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Realmente en Champions. El Dépor se despide en un solo día de Primera y de Juan Carlos Valerón.

Entre infierno y cielo. Derbi blanquiazul de infarto

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Sentimientos contrastantes al final del encuentro en Riazor. Mientras unos ponen orla a una temporada de récords, otros se desmoronan en llantos frente a su afición, por defraudo, susto, envidia.

El Deportivo vuelve a segunda a pesar de que, tan solo 90 minutos antes del epílogo, todos le daban por el equipo favorito, por él que lo tenía más fácil, o casi. Porque las circunstancias a su favor eran muchas, pero ya se sabe. En el césped los números y las estadísticas no tienen casa, lo que cuenta es la fuerza y el orgullo.

Los coruñeses pusieron mucho ánimo y arrancaron muy fuerte, arrinconando el rival y buscando portería desde los primeros minutos. Pero de un despiste tonto, al minuto 22 sale una contra y de allí un tiro. Aranzubía no consigue atrapar de primera mano el cuero y Griezman aprovecha la ocasión para inaugurar el marcador y regalarle una enorme alegría a los muchos aficionados que han viajado a tierras galegas, soñando con todo esto.

Da igual, los herculinos no se vienen abajo y siguen buscando la portería custodiada por Bravo, pero tras 45 minutos lo único que consiguieron llevarse fue una amarilla para Silvio y un gran tiro de volea al minuto 30 de Riki, atrapado por una tremenda parada del meta rival.

La primera parte acaba con dos equipos muy equilibrados, el Dépor a por todas, tal vez de forma un poco desordenada, pero siempre con sentimiento y ganas; la Real sabe que no puede fallar, las noticias sobre el campo del Sevilla corren, vuelan, así que hay que aprovechar cada balón para intentar desbancar al Valencia de su sitio.

El apoyo de la afición fue continuo y poderoso, pero a pesar de ello, en la segunda parte no cambia mucho; Bruno Gama no volverá al césped por una lesión procurada en un choque y entrará Salomao por él; al pasar de los minutos en el cronómetro suben los nervios en el campo, hasta estallar por cada pérdida de tiempo o cada falta hecha con algo de intención. El Dépor empieza a perder lucidez, la Real se cierra y los coruñeses al no encontrar huecos empiezan a buscar disparos improbables desde la distancia.

Vázquez no lo ve claro y mete más carne al asador, sale Aythami y entra Nelson Oliveira; con un Dépor votado al ataque la presión es altísima, Aranzubía no volverá a pisar su área sino en ocasiones esporádicas pero hoy el cuero no está para la labor y tiembla todo el estadio cuando se estampa al palo en un despeje de un defensa de la Real; y al larguero tras un cabezazo de Juan Domínguez.

El conjunto de Montanier supo mantener muy bien las líneas, incluso cuando al minuto 84 Markel tiene que dejar el campo por suma de amarillas, ahí el Dépor intentó algo más pero ya era tarde y siempre faltaba algo para que se hinchase la red.

Acaba el encuentro, fiesta por un lado, lagrimas por el otro, Riazor sigue cantando y animando a los suyos, dándole las gracias por la ilusión regalada, por el compromiso y el esfuerzo, jamás se vio un descenso con tanto apoyo. Finalmente la afición explota al despedirse del gran Valerón, el canario, emblema deportivista, deja la camiseta blanquiazul. En la conmovedora rueda de prensa, confiesa que los últimos años fueron muy duros y ya no cree poder aportar el esfuerzo y aguantar la presión que eso requiere, por lo menos no como antes. Parte del deportivismo se marcha con la camiseta numero 21; Juan Carlos Valerón da las gracias a la afición y espera que sus caminos vuelvan a cruzarse dentro de un tiempo, ojalá así sea.. ojalá será en primera.


Entre infierno y cielo. Derbi blanquiazul de infarto

Realmente en Champions. El Dépor se despide en un solo día de Primera y de Juan Carlos Valerón.
Francesco Amoroso
sábado, 1 de junio de 2013, 23:37 h (CET)

Sentimientos contrastantes al final del encuentro en Riazor. Mientras unos ponen orla a una temporada de récords, otros se desmoronan en llantos frente a su afición, por defraudo, susto, envidia.

El Deportivo vuelve a segunda a pesar de que, tan solo 90 minutos antes del epílogo, todos le daban por el equipo favorito, por él que lo tenía más fácil, o casi. Porque las circunstancias a su favor eran muchas, pero ya se sabe. En el césped los números y las estadísticas no tienen casa, lo que cuenta es la fuerza y el orgullo.

Los coruñeses pusieron mucho ánimo y arrancaron muy fuerte, arrinconando el rival y buscando portería desde los primeros minutos. Pero de un despiste tonto, al minuto 22 sale una contra y de allí un tiro. Aranzubía no consigue atrapar de primera mano el cuero y Griezman aprovecha la ocasión para inaugurar el marcador y regalarle una enorme alegría a los muchos aficionados que han viajado a tierras galegas, soñando con todo esto.

Da igual, los herculinos no se vienen abajo y siguen buscando la portería custodiada por Bravo, pero tras 45 minutos lo único que consiguieron llevarse fue una amarilla para Silvio y un gran tiro de volea al minuto 30 de Riki, atrapado por una tremenda parada del meta rival.

La primera parte acaba con dos equipos muy equilibrados, el Dépor a por todas, tal vez de forma un poco desordenada, pero siempre con sentimiento y ganas; la Real sabe que no puede fallar, las noticias sobre el campo del Sevilla corren, vuelan, así que hay que aprovechar cada balón para intentar desbancar al Valencia de su sitio.

El apoyo de la afición fue continuo y poderoso, pero a pesar de ello, en la segunda parte no cambia mucho; Bruno Gama no volverá al césped por una lesión procurada en un choque y entrará Salomao por él; al pasar de los minutos en el cronómetro suben los nervios en el campo, hasta estallar por cada pérdida de tiempo o cada falta hecha con algo de intención. El Dépor empieza a perder lucidez, la Real se cierra y los coruñeses al no encontrar huecos empiezan a buscar disparos improbables desde la distancia.

Vázquez no lo ve claro y mete más carne al asador, sale Aythami y entra Nelson Oliveira; con un Dépor votado al ataque la presión es altísima, Aranzubía no volverá a pisar su área sino en ocasiones esporádicas pero hoy el cuero no está para la labor y tiembla todo el estadio cuando se estampa al palo en un despeje de un defensa de la Real; y al larguero tras un cabezazo de Juan Domínguez.

El conjunto de Montanier supo mantener muy bien las líneas, incluso cuando al minuto 84 Markel tiene que dejar el campo por suma de amarillas, ahí el Dépor intentó algo más pero ya era tarde y siempre faltaba algo para que se hinchase la red.

Acaba el encuentro, fiesta por un lado, lagrimas por el otro, Riazor sigue cantando y animando a los suyos, dándole las gracias por la ilusión regalada, por el compromiso y el esfuerzo, jamás se vio un descenso con tanto apoyo. Finalmente la afición explota al despedirse del gran Valerón, el canario, emblema deportivista, deja la camiseta blanquiazul. En la conmovedora rueda de prensa, confiesa que los últimos años fueron muy duros y ya no cree poder aportar el esfuerzo y aguantar la presión que eso requiere, por lo menos no como antes. Parte del deportivismo se marcha con la camiseta numero 21; Juan Carlos Valerón da las gracias a la afición y espera que sus caminos vuelvan a cruzarse dentro de un tiempo, ojalá así sea.. ojalá será en primera.


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