Desde el 8 de septiembre hasta el 11 de enero el Gobierno de Pedro Sánchez ha concedido cincuenta y seis condecoraciones de la Orden del Mérito Civil, todas ellas Gran Cruz.
Hace unos días el Ministerio de Asuntos Exteriores concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a dos ex embajadores extranjeros en España, la de los Emiratos Árabes Unidos y el de la República de Corea. ¿El motivo? La prestación de relevantes servicios de carácter civil a España, tal y como recoge el artículo 6 del Real Decreto 2396/1998 por el que se aprueba el Reglamento de la Orden del Mérito Civil.
Un embajador es aquel funcionario de la Carrera Diplomática que ha alcanzado la máxima categoría dentro del escalafón y que puede estar al frente de una embajada, es decir, al frente de una misión diplomática. Y por misión diplomática se entiende cualquier tipo de representación permanente de un estado ante otro.
La principal función de un embajador es promover las relaciones bilaterales entre el país al que representa y el país que acoge. En referencia a esta promoción, se puede realizar una concreción de las funciones de un embajador gracias al artículo 3 de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961: representar al estado acreditante ante el estado receptor, proteger en el estado receptor los intereses del estado acreditante, negociar con el gobierno del estado receptor, enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el estado receptor e informar sobre ello al gobierno del estado acreditante, y fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre el estado acreditante y el receptor.
Méritos más que suficientes para que a los embajadores recibidos en nuestro país sean reconocidos con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. El grado de Gran Cruz es el segundo en importancia de la Orden. El primero es el Collar, grado reservado a los soberanos y jefes de estado y súbditos españoles o extranjeros que gocen de relevante significación y que estén en posesión de la Gran Cruz, tal y como indica el Decreto de 26 de julio de 1957.
Antecedentes de la Orden del Mérito Civil La Orden del Mérito Civil fue creada en el año 1926 e instituida por Alfonso XIII para «premiar actos de carácter civil realizados por los funcionarios dependientes del Estado, provincia o municipio, o personas que, ajenas a la Administración, presten o hayan prestado servicios eminentes de tal carácter», tal y como señala el artículo 1º del Real Decreto de 25 de junio de 1926.
La Orden fue extinguida por el Decreto de 24 de julio de 1931 y restablecida por el Decreto de 7 de noviembre de 1942 con las mismas características recogidas en el Real Decreto número 903 de 17 de mayo de 1927. Actualmente la Orden del Mérito Civil está reglamentada por el Real Decreto 2396/1998 de 6 de noviembre.
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