Gran ambiente previo al choque que enfrentaba a vallecanos y vascos en el Estadio de Vallecas. Ambas aficiones pusieron la nota de color y recordaron la esencia de un deporte que se abstrae cuando entra en su faceta mediática y empresarial. El Rayo, octavo y con la mejor marca de su historia en Primera División, buscaba avalar con fútbol su solicitud ante el TAS para conseguir la licencia que le permita disputar competición europea. En frente, un Athletic con todo el pescado vendido que se despedía de una temporada irregular ante más de un millar de aficionados bilbaínos.

Pronto se iba a declinar la balanza a favor del Rayo debido a la expulsión de Aduriz, quien veía dos tarjetas amarillas en menos de diez minutos. Los de Paco Jémez supieron sacar provecho de esta circunstancia y Mudo Vázquez encarrilaría el partido para los locales. No se amilanó el Athletic que, antes del descanso, igualaría la contienda por medio de Susaeta.

Tras el descanso, el Athletic salió confiado y consiguió hacer de la remontada un hecho. Sería Aurtenetxe el que materializaría el segundo para los de Bielsa, quien era aclamado, junto a los aficionados rojiblancos, por la parroquia vallecana. Poco duraría la alegría para los de Bilbao. La aparición de Piti era cuestión de tiempo y el capitán rayista buscó y rebuscó hasta que encontró su gol número 18 de la temporada para, de nuevo, poner las tablas en el partido.

El mágico ambiente y la gran hermandad entre ambas aficiones no cesaba mientras que el Rayo dominaba en acciones ofensivas, avasallando a un Iraizoz bastante acertado bajo palos. El carrusel de cambios sirvió para alguna que otra despedida como la de Chori Domínguez. Finalmente, el partido tocó a su fin con el Rayo afianzado en la octava plaza y esperando a la resolución que haga el TAS en los próximos días para determinar su participación en UEFA. Por otro lado, el Athletic echa el cierre a la temporada acomodado en la mitad de la tabla.