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Tararí, tararí, periodo electoral

¡Qué destructivo es la suma del orgullo, vanidad, egolatría e incultura!
Carmen Muñoz
jueves, 22 de noviembre de 2018, 08:36 h (CET)

Ya estamos en campaña electoral otra vez. De nuevo gastos a diestro y siniestro para tirarse los trastos a la cabeza unos a otros. No tenemos remedio, con estos políticos de quinta división no levantaremos cabeza nunca. ¿Por qué no exigimos a nuestros representantes mayor responsabilidad, respeto, compromiso, sinceridad y veracidad en sus propuestas?


A nivel autonómico la calidad que pude observar la otra noche en el debate que nos ofreció Canal Sur no pudo ser más deprimente. Que poca categoría política, digo poca y eso es mucho, los representantes de los cuatro partidos participantes con más votantes, Ciudadanos, PSOE, PP y Adelante Andalucía nos obsequiaron con un derroche de inoperancia, bravuconerías, falsedades, imparcialidad, falta de honestidad en vez de comunicar, cada uno de ellos, sus propuestas programáticas que ayudara a la audiencia para que pudiese discernir cual de ellas le resulta más afín a sus ideologías políticas. Entretuvieron todo el tiempo del debate en lanzarse improperios unos a otros sin esclarecer nada, pues el que los recibía lo negaba y lanzaba la pelota al oponente y así sucesivamente. Con lo fácil que hubiera sido decir: Señores llevamos en Andalucía 40 años de gobierno socialista, siendo la comunidad mayoritaria en extensión geográfica y habitantes, con mayor kilometraje en costas, con nieve y desierto, mayor horas de sol al año y viento suficiente para desarrollar energías alternativas, mucho turismo y sin embargo, estamos a la cola en renta per cápita, mayor índice de paro, mayor grado de corrupción, mayor número de fracaso escolar, cero industrias,…….. Pongámonos las pilas todos los partidos, pensemos en los ciudadanos y en nuestra comunidad y saquemos del hoyo donde estamos metidos de una vez por todas. Esto sería lo ideal, lo que harían políticos de talla, con formación suficiente para llevarlo a cabo, honrados, responsables y con altas miras políticas de categoría.


Desgraciadamente lo que vemos son ausencia de educación, mentirosos compulsivos, vanaglorias a espuertas, corrupción a gogó, descalificaciones personales en el congreso entre los diputados llamándose golpistas, fascistas y demás términos considerados insultos entre ellos cuando hay divergencias en ideas, aunque en vez de ser insultos algunos de ellos, son hechos comprobados, igual ocurre en el senado y parlamento, cuando circulan por las redes videos con caras y nombres de cargos en la Junta de Andalucía, diciendo: “si no ganamos las elecciones vosotros no vais a seguir trabajando aquí, personalmente os jugáis seguir trabajando aquí o cada cual se busque la vida como pueda, la gestión dejarla aparte y os quiero a todos en la calle visitando las empresas a las que hemos dado ayuda”. ¿Qué podemos esperar? El clientelismo exagerado construido a través del tiempo que han estado gobernando, hace casi imposible el cambio de siglas en Andalucía porque el que goza de la mamandurria no lo quiere perder, siendo el porcentaje demasiado alto.


Si miramos a nivel nacional, el cambio en educación que quiere instaurar este gobierno, no puede ser más nefasto. Unos libros de texto totalmente adoctrinando en vez de enseñando. Pérdida de cultura, valores, constancia, esfuerzo, premiando todo lo contrario, llegando a querer otorgar el título de bachiller con un suspenso. ¿Se puede hacer un país más pobre y desgraciado que tener unas bases sociales tan incultas y desprovistas de libertad para poder decidir sus propios destinos? ¿Qué podemos esperar de un presidente de gobierno que dice una cosa y la contraria sin sonrojarse lo más mínimo? Rectificar es de sabios, pero hacerlo cada día es de necios. Esto lo decimos mucha gente y también Felipe González públicamente. Que para recorrer 200 Km. toma un helicóptero, un falcón y un Airbus pudiendo ir en tren o en coche en el mismo tiempo con toda su cohorte, tamaño despilfarro con dinero público, en viajes se ha gastado más de 95.700 € en poco tiempo. ¿Se puede eso consentir sin podérnoslo económicamente permitir? ¡¡Que esto es España no Arabia Saudita!! Que sin ser elegido quiere gobernar por decreto ley cuando las cosas no le salen como piensa.

¡¡Qué destructivo es la suma del orgullo, vanidad, egolatría e incultura!!


El gasto generado por los políticos de turno más los que están fijos, porque aquí el que llega no se va nunca, puede cambiar de sitio pero sigue cobrando lo mismo o más de manera vitalicia, (me gustaría saber el porcentaje existente entre la casta, como se denominan ellos mismos, y los ciudadanos de a pie, creo que estaremos cercanos al 50 %), están esquilmando de forma brutal las arcas del estado y aumentando en igual medida la deuda externa, mientras que vemos impasibles como nos estamos acercando a la derrotada Venezuela; dicho sea de paso, los venezolanos que viven aquí y con otros que estando de turismo he podido hablar con ellos, coinciden en que ya llevamos la mitad de camino recorrido, que las cosas no ocurren de un día para otro, que ellos tampoco pensaban llegar a estar como están y que quiera Dios sepamos poner remedio a tiempo. Lo malo es que no se escarmienta en cabeza ajena y cuando nos encontremos nadando en el estercolero lodazal va a ser muy difícil poder sacar la cabeza airosamente.

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La vida, sobre todo cuando se dilata por el transcurso de los años, te somete a momentos en las que tienes que hacer de tripas corazón, asumirlos con dignidad o rendirte. También con una buena dosis de dignidad. El encuentro con las diversas situaciones de tu vida van deteriorando tu capacidad de encaje, entonces te llega el momento en que te planteas si vale la pena seguir luchando o dejarte llevar por la corriente que te rodea y vivir en paz el presente. Pero sin futuro.

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He de aclarar que, si alguna vez alguien me quiere envenenar, que no lo intente con una manzana. Prefiero el bizcocho de chocolate o las chocolatinas de menta, tal vez un trozo de pizza de pepperoni o unas sabrosas cigalas, pero una manzana, lo que se dice una manzana… no.

 
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