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El Rayo Vallecano y el Atlético de Madrid han hecho público este lunes el acuerdo por el traspaso del delantero brasileño Leo Baptistao a la entidad rojiblanca durante las próximas cinco temporadas, tal y como han informado ambos clubes a través de sendos comunicados.
"Desde el Rayo Vallecano queremos agradecer a Leo Baptistao su profesionalidad y entrega mostrada durante los años que defendió la camiseta del Rayo. Le deseamos la mejor de las suertes, personal y profesionalmente, en su nueva etapa", declara la entidad vallecana en el texto.
El delantero de 22 años debutó esta temporada en el primer equipo, tras jugar durante un año en el filial del conjunto de Vallecas. A pesar de que el pasado mes de abril era operado de su clavícula derecha, lesión que le impedía volver a jugar en lo que restaba de temporada, el ariete ha disputado 28 partidos, 26 de ellos como titular, y marcado siete goles.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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