Dentro de España se puede afirmar que Asturias es una de las regiones o comunidades más afectadas por la contaminación atmosférica.
Y esto no está sujeto a discusión, ya que existen datos irrefutables que lo demuestran. Y el foco de mayor contaminación está en Avilés y Gijón. En estas dos ciudades y en otras partes de Asturias la calidad del aire en algunas zonas es muy mala y afecta negativamente a la salud de la población.
Por otra parte Sanidad o el sistema sanitario parece que no pone los medios suficientes para dar la mejor atención a las enfermedades respiratorias. Hay personas que llevan más de seis meses con este problema y sin que reciban una solución adecuada a sus dolencias por la excesiva polución atmosférica.
A esto se añade la escasez de especialistas en enfermedades respiratorias. Y las pruebas médicas deben realizarse con mucha mayor rapidez en todos los casos que sea preciso. Con la finalidad de que los pacientes no esperen demasiado tiempo para recibir el mejor tratamiento posible para su enfermedad.
En Bélgica y en otros países europeos no tienen problema en derivar pruebas, análisis y estudios a la sanidad privada para que ningún paciente tenga que esperar meses para saber la enfermedad específica que está padeciendo y para dar los mejores y más específicos tratamientos que sean necesarios o realizar las operaciones quirúrgicas precisas, si es imprescindible.
La masificación en la atención sanitaria no puede ser una excusa que sirva para dejar insuficientemente atendidas las demandas de los pacientes que sufren enfermedades respiratorias o que ven agravado su estado de salud por la contaminación ambiental excesiva.
La salud es más importante que los beneficios de las industrias o que el dinero. La implantación de los automóviles eléctricos reduciría mucho la polución del aire que respiramos. Ya se sabe que será de un modo total para el año 2040. Hasta entonces parece que estamos condenados a sufrir las consecuencias de ambientes casi irrespirables y dañinos para nuestros organismos. La excesiva polución atmosférica producida por las grandes industrias no debe ser tolerada, porque den trabajo a miles de personas en Asturias.
La contaminación del aire provoca 800.000 muertes prematuras en Europa cada año. Se dice pronto, pero es una cifra aterradora. Como indica Jos Lelieveld del Instituto Max-Planck de Química en Mainz «Los nuevos datos sobre las concentraciones altas y bajas de partículas finas indican que el impacto en la salud de estas es mucho mayor del que se pensaba anteriormente».
Pero la cuestión de la contaminación es más grave todavía. En todo el mundo se producen cada año casi nueve millones de muertes prematuras por la contaminación. Y los datos también indican que estos altos niveles de polución atmosférica podrían estar reduciendo 2,2 años la esperanza de vida media en los países europeos, lo que es tremendamente preocupante.
También se sabe que la contaminación ambiental influye muy negativamente en el corazón y el aparato circulatorio. Por supuesto, también afecta a los pulmones. Y uno de los grandes problemas es que las partículas PM2.5, incluso las más grandes son 30 veces más pequeñas que un pelo, con lo que pueden ser especialmente dañinas para los organismos humanos.
Se entiende que la Agencia Europea del Medio Ambiente hable de la contaminación atmosférica y lo compare con un asesino invisible. La solución pasa por reducir mucho las emisiones causadas por la energía, el transporte y la industria.
La calidad del aire es crucial para la salud de todos los ciudadanos. Aunque la OMS sugiere que no se superen los 10g/m3, lo cierto es que en la Unión Europea se sobrepasa el nivel de contaminación y es de 25 micras por metro cúbico. Lo que es el doble y medio del máximo establecido.
O se ponen filtros en las industrias y fábricas que emiten contaminación al aire y no se permiten altos índices de polución o estamos abocados al desastre en términos de la salud de todos. Así de simple y categórico. También debería haber más control del ya existente especialmente en Gijón y Avilés para que se reduzca la contaminación. Poniendo sanciones o multas elevadas a las industrias que incumplan la normativa vigente, sin excepciones.
Lo más adecuado sería que se cumplieran a rajatabla las recomendaciones de la OMS y de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Esperemos que por el bien de todos que se cumplan.
Vivimos en una sociedad que venera la juventud hasta la idolatría, mientras relega a la madurez a un rincón de invisibilidad. A medida que el calendario avanza, parece que los logros personales y profesionales se devalúan, como si la capacidad de crear o disfrutar de la vida tuviera fecha de caducidad. La realidad demuestra lo contrario, la verdadera riqueza humana florece en la experiencia, y es en la madurez donde alcanzamos nuestra cumbre personal.
Un día tras otro nos encontramos con frases de admiración sobre el ritual que rodea el fallecimiento de un papa y la consiguiente elección de otro. Los diversos comentaristas (especialmente si no son creyentes) ponderan las distintas ceremonias, su perfecta organización, sus ropajes y toda la parafernalia que hay alrededor. Parece que no les gustaría que acabara pronto esta “fuente” de noticias.
La sede de Pedro yace vacante y el mundo contiene el aliento. Mientras los medios y las redes sociales calculan votos y afinidades, y las cámaras enfocan la chimenea de la Capilla Sixtina —donde Miguel Ángel dejó su visión de la grandeza y la fragilidad humana—, los cardenales se recogen para dar continuidad a un rito que, mirando al futuro, encuentra sus raíces en la solemnidad del pasado.