desatado una ola represiva sin precedentes, acusando de traición a diestra y siniestra. Las últimas victimas de la caza de brujas han sido los saharauis disidentes Moulay Bouzid Abba, Fadel El Mehdi Breica y Mahmoud Zeidane.


Human Rights Watch ha denunciado estas detenciones arbitrarias, sin evidencias, y restó coherencia a la propaganda argelina sobre respeto a los Derechos humanos que dice impulsar fuera de su territorio, mientras se venda los ojos para no ver lo que hace el Polisario fronteras adentro. También exigió la liberación de estos tres presos políticos encarcelados en la prisión negra de Dheibiya, a quienes la dictadura argelina amenaza con encerrar de por vida. Estos casos recientes tienen frondosos antecedentes.


El Khalil Ahmed, entre otros, fue desaparecido en 2009 con un modus operandi que evoca al Plan Cóndor de las dictaduras sudamericanas de la década de 1970, precisamente en vísperas de una conferencia sobre Derechos Humanos.


Aunque la cobertura mediática de estos casos ha sido relativamente reducida en los medios, el mundo se escandalizó con la práctica del Polisario de secuestrar a mujeres, cuando ingresan para visitar a sus familiares en los tristemente célebres campamentos de Tinduf. Darya Embarek Selma, de 26 años, residente en Tenerife, viajó a los campamentos en enero de 2014 para pasar un mes junto a su familia biológica siendo retenida por la fuerza por los capataces de Tinduf. Nayiba Mohamed Kacem, entonces de 24 años, fue retenida en diciembre de 2013 en contra de su voluntad. Maloma Morales de Matos (Maaluma Takya Hamda, según su partida de nacimiento), entonces de 22 años, quien viajó a los campamentos el 5 de diciembre del año pasado, y no pudo volver el 12 de diciembre como tenía previsto.

El aberrante crimen de secuestrar a mujeres adultas desbordó toda excusa que el grupo separatista hubiera podido alegar en su defensa, haciéndole perder importantes aliados europeos, sobre todo en el mundillo político y la comunidad artística. Incluso el actor Willy Toledo, quien exteriorizó muchas veces su apoyo al Polisario, condenó los aberrantes secuestros.


El problema del Sahara otrora español ha dejado de ser arma arrojadiza contra el gobierno de turno en España, en señal de que atrás quedaron los tiempos en que incidía incluso en resultados electorales. Sensible ha sido la reciente pérdida del reconocimiento del Reino de Lesoto, uno de los contados aliados que restaba al extravagante hato de referentes antediluvianos, que no tiene el reconocimiento de ningún país de Asia, Europa ni Norteamérica.


Cual testimonio de otras épocas, los ancianos ex guerrilleros con nombre de reminiscencias jurásicas, siguen empeñados en ser el último resabio de un mundo que ya no existe. En tanto, la martirizada población de los campamentos de Tinduf, espera el día señalado para volver a convertirse en dignos hijos del desierto, y dejar de ser mendigos de las migajas que le llegan de ayuda internacional.


Todo ello mientras asisten algo incrédulos, como es propio de los pueblos que padecen tiranos que se suponen eternos, a la interminable agonía de sus obstinados verdugos. 

Ocaso de longeva pesadilla antediluviana en Tinduf

Con un nombre que más que a un ejército de Liberación Nacional evoca a un Dinosaurio del Jurásico, el Polisario, antigua guerrilla sufragada por Argelia hoy devenido en extravagante aparato de propaganda, se niega a ver la realidad presente y aggiornarse a ella
Luis Agüero Wagner
miércoles, 9 de octubre de 2019, 11:03 h (CET)

Narran los expertos en el tema, que el Jurásico es una división de la escala temporal geológica, que se inició hace casi doscientos millones de años y duró el lapso de unos cincuenta millones. Fue el tiempo de la hegemonía en el Sáhara de los grandes dinosaurios. Tiempo atrás, se descubrió en el Sahara marroquí el esqueleto de un Spinosaurus aegyptiacus, monstruo que superaba en tamaño al mismo Tiranosaurio Rex y pesaba alrededor de veinte toneladas.


La ciencia nos ha revelado que alguna vez deambularon por nuestro planeta aquellos enormes y aterradores animales, y también porqué se extinguieron. Sin embargo, hasta hoy ningún científico ha podido explicar cómo llegaron hasta el presente y todavía habitan ciertas zonas del desierto los dinosaurios políticos del Frente Polisario, que siguen enriqueciendo la fauna del Magreb junto a contrabandistas, traficantes de armas, malversadores de ayuda humanitaria, radicales islámicos y otras especies afines que aunque en vías de extinción, integran la biodiversidad de esas latitudes.

Aunque hace tiempo es conocido que la ayuda humanitaria que llega de Europa a Orán, y de allí viaja a los campamentos de Tinduf queda en un alto porcentaje o es adulterada con productos de menor calidad en el camino, el comisariato político dominante en los campamentos -pero dominada por Argel- sigue intentando tapar el sol con los dedos Con ese empeño ha desatado una ola represiva sin precedentes, acusando de traición a diestra y siniestra. Las últimas victimas de la caza de brujas han sido los saharauis disidentes Moulay Bouzid Abba, Fadel El Mehdi Breica y Mahmoud Zeidane.


Human Rights Watch ha denunciado estas detenciones arbitrarias, sin evidencias, y restó coherencia a la propaganda argelina sobre respeto a los Derechos humanos que dice impulsar fuera de su territorio, mientras se venda los ojos para no ver lo que hace el Polisario fronteras adentro. También exigió la liberación de estos tres presos políticos encarcelados en la prisión negra de Dheibiya, a quienes la dictadura argelina amenaza con encerrar de por vida. Estos casos recientes tienen frondosos antecedentes.


El Khalil Ahmed, entre otros, fue desaparecido en 2009 con un modus operandi que evoca al Plan Cóndor de las dictaduras sudamericanas de la década de 1970, precisamente en vísperas de una conferencia sobre Derechos Humanos.


Aunque la cobertura mediática de estos casos ha sido relativamente reducida en los medios, el mundo se escandalizó con la práctica del Polisario de secuestrar a mujeres, cuando ingresan para visitar a sus familiares en los tristemente célebres campamentos de Tinduf. Darya Embarek Selma, de 26 años, residente en Tenerife, viajó a los campamentos en enero de 2014 para pasar un mes junto a su familia biológica siendo retenida por la fuerza por los capataces de Tinduf. Nayiba Mohamed Kacem, entonces de 24 años, fue retenida en diciembre de 2013 en contra de su voluntad. Maloma Morales de Matos (Maaluma Takya Hamda, según su partida de nacimiento), entonces de 22 años, quien viajó a los campamentos el 5 de diciembre del año pasado, y no pudo volver el 12 de diciembre como tenía previsto.

El aberrante crimen de secuestrar a mujeres adultas desbordó toda excusa que el grupo separatista hubiera podido alegar en su defensa, haciéndole perder importantes aliados europeos, sobre todo en el mundillo político y la comunidad artística. Incluso el actor Willy Toledo, quien exteriorizó muchas veces su apoyo al Polisario, condenó los aberrantes secuestros.


El problema del Sahara otrora español ha dejado de ser arma arrojadiza contra el gobierno de turno en España, en señal de que atrás quedaron los tiempos en que incidía incluso en resultados electorales. Sensible ha sido la reciente pérdida del reconocimiento del Reino de Lesoto, uno de los contados aliados que restaba al extravagante hato de referentes antediluvianos, que no tiene el reconocimiento de ningún país de Asia, Europa ni Norteamérica.


Cual testimonio de otras épocas, los ancianos ex guerrilleros con nombre de reminiscencias jurásicas, siguen empeñados en ser el último resabio de un mundo que ya no existe. En tanto, la martirizada población de los campamentos de Tinduf, espera el día señalado para volver a convertirse en dignos hijos del desierto, y dejar de ser mendigos de las migajas que le llegan de ayuda internacional.


Todo ello mientras asisten algo incrédulos, como es propio de los pueblos que padecen tiranos que se suponen eternos, a la interminable agonía de sus obstinados verdugos. 

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