Lamine Yamal celebró hace poco más de un mes su mayoría de edad con una fiesta de temática gánster, contratando personas con enanismo para animar el “cotarro fiestero”. Creo, es opinión personal, que nadie le dijo que sí a ese tipo de fiesta, que podía hacerlo, que podía ser divertido y que tenía pasta para pagar a “cien cuadrillas de bomberos toreros”. Pero las imágenes que pudimos ver demostraron que fue algo cutre, casposo e impropio de los valores que debería de transmitir una estrella del fútbol mundial a los millones de niños que le idolatran y quieren ser como él. Y luego está lo de las «chicas de imagen», que son unas chicas muy guapas que, si así lo deciden ellas en el ejercicio de su libre albedrío, pueden dedicarse a otros menesteres con los invitados cuando se aproxima el epílogo de la fiesta. ¡Todo un ejemplo de cómo debe relacionarse un joven triunfador y famoso con el sexo femenino!, que para eso es ya el jugador mejor pagado del Fútbol Club Barcelona. Pero el padre de Lamine lo tuvo claro, y declaró que si alguien piensa que su hijo ha hecho algo malo..., «para eso están las comisarías», o sea, el Código Penal como compendio de los valores a trasmitir a un hijo. Sí, es un poco lo de Conde-Pumpido con la Ley de Amnistía: si no está prohibido, pues adelante... ¡De pena!
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