El brillo de su pelo
Sólo puedo recordar,
el brillo de tu pelo,
el más bonito recuerdo,
el único que quiero.
Y no estoy loca.
Sólo quiero recordar
que en nuestro adiós
tu cabeza giraste
para no mostrarme
aquella lágrima tuya.
Al ocultar tu rostro,
sólo pude contemplar
ese pelo tan bonito
que acaricié.
Yo también lloré.
He dado gracias a Dios
porque al marcharte,
tampoco te ha tocado ver
las lágrimas en mis mejillas
que la razón,
no pudo contener.
Aún te quiero.
Los astros
no nos fueron propicios,
pero la fuerza
de nuestro espíritu
nos mantendrá vivos…
a pesar de la soledad,
a pesar de la distancia,
a pesar de que todavía
no podemos dejar de llorar
cuando pensamos
en aquel inevitable
adiós.