Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Reflexión | Protocolo | Política
​La prudencia es una virtud cuya práctica beneficia no solo a quien la ejercita, sino también a su destinatario. Por esta razón, es un absurdo dejarla de lado en cualquier actividad de nuestra realidad, ya sea a nivel familiar, social o profesional

¡Qué absurdo perder la educación en política!

|

La prudencia es una virtud cuya práctica beneficia no solo a quien la ejercita, sino también a su destinatario. Por esta razón, es un absurdo dejarla de lado en cualquier actividad de nuestra realidad, ya sea a nivel familiar, social o profesional.

En protocolo existen unas normas enmarcadas bajo el concepto de reglas convencionales y entre ellas se encuentran los usos sociales, tal y como nos enseña Francisco López-Nieto. Estos usos sociales, para entendernos, hacen referencia a la buena educación, cortesía y urbanidad. O como explica López-Nieto, «suponen auténticas normas de conducta de las que hoy no se puede prescindir, pues este protocolo privado o etiqueta social ya no es cosa que pertenezca al mundo diplomático o de la aristocracia, sino que, a un determinado nivel social, parece necesario para no fracasar en las relaciones con los demás».

El conocido como protocolo social nos aporta las normas necesarias para progresar en sociedad, ya que como define José Antonio de Urbina es el «conjunto de costumbres, usos y reglas que, a tenor de los cambios en la sociedad, regulan el comportamiento y las relaciones humanas para mejorar la calidad y la eficacia de nuestra acción personal, y, en último lugar, nuestra convivencia con lo demás».

En consecuencia, la prudencia es una cualidad muy apreciada en las relaciones personales ya sean estas por motivos sociales o profesionales. Y en este último caso incluyo la política.

Los acuerdos y negociaciones son actividades propias de los políticos y para que estas sean eficaces sus acciones deben fundamentarse en los buenos modales. Por esta razón, cuando escucho insultos, desprecios e incluso humillaciones en comparecencias políticas, su portavoz se califica así mismo como un mal educado y un gobernante ineficaz.

¡Qué absurdo perder la educación en política!

​La prudencia es una virtud cuya práctica beneficia no solo a quien la ejercita, sino también a su destinatario. Por esta razón, es un absurdo dejarla de lado en cualquier actividad de nuestra realidad, ya sea a nivel familiar, social o profesional
María del Carmen Portugal Bueno
lunes, 16 de septiembre de 2019, 10:30 h (CET)

La prudencia es una virtud cuya práctica beneficia no solo a quien la ejercita, sino también a su destinatario. Por esta razón, es un absurdo dejarla de lado en cualquier actividad de nuestra realidad, ya sea a nivel familiar, social o profesional.

En protocolo existen unas normas enmarcadas bajo el concepto de reglas convencionales y entre ellas se encuentran los usos sociales, tal y como nos enseña Francisco López-Nieto. Estos usos sociales, para entendernos, hacen referencia a la buena educación, cortesía y urbanidad. O como explica López-Nieto, «suponen auténticas normas de conducta de las que hoy no se puede prescindir, pues este protocolo privado o etiqueta social ya no es cosa que pertenezca al mundo diplomático o de la aristocracia, sino que, a un determinado nivel social, parece necesario para no fracasar en las relaciones con los demás».

El conocido como protocolo social nos aporta las normas necesarias para progresar en sociedad, ya que como define José Antonio de Urbina es el «conjunto de costumbres, usos y reglas que, a tenor de los cambios en la sociedad, regulan el comportamiento y las relaciones humanas para mejorar la calidad y la eficacia de nuestra acción personal, y, en último lugar, nuestra convivencia con lo demás».

En consecuencia, la prudencia es una cualidad muy apreciada en las relaciones personales ya sean estas por motivos sociales o profesionales. Y en este último caso incluyo la política.

Los acuerdos y negociaciones son actividades propias de los políticos y para que estas sean eficaces sus acciones deben fundamentarse en los buenos modales. Por esta razón, cuando escucho insultos, desprecios e incluso humillaciones en comparecencias políticas, su portavoz se califica así mismo como un mal educado y un gobernante ineficaz.

Noticias relacionadas

Llegó el lunes 29 de abril de 2024. Y, como “todo pasa y todo queda”, pasaron los cinco días de la ignominia sanchista y nos quedó Sánchez al desnudo, el Puto Amo (Puente dixit), pero más cateto y dictador que nunca. Me baso, naturalmente, en sus propias manifestaciones de corte tan populista, como las de Maduro, López Obrador y compañía.

En este día dedicado a san José obrero, podemos ver que es modelo para nosotros… ¿como reacciona ante la “duda” de que su esposa María esperaba un hijo? Nos dice escuetamente el Evangelio: “María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto".

El presidente Sánchez ha fundamentado su decisión de continuar al frente del gobierno afirmando que “no supone un punto y seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo”. Desde luego, deseamos profundamente que -al expresar la necesidad de un “punto y aparte”- acepta que es necesario, de manera urgente, un cambio que no se limite a reformas cosméticas. ¿Pero qué es punto y aparte para nosotros -para la inmensa mayoría- ante el galopante empobrecimiento que sufrimos?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto