Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Constitución | Historia
La verdad es que ni tan buenos éramos entonces ni tan malos somos ahora, pienso yo

40 años de paz

|

Hermanos: ya hace 40 años de muchas cosas. De la creación del Ballet Nacional, del Puente de la Inmaculada Constitución (ponle tu un guion en medio si quieres, o no), de la película Grease de Olivia Newton John y Travolta o de Los Secretos, aquel mítico grupo de los ochenta. Y mirando la tele el mensaje está muy claro: “Qué buenos eran los españolitos y españolitas de hace cuarenta años y que malos somos ahora que somos incapaces de aclararnos”


La verdad es que ni tan buenos éramos entonces ni tan malos somos ahora, pienso yo. Los de entonces (que perfectamente podríamos ser nosotros mismos con 40 años menos) veíamos de cerca los otros “40 años de paz” que se habían pasado y teníamos unas ganas enormes de no volver a repetirlos. Ahora, esa presión no la tenemos. Por lo menos no la teníamos hasta las pasadas elecciones andaluzas.


En 40 años de hegemonismo del PSOE y del PP se nos olvidó aquello de llegar a acuerdos. Demostración de ello es que con la irrupción de Ciudadanos y Podemos, nos ha costado casi un lustro electoral poder llegar a entender que las líneas rojas que tienen los partidos en sus estómagos están para cruzarlas. Que son los partidos políticos los que nos tienen que hacer entender a sus votantes que las cosas ya no pueden ser blancas o negras. Que para que esto funcione van a tener que ser gris marengo o similares. Que las mayorías absolutas igual no vuelven hasta dentro de cuarenta años más. Y no podemos estar repitiendo elecciones porque los partidos no se muevan de sus programas por miedo a perder electorado.


Cuidado con volver a los “40 años de paz” otra vez.

40 años de paz

La verdad es que ni tan buenos éramos entonces ni tan malos somos ahora, pienso yo
ZEN
lunes, 10 de diciembre de 2018, 00:04 h (CET)

Hermanos: ya hace 40 años de muchas cosas. De la creación del Ballet Nacional, del Puente de la Inmaculada Constitución (ponle tu un guion en medio si quieres, o no), de la película Grease de Olivia Newton John y Travolta o de Los Secretos, aquel mítico grupo de los ochenta. Y mirando la tele el mensaje está muy claro: “Qué buenos eran los españolitos y españolitas de hace cuarenta años y que malos somos ahora que somos incapaces de aclararnos”


La verdad es que ni tan buenos éramos entonces ni tan malos somos ahora, pienso yo. Los de entonces (que perfectamente podríamos ser nosotros mismos con 40 años menos) veíamos de cerca los otros “40 años de paz” que se habían pasado y teníamos unas ganas enormes de no volver a repetirlos. Ahora, esa presión no la tenemos. Por lo menos no la teníamos hasta las pasadas elecciones andaluzas.


En 40 años de hegemonismo del PSOE y del PP se nos olvidó aquello de llegar a acuerdos. Demostración de ello es que con la irrupción de Ciudadanos y Podemos, nos ha costado casi un lustro electoral poder llegar a entender que las líneas rojas que tienen los partidos en sus estómagos están para cruzarlas. Que son los partidos políticos los que nos tienen que hacer entender a sus votantes que las cosas ya no pueden ser blancas o negras. Que para que esto funcione van a tener que ser gris marengo o similares. Que las mayorías absolutas igual no vuelven hasta dentro de cuarenta años más. Y no podemos estar repitiendo elecciones porque los partidos no se muevan de sus programas por miedo a perder electorado.


Cuidado con volver a los “40 años de paz” otra vez.

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto